Género: Narrativa
Traducción: José Luis Piquero
Editorial: Navona
SINOPSIS:
Jody, el hijo de diez años de unos pequeños rancheros del valle de Salinas, en California, recibe un inesperado regalo de su padre: un pony colorado al que debe cuidar y que despierta la admiración de todos sus amigos. Hasta entonces, Jody ha vivido la existencia de un niño: la escuela, las pequeñas tareas del rancho y el vk.
Jody, el hijo de diez años de unos pequeños rancheros del valle de Salinas, en California, recibe un inesperado regalo de su padre: un pony colorado al que debe cuidar y que despierta la admiración de todos sus amigos. Hasta entonces, Jody ha vivido la existencia de un niño: la escuela, las pequeñas tareas del rancho y el vk.
OPINIÓN:
Es
la quinta obra que leo del escritor estadounidense y sigue gustándome,
de hecho uno de mis propósitos para este año es leer la mítica “Al este
del Edén”. “El pony rojo” es una novela corta estructurada en
cuatro capítulos que bien pueden considerarse relatos independientes,
aunque se ubiquen en un mismo lugar y el personaje más importante sea el
mismo. Dicho personaje es Joly, único hijo de Carl Tiflin, un hombre de
carácter prácticamente inflexible, dueño de un rancho en tierras
californianas y cuyo contrapunto son su mujer y Billy Buck, el mozo
con mayor experiencia de la región en la cría y cuidado de caballos.
La historia se desarrolla durante dos o tres años en los que el pequeño Joly, que cuenta con unos 10 u 11 años, madura de una manera más trágica de lo esperado, debido a una serie de circunstancias forjadas por el destino.
Un aspecto a señalar es la incorporación de un animal o persona diferente en cada capítulo; Gavilán, que es el poni colorado, el gitano o paisano, Nellie, una yegua, y el abuelo materno, respectivamente, son quienes acaban dando una lección de vida al muchacho con sus vicisitudes. A través de esos animales y personas, Steinbeck transmite la decadencia, miseria y tristeza de un periodo en el que la gloria del pasado es Historia, mientras presente y futuro se hallan suspendidos en un punto muerto.
Considero que “El pony rojo” no es de lo mejor de Steinbeck porque en comparación con "Las uvas de la ira" es una obra menor y, además, me sigo reafirmando en la idea de que, en cuanto a estilo narrativo, es en “De ratones y hombres” donde demuestra una escritura depurada en mayor grado. Hay que decir, pero, tal como se describe en la contraportada, el pony rojo tiene un sentido lirico, por lo menos, a mi me ha trasladado mucha tristeza, especialmente el primer texto.
La historia se desarrolla durante dos o tres años en los que el pequeño Joly, que cuenta con unos 10 u 11 años, madura de una manera más trágica de lo esperado, debido a una serie de circunstancias forjadas por el destino.
Un aspecto a señalar es la incorporación de un animal o persona diferente en cada capítulo; Gavilán, que es el poni colorado, el gitano o paisano, Nellie, una yegua, y el abuelo materno, respectivamente, son quienes acaban dando una lección de vida al muchacho con sus vicisitudes. A través de esos animales y personas, Steinbeck transmite la decadencia, miseria y tristeza de un periodo en el que la gloria del pasado es Historia, mientras presente y futuro se hallan suspendidos en un punto muerto.
Considero que “El pony rojo” no es de lo mejor de Steinbeck porque en comparación con "Las uvas de la ira" es una obra menor y, además, me sigo reafirmando en la idea de que, en cuanto a estilo narrativo, es en “De ratones y hombres” donde demuestra una escritura depurada en mayor grado. Hay que decir, pero, tal como se describe en la contraportada, el pony rojo tiene un sentido lirico, por lo menos, a mi me ha trasladado mucha tristeza, especialmente el primer texto.
Dolors Martínez
El libro contiene cuatro relatos independientes (El regalo, Las grandes montañas, La promesa y El guía de la expedición), que también se pueden considerar globalmente como unidad, pues comparten personajes y ambientación, incluso se encadenan en el tiempo. Mi preferido ha sido sin duda el primero, “El regalo”, el más extenso y también el más duro, cuya historia es la que da título al libro.
El protagonista del libro es Jody, un niño de diez años que vive en un rancho en el valle de Salinas, en California, junto a sus padres y Billy Buck, el mozo del rancho, este último de gran importancia en algunos de los relatos. Las nuevas responsabilidades que Jody adquiere en el rancho, con las circunstancias que las acompañarán, junto al encuentro con un par de personajes extra, le darán una visión distinta del mundo, no siempre agradable, aunque sí realista, que le hará madurar como persona. Se puede considerar que es una novela de aprendizaje, pues son “lecciones de vida” las que el joven protagonista extrae de sus vivencias.
Me ha parecido muy buena la ambientación rural y la voz narrativa, en tercera persona pero enfocada desde el punto de vista de un niño. La naturaleza adquiere también gran importancia, pues es la que, al fin y al cabo, nos muestra el paso inexorable del tiempo y sus ciclos de vida y muerte. Y como siempre, Steinbeck me ha fascinado con su magnífica prosa que logra hacer sentir al lector que es parte integrante de la historia, que está allí, “en vivo y en directo”, metido además en la piel de un niño.
Considerada en algunas ediciones como literatura juvenil, yo la he disfrutado enormemente y creo que aunque sencilla, es una lectura muy recomendable para un adulto. Me ha encantado, en mi opinión es una pequeña joya de los inicios literarios del autor.
El protagonista del libro es Jody, un niño de diez años que vive en un rancho en el valle de Salinas, en California, junto a sus padres y Billy Buck, el mozo del rancho, este último de gran importancia en algunos de los relatos. Las nuevas responsabilidades que Jody adquiere en el rancho, con las circunstancias que las acompañarán, junto al encuentro con un par de personajes extra, le darán una visión distinta del mundo, no siempre agradable, aunque sí realista, que le hará madurar como persona. Se puede considerar que es una novela de aprendizaje, pues son “lecciones de vida” las que el joven protagonista extrae de sus vivencias.
Me ha parecido muy buena la ambientación rural y la voz narrativa, en tercera persona pero enfocada desde el punto de vista de un niño. La naturaleza adquiere también gran importancia, pues es la que, al fin y al cabo, nos muestra el paso inexorable del tiempo y sus ciclos de vida y muerte. Y como siempre, Steinbeck me ha fascinado con su magnífica prosa que logra hacer sentir al lector que es parte integrante de la historia, que está allí, “en vivo y en directo”, metido además en la piel de un niño.
Considerada en algunas ediciones como literatura juvenil, yo la he disfrutado enormemente y creo que aunque sencilla, es una lectura muy recomendable para un adulto. Me ha encantado, en mi opinión es una pequeña joya de los inicios literarios del autor.
Esther Rodríguez
De Steinbeck solo he leido La perla, pero me faltaría Las uvas de la ira (de la que vi la película) y me gustaría también De hombres y ratones. Besos.
ResponderEliminarLa perla es buena historia, aunque desmoralizante. A mi me pareció muy injusto lo que les pasa a los protagonistas.
EliminarDe Las uvas de la ira puedo decir que debería ser lectura obligada, teniendo en cuenta los tiempos de crisis que corren. Respecto a la película dirigida por John Ford, me parece notable puesto que refleja aspectos importantes de la esencia de la obra de Steinbeck. No obstante, también la producción cinematográfica omite unas cuantas escenas que se dan en el libro que son interesantes o imperdibles, como es el caso del final. El cierre de la novela “Las uvas de la ira” es de los que se recuerdan durante años, potente y con una enorme carga simbólica.