Género: Narrativa
Traducción: Ana Herrera
Editorial: Maeva
Traducción: Ana Herrera
Editorial: Maeva
SINOPSIS:
Cuando Natalie Ward
recibe la noticia de la enfermedad terminal de su madre Nettie, no duda
en regresar a su pueblo natal, en la pequeña localidad canadiense de
Atwood, tras más de treinta años de ausencia. En el largo viaje de
autobús que emprende desde Vancouver, rememora su idílica infancia y los
acontecimientos que en 1968 le cambiaron la vida, y la de su familia.
Entonces ella vivía en la granja
familiar con sus padres y sus cuatro hermanos varones. Pero un caluroso
día de julio, al entrar el joven River por primera vez en su jardín,
comprendió que todo cambiaría. River, que representaba un mundo libre de
conservadurismos opuesto a lo que había vivido hasta entonces, entró a
trabajar en la granja y se ganó en poco tiempo el cariño de la familia y
especialmente la admiración de Natalie. Pero, a partir de ese momento,
también se empezó a tambalear su estable vida familiar.
OPINIÓN:
Natalie debe volver al lugar en el que nació y pasó su primera juventud,
pues su madre está a punto de morir. Han pasado más de treinta años
desde que marchó definitivamente de allí, y ahora, alternando capítulos
en el presente con los del pasado, Natalie rememora su idílica vida
familiar en una granja lechera en las afueras de Atwood, en Canadá: la
vida y trabajo diarios, la relación con sus padres y sus tres hermanos
-en especial con Boyer, su hermano mayor-, hasta que una serie de acontecimientos destruyeron su familia.
La verdad es que es bastante entretenida y la historia en sí no estaría mal si no fuese por lo repetitivo que resulta estar leyendo constantemente frases tipo “cuando todo cambió”, “tendría que haberme dado cuenta”, etc., y así hasta mitad del libro. Y cuando ya por fin nos enteramos de qué fue lo que cambió drásticamente su vida, Natalie ya ha llegado -en la actualidad- junto a su madre, y otra serie de circunstancias hacen que toda la familia se reconcilie y “fueron felices y comieron perdices”. Y diciendo esto tampoco revelo nada porque la trama tiene su intríngulis.
A mí no me ha cuadrado de ninguna manera que la protagonista, que según se lee el libro se aprecia como una persona psicológicamente herida, de repente, casi de la noche a la mañana, cambia radicalmente y llena de buenos propósitos se reconcilia con todo el mundo. Me ha resultado una historia inverosímil, la experiencia me dice que en la vida real las cosas funcionan a otro ritmo.
Aunque había leído buenas críticas sobre la novela mi opinión no es muy positiva. Es una historia de secretos familiares que, a pesar de que a ratos se me ha hecho repetitiva, en general es amena y de fácil lectura. Yo no la recomendaría, aunque sí creo que hay un tipo de público al que le puede gustar.
La verdad es que es bastante entretenida y la historia en sí no estaría mal si no fuese por lo repetitivo que resulta estar leyendo constantemente frases tipo “cuando todo cambió”, “tendría que haberme dado cuenta”, etc., y así hasta mitad del libro. Y cuando ya por fin nos enteramos de qué fue lo que cambió drásticamente su vida, Natalie ya ha llegado -en la actualidad- junto a su madre, y otra serie de circunstancias hacen que toda la familia se reconcilie y “fueron felices y comieron perdices”. Y diciendo esto tampoco revelo nada porque la trama tiene su intríngulis.
A mí no me ha cuadrado de ninguna manera que la protagonista, que según se lee el libro se aprecia como una persona psicológicamente herida, de repente, casi de la noche a la mañana, cambia radicalmente y llena de buenos propósitos se reconcilia con todo el mundo. Me ha resultado una historia inverosímil, la experiencia me dice que en la vida real las cosas funcionan a otro ritmo.
Aunque había leído buenas críticas sobre la novela mi opinión no es muy positiva. Es una historia de secretos familiares que, a pesar de que a ratos se me ha hecho repetitiva, en general es amena y de fácil lectura. Yo no la recomendaría, aunque sí creo que hay un tipo de público al que le puede gustar.
Esther Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario