Género: Narrativa
Traducción: Ángeles de los Santos
Editorial: Periférica
Traducción: Ángeles de los Santos
Editorial: Periférica
SINOPSIS:
La Sociedad Mudfog para el Avance de Todo es una parodia de la Sociedad Británica para el Avance de la Ciencia, fundada en 1831, y de otras sociedades científicas de la era victoriana. Dickens se muestra en el relato de sus «actividades» tan irónico y crítico como siempre, pero más bromista que nunca. La comicidad y la burla alcanzan en ocasiones el absurdo y el esperpento, y la hilaridad que provocan sus historias y sus personajes lleva al lector a perder de vista por momentos el satírico reflejo de la realidad que subyace tras lo aquí narrado. Mientras nos hace reír con los locos eruditos de la Sociedad Mudfog y sus excéntricos inventos y teorías, nuestro autor denuncia algunos de los grandes males de la Europa de su tiempo y también… del nuestro.
Los resultados de la Revolución Industrial propiciaron una época de grandes transformaciones: el trabajo, la industria, los modos de producción, la tecnología y, por lo tanto, las formas de vida, la organización social y el pensamiento evolucionaron de forma incesante, pero no siempre para bien; en ocasiones, nos dice Dickens, sólo para perpetuar el anterior estado de las cosas.
Los textos recogidos en este volumen (también referidos a otros asuntos de interés, además de a la Sociedad de la peculiar y ficticia ciudad de Mudfog) fueron publicados originalmente en la revista Bentley’s Miscellany entre 1837 y 1839, período en el que el propio Dickens, que todavía firmaba con el seudónimo Boz, fue editor de la revista. No se recopilaron y publicaron como libro hasta 1880, diez años después de la muerte de su autor. La etapa en que éste escribió para Bentley’s Miscellany fue un período crucial en su vida personal y profesional, una etapa de transición, el momento en que dejó de ser un autor principiante y comenzó a disfrutar del reconocimiento y el éxito. La crítica y los demás escritores alabaron su talento, y las clases humildes encontraron en él la voz que hasta entonces no habían tenido.
La Sociedad Mudfog para el Avance de Todo es una parodia de la Sociedad Británica para el Avance de la Ciencia, fundada en 1831, y de otras sociedades científicas de la era victoriana. Dickens se muestra en el relato de sus «actividades» tan irónico y crítico como siempre, pero más bromista que nunca. La comicidad y la burla alcanzan en ocasiones el absurdo y el esperpento, y la hilaridad que provocan sus historias y sus personajes lleva al lector a perder de vista por momentos el satírico reflejo de la realidad que subyace tras lo aquí narrado. Mientras nos hace reír con los locos eruditos de la Sociedad Mudfog y sus excéntricos inventos y teorías, nuestro autor denuncia algunos de los grandes males de la Europa de su tiempo y también… del nuestro.
Los resultados de la Revolución Industrial propiciaron una época de grandes transformaciones: el trabajo, la industria, los modos de producción, la tecnología y, por lo tanto, las formas de vida, la organización social y el pensamiento evolucionaron de forma incesante, pero no siempre para bien; en ocasiones, nos dice Dickens, sólo para perpetuar el anterior estado de las cosas.
Los textos recogidos en este volumen (también referidos a otros asuntos de interés, además de a la Sociedad de la peculiar y ficticia ciudad de Mudfog) fueron publicados originalmente en la revista Bentley’s Miscellany entre 1837 y 1839, período en el que el propio Dickens, que todavía firmaba con el seudónimo Boz, fue editor de la revista. No se recopilaron y publicaron como libro hasta 1880, diez años después de la muerte de su autor. La etapa en que éste escribió para Bentley’s Miscellany fue un período crucial en su vida personal y profesional, una etapa de transición, el momento en que dejó de ser un autor principiante y comenzó a disfrutar del reconocimiento y el éxito. La crítica y los demás escritores alabaron su talento, y las clases humildes encontraron en él la voz que hasta entonces no habían tenido.
OPINIÓN:
Gratísima sorpresa descubrir estos
textos escritos por un joven Dickens de 25 años, que sin dejar de
denunciar los males de la época a golpe de sarcasmo, hace gala de un
sentido del humor que le desconocía.
Dickens, bajo el seudónimo Boz, actúa de corresponsal para la ficticia Sociedad Mudfog, con sede en la también ficticia ciudad homónima. Hacen referencia a esta ciudad los tres primeros relatos, en los que el humor y el surrealismo alcanzan cotas que obligan a dejar el libro unos segundos para reír a mandíbula batiente antes de proseguir con la lectura. La historia del perro que unos doctores suben a su habitación, el trayecto en barco hacia la sede de la segunda reunión o la exposición de la calavera del fallecido señor Greenacre son piezas de un humor simplemente genial.
Se añaden cuatro textos más donde el humor se mantiene, aunque no con la hilaridad de los primeros, y que muestran una fiel radiografía de la época, al tiempo que ayudan al lector a acercarse a la figura del propio autor. ‘La pantomima de la vida’ establece un paralelismo entre los actores sobre el escenario y los actores de la vida real (Dickens era un gran aficionado al teatro); en ‘Detalles referentes a un león’ Dickens ofrece una sátira sobre la adoración a que son sometidos algunos escritores y que él rechaza de plano; en ‘Robert Bolton, el caballero con contactos en la prensa’ vemos algún toque gótico que se irá repitiendo en los años venideros en su obra y cuyo tono tenebroso siempre utilizará para denunciar los males de su época; y en ‘Epístola familiar de un padre a su hijo de dos años y medio’ se despide de la publicación de la que ha sido editor durante esos dos años y medio para dedicarse por entero a sus propios escritos.
Un muy interesante acercamiento a los comienzos y la persona del autor de ‘Canción de Navidad’, ‘Oliver Twist’ o ‘Historia de dos ciudades’. Lo recomiendo sin duda.
Dickens, bajo el seudónimo Boz, actúa de corresponsal para la ficticia Sociedad Mudfog, con sede en la también ficticia ciudad homónima. Hacen referencia a esta ciudad los tres primeros relatos, en los que el humor y el surrealismo alcanzan cotas que obligan a dejar el libro unos segundos para reír a mandíbula batiente antes de proseguir con la lectura. La historia del perro que unos doctores suben a su habitación, el trayecto en barco hacia la sede de la segunda reunión o la exposición de la calavera del fallecido señor Greenacre son piezas de un humor simplemente genial.
Se añaden cuatro textos más donde el humor se mantiene, aunque no con la hilaridad de los primeros, y que muestran una fiel radiografía de la época, al tiempo que ayudan al lector a acercarse a la figura del propio autor. ‘La pantomima de la vida’ establece un paralelismo entre los actores sobre el escenario y los actores de la vida real (Dickens era un gran aficionado al teatro); en ‘Detalles referentes a un león’ Dickens ofrece una sátira sobre la adoración a que son sometidos algunos escritores y que él rechaza de plano; en ‘Robert Bolton, el caballero con contactos en la prensa’ vemos algún toque gótico que se irá repitiendo en los años venideros en su obra y cuyo tono tenebroso siempre utilizará para denunciar los males de su época; y en ‘Epístola familiar de un padre a su hijo de dos años y medio’ se despide de la publicación de la que ha sido editor durante esos dos años y medio para dedicarse por entero a sus propios escritos.
Un muy interesante acercamiento a los comienzos y la persona del autor de ‘Canción de Navidad’, ‘Oliver Twist’ o ‘Historia de dos ciudades’. Lo recomiendo sin duda.
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