23 de septiembre de 2018

"Honrarás a tu padre y a tu madre", de Cristina Fallarás

Honrarás a tu padre y a tu madre Cristina Fallarás
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Editorial: Anagrama

SINOPSIS:
«Me llamo Cristina y he salido a buscar a mis muertos. Caminando. Buscar a mis muertos para no matarme yo. ¿Para vivir? No estoy segura. Convocarlos, dialogar con mis muertos.» La protagonista de este libro, que no por casualidad se llama como la autora, emprende un viaje –físico e íntimo– en busca de los secretos del pasado familiar y de su propia identidad.
La búsqueda llevará a Cristina a tirar del hilo de las historias de varias generaciones, a descubrir desapariciones, huidas y muertes, heridas que nunca cicatrizaron. Uno de los mayores silencios que la rodean es el que atañe a algunos hechos sucedidos durante la Guerra Civil: un fusilamiento en Zaragoza, alguien que murió en lugar de otro, un alférez de origen mexicano que presenció ese acto bárbaro, dos personas de bandos contrarios que acabaron unidas en la posguerra... Pero esta inmersión en los secretos familiares va mucho más lejos y lleva a otros periodos, a los años veinte, a la guerra de África, a México, a líos de faldas, a niños que fueron criados en un internado...
Este libro singularísimo y fascinante está escrito a caballo entre la crónica y la novela, de modo que la ficción ayuda a iluminar, a desvelar aquellas zonas de sombra hasta las que la protagonista no logra acceder a través de sus indagaciones, de los documentos escritos que descubre y los testimonios que logra escuchar.
Fallarás nos propone una narración que va más allá de los trillados tópicos sobre la Guerra Civil y que, a través de las pequeñas historias, retrata la evolución política y sociológica de un país. Esta es una novela que contiene muchas novelas, una saga familiar sobre hechos reales que parecen dignos de una ficción y una indagación en la que la ficción ayuda a explicar la realidad. Una obra que habla de traiciones, desengaños y violencia, pero también de bondad, resistencia y esperanza.

OPINIÓN:
Decía el poeta, “al andar se hace camino/al volver la vista atrás/se ve la senda que nunca/se ha de volver a pisar”. Caminar es una actividad que, además del bajo coste, permite al individuo ser libre, anónimo, alejarse de los demás y de uno mismo. Lo que Cristina Fallarás narra en “Honrarás a tu padre y a tu madre” es un caminar que lleva a una reconstrucción personal y familiar. A veces es necesaria una mirada a la senda ya recorrida, así se aprende, se crece, se evoluciona.
En esta reconstrucción la autora llega hasta las ruinas de una urbanización que conformaba un espacio exclusivo y cerrado para los residentes de la comunidad, en ese espacio se forjó parte de su juventud.
Allí, entre esos restos, que simbolizan su vida anterior, la existencia cambiante, recuerda y habla con sus muertos, sus abuelos y abuelas. La “voz” de la escritora es como un grito.
El abuelo paterno, Félix Fallarás Notivol, fue fusilado por franquistas el 5 de diciembre de 1936 y arrojado a una cuneta, el resto sobrevivió a la guerra y se adaptó a los tiempos, aunque de un modo distinto. La abuela paterna, Presentación Pérez, fue mujer humilde, viuda y madre de dos hijos, nunca se volvió a casar. El abuelo materno, Pablo Sánchez (Juárez) Larqué, descendiente de un ilustre dirigente mexicano y nacido en Navarra, se alió a las tropas nacionales en 1936. Años después se casaría con María Josefa Íñigo Blázquez, “la jefa”, formando una familia de notables recursos económicos.
El silencio es un puntal en la historia que cuenta la periodista zaragozana. Si una familia cimenta su existencia y relaciones en el silencio en torno a unas circunstancias, como las vividas antes y después de la guerra civil, y las reduce a unos hechos aparentemente sin importancia, a cuestiones aisladas, anecdóticas o simplemente calla, no es de extrañar que en algún lugar o momento se mueva la falla que produzca el terremoto. 
En España no es fácil manejar el pasado y sacudirlo, pero Fallarás lo ha hecho, indagó sobre el paradero de Félix Fallarás y reunió los retazos que su familia y recuerdos le permitieron, tiene su mérito.
Por el estilo y el tema tratado, no es una lectura para cualquiera. Si bien, a veces la autora divaga, el estilo del escrito es particular, directo, sin largas parrafadas, la “voz” sale de las entrañas, es dolorosa y la atmósfera es decadente.
Es evidente que en España no se han superado las heridas que supuso la guerra civil y lo que vino después, el Franquismo, se nota en el lenguaje utilizado y el tono agrio que da lugar en los debates actuales sobre el tema y en las diferentes causas que siguen abiertas y que los gobiernos de la etapa democrática han ignorado u omitido hasta la fecha (fosas comunes, monumento al dictador, torturadores sin juzgar…). En Historia el transcurrir de 80 o 100 años representa poco tiempo, apenas alcanza un par de generaciones y en ese plazo la memoria todavía pervive con fuerza. Aún debe llegar el día en que se pueda honrar definitivamente a víctimas y muertos del conflicto.
Fragmento:
“Maldigo, pues, a quienes matan la memoria. Maldigo a los oscuros constructores del silencio.”
Dolors Martínez 

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