Género: Narrativa
Editorial: Candaya
SINOPSIS:
Editorial: Candaya
SINOPSIS:
ElhijodelRana, Moya y Fauró agotan sus últimos días
en las aulas de El Bosco, el elitista colegio que sus padres eligieron
para que llegaran a ser médicos, abogados y arquitectos como ellos.
Años después, al primero casi le han perdido la pista: es abogado de la
firma “Roures y Asociados” en Barcelona y vuelve poco a la ciudad;
Moya, pasada la treintena, aún sigue de funcionario interino de
Justicia, donde el poder despótico de jueces con largos apellidos le
recuerda diariamente que este mundo sólo es habitable desde un puesto
superior al que ocupa; y Fauró sobrevive como puede a su tedioso trabajo
en un banco, mientras siente languidecer su complicada relación a
distancia con Julia, sin poder despegarse del chat en el que habla
obsesivamente con ella.
Los tres coincidirán, junto a muchos otros de sus compañeros, en la “Cena 15º Aniversario de Promoción” que se ha organizado a través de las redes sociales. Será el momento de pasar a limpio ese futuro incierto y lleno de sombras que, quizás, ya se vislumbraba en sus conversaciones sobre Tintín o Los Cinco o, más tarde, en su dilema entre Nirvana o PearlJam.
En La edad media se
suceden tres historias cruzadas en el tiempo, atravesadas por la
ansiedad, el humor y la tragedia de las aspiraciones desbaratadas.
Furiosa y lírica a la vez, la original primera novela de Leonardo Cano
indaga sobre la profundidad del deseo a un ritmo enérgico que concatena
el salvaje ambiente escolar del Mario Vargas Llosa de La ciudad y los perros,
la ligereza de la mejor comedia romántica a través de la Red y la
pasividad burocrática de un sistema judicial en el que reconocemos la
aspereza de los personajes de Houellebecq o la impiedad de los de Bret
Easton Ellis. En sus páginas, y mediante tres sorprendentes puntos de
vista que entrelazan otras tantas historias del pasado y del presente,
se nos muestra la peripecia vital, profesional y sentimental de unos
jóvenes que, al contacto con la madurez, ven quebrados sus proyectos y
sueños, y a través de ellos, los de toda una generación y una época que
sentimos muy cercanas.Los tres coincidirán, junto a muchos otros de sus compañeros, en la “Cena 15º Aniversario de Promoción” que se ha organizado a través de las redes sociales. Será el momento de pasar a limpio ese futuro incierto y lleno de sombras que, quizás, ya se vislumbraba en sus conversaciones sobre Tintín o Los Cinco o, más tarde, en su dilema entre Nirvana o PearlJam.
OPINIÓN:
A
final de año, casi todo lector suele hacer balance de lo que ha caído
en sus manos durante los últimos doce meses. Yo, además, tengo la suerte
(porque lo es) de dar siempre con alguna maravilla en el mes de
diciembre que hace más interesante aún ese balance final, cuando uno
tiene casi elaborado su ‘top 10’ y tiene que hacer hueco para otro más.
La maravilla final de este año la firma Leornado Cano y la edita Candaya (que ha publicado otra de mis sorpresas del año: ‘Nefando’), y se trata de un retrato a tres voces de la generación (de los adinerados de dicha generación, en concreto) que hizo BUP y COU en los 90.
Centradas en el presente dos de las tres voces que entran en juego, recurre el autor a una tercera voz para mirar atrás, a los años donde comienzan a tomar forma esas esperanzas y aspiraciones que no siempre llegaron a cumplirse. Este narrador, que revisa la adolescencia desde dentro, en primera persona del plural, lo hace en el tono casi de jerga con el que hablaba la pandilla (es uno de ellos), con párrafos cortos y directos que comienzan indefectiblemente con la conjunción ‘y’. Un recurso muy bien empleado que me ha recordado a otros dos grandes autores: Ginés Sánchez (‘Los gatos pardos’, ‘Entre los vivos’) y Montero Glez. (‘Manteca colorá’, ‘Talco y bronce’).
A las voces del presente las sitúa el autor en distintos puntos o focos. Por un lado, un narrador en tercera persona del singular que nos cuenta la historia de M., un funcionario de justicia, y, por otro, vivimos desde dentro la relación sentimental a distancia de una pareja a través de un chat (la voz, la cámara, no sale de ahí: todo lo que sabemos, hechos pasados y planes futuros, nos llega a través del chat y, por lo tanto, desde los dos puntos de vista, pues ambos exponen cómo se sienten ante cada situación).
La mirada al pasado, por temática y época, recuerda historias como ‘Mensaka’ o ‘Historias del Kronen’: música, alcohol, drogas, acoso al más débil y ‘rollos’ de pareja a velocidad de vértigo, como si el mundo pudiera acabar en cualquier momento. Una de las cosas que más me ha gustado de esta parte ha sido la contundencia, la manera de describir una época a latigazos, en lugar de recurrir a esa nostalgia ñoña que destilan otras miradas atrás tipo ‘Yo fui a E.G.B.’.
Las otras vertientes de la historia nos muestran, también de manera muy ágil y concisa, nuestro jerarquizado y monótono panorama laboral (tanto público como privado), el boom inmobiliario (económico, en general) y la consecuente crisis y cómo las redes sociales y las tecnologías han ocupado un lugar primordial en nuestro día a día. Temas que, si bien son el pan nuestro de cada día, son abordados esquivando los lugares comunes (el retrato estándar del funcionario que se escaquea es de los pocos que he apreciado) con una narración firme en la que cada palabra cuenta y cuesta abandonar.
Una magnífica obra, debut de su autor, para leer de un tirón y que sin duda recomiendo.
La maravilla final de este año la firma Leornado Cano y la edita Candaya (que ha publicado otra de mis sorpresas del año: ‘Nefando’), y se trata de un retrato a tres voces de la generación (de los adinerados de dicha generación, en concreto) que hizo BUP y COU en los 90.
Centradas en el presente dos de las tres voces que entran en juego, recurre el autor a una tercera voz para mirar atrás, a los años donde comienzan a tomar forma esas esperanzas y aspiraciones que no siempre llegaron a cumplirse. Este narrador, que revisa la adolescencia desde dentro, en primera persona del plural, lo hace en el tono casi de jerga con el que hablaba la pandilla (es uno de ellos), con párrafos cortos y directos que comienzan indefectiblemente con la conjunción ‘y’. Un recurso muy bien empleado que me ha recordado a otros dos grandes autores: Ginés Sánchez (‘Los gatos pardos’, ‘Entre los vivos’) y Montero Glez. (‘Manteca colorá’, ‘Talco y bronce’).
A las voces del presente las sitúa el autor en distintos puntos o focos. Por un lado, un narrador en tercera persona del singular que nos cuenta la historia de M., un funcionario de justicia, y, por otro, vivimos desde dentro la relación sentimental a distancia de una pareja a través de un chat (la voz, la cámara, no sale de ahí: todo lo que sabemos, hechos pasados y planes futuros, nos llega a través del chat y, por lo tanto, desde los dos puntos de vista, pues ambos exponen cómo se sienten ante cada situación).
La mirada al pasado, por temática y época, recuerda historias como ‘Mensaka’ o ‘Historias del Kronen’: música, alcohol, drogas, acoso al más débil y ‘rollos’ de pareja a velocidad de vértigo, como si el mundo pudiera acabar en cualquier momento. Una de las cosas que más me ha gustado de esta parte ha sido la contundencia, la manera de describir una época a latigazos, en lugar de recurrir a esa nostalgia ñoña que destilan otras miradas atrás tipo ‘Yo fui a E.G.B.’.
Las otras vertientes de la historia nos muestran, también de manera muy ágil y concisa, nuestro jerarquizado y monótono panorama laboral (tanto público como privado), el boom inmobiliario (económico, en general) y la consecuente crisis y cómo las redes sociales y las tecnologías han ocupado un lugar primordial en nuestro día a día. Temas que, si bien son el pan nuestro de cada día, son abordados esquivando los lugares comunes (el retrato estándar del funcionario que se escaquea es de los pocos que he apreciado) con una narración firme en la que cada palabra cuenta y cuesta abandonar.
Una magnífica obra, debut de su autor, para leer de un tirón y que sin duda recomiendo.
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