Género: Narrativa
Editorial: DestinoSINOPSIS:
En una época de carencias y pobreza, el protagonista, un pintor bohemio que busca sentido a su existencia, se deja llevar por antiguos sentimientos amorosos y decide compartir su vida con una familia ajena dada a la extravagancia y a la frivolidad, junto a una niña que, en principio, sólo le acompañaba en un viaje de dos días y que, a la postre, acabará también convirtiéndose en un miembro más de esa extraña composición familiar.
Nostalgia, amor, celos y amistad son los materiales con los que Carmen Laforet teje esta sublime novela en que su talento está al servicio de la creación de un mundo particular, hedonista y de variado cromatismo dentro del orbe gris de la posguerra española.
Al volver la esquina, escrita en los años setenta, es mucho más que el mero descubrimiento de una obra inédita de una de las escritoras más insignes de la segunda mitad del siglo XX; es una notable aportación a la novela española y una novela de madurez narrativa que pone el broche de oro a la escasa y brillante obra de la autora de Nada y La insolación.
OPINIÓN:
Hay novelas de interior y de exterior; unas intentan contar cómo somos, otra qué nos pasa. Las primeras pueden excederse en profundidades psicológicas, las segundas quedarse en colección de anécdotas. Las buenas combinan ambos aspectos de la vida equilibradamente. Es el caso de "Al volver la esquina". Nos cuenta bien la vida íntima, interior, del protagonista y, en su actuar en el mundo, nos hace conocer personajes interesantes, cuyas peripecias nos interesan.
Estaremos en la costa malagueña, en Toledo, en Madrid. 1950. Machismo, pacatería; los vicios, como la política, a escondidas. Racionamiento, cerilleros en los bares de humo y restricciones de luz. Niños en un mundo de altramuces, piojos; que se paran ante el cine para ver las carteleras, van a la casa de fieras del Retiro, se paralizan ante un escaparate de ortopedia. Perras chicas, perras gordas. Un Madrid con beatas verdaderas y falsas, galdosianas, todavía; llevando de visita por las casas vírgenes y santos, cobrando. Un Madrid en el que Los Nuevos Ministerios son las afueras, a las que llega fresco el aire de la sierra.
Estaremos en la costa malagueña, en Toledo, en Madrid. 1950. Machismo, pacatería; los vicios, como la política, a escondidas. Racionamiento, cerilleros en los bares de humo y restricciones de luz. Niños en un mundo de altramuces, piojos; que se paran ante el cine para ver las carteleras, van a la casa de fieras del Retiro, se paralizan ante un escaparate de ortopedia. Perras chicas, perras gordas. Un Madrid con beatas verdaderas y falsas, galdosianas, todavía; llevando de visita por las casas vírgenes y santos, cobrando. Un Madrid en el que Los Nuevos Ministerios son las afueras, a las que llega fresco el aire de la sierra.
Luis Miguel Sotillo Castro
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