Género: Narrativa
Traducción: Dulce Fernández Anguita
Traducción: Dulce Fernández Anguita
Editorial: Anagrama
SINOPSIS:
En la quieta campiña cercana a Helsinki, una viejecita riega su césped, las golondrinas gorjean y el gato dormita. Pero el idilio es aparente: la vida de Linnea Ravaska, octogenaria viuda, es emponzoñada por unos malhechores que cada mes le arrebatan su pensión. El desnaturalizado nieto Kauko y sus acólitos destrozan todo lo que encuentran a su paso, torturan al gato, golpean por puro placer, sin que ella ose rebelarse, hasta el día en que decide no soportarlo más, llama a la policía y huye a Helsinki. La guerra y la venganza del trío infernal podrían convertirse en una pesadilla si Paasilinna no prefiriese la vía de la farsa y la paradoja para criticar a una sociedad cuyos males observa con toda lucidez. Vejez olvidada, juventud marginada, desmoronamiento de las instituciones, droga, alcoholismo, sida: todo se divisa en las rocambolescas peripecias de la simpática viejecita, que pasea armada con una Parabellum y cuyas verdaderas armas acabarán siendo el candor, una ingenua crueldad y su incansable defensa de la propia dignidad.
OPINIÓN:
Tras una lectura especialmente intensa – o bien un libro muy denso – solemos tirar instintivamente por algo más ligero. Al menos en mi caso. Con esto en mente comencé la lectura de “La dulce envenenadora” de Arto Paasilinna. Es mi primera lectura de este autor finlandés, que tiene mucho éxito en su país y al que, por lo visto, se compara con Tom Sharpe.La protagonista – y la envenenadora en cuestión – es Linnea, una anciana viuda que vive en una tensión continua por culpa de su sobrino Kauko y sus amigos: le roban su pensión, maltratan a su gato, invaden su casa y destrozan todo a su paso. Un día, Linnea decide poner fin a esta horrible situación y comienza a experimentar con la fabricación de venenos. Y hasta aquí puedo contar.
Paasilina tiene un estilo muy personal: la historia tiene un punto salvaje y extravagante, pero también divertido. Se lee con interés y facilidad, entretiene y te deja con ganas de leer algún otro libro del autor.
Ana Rayas
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