Género: Narrativa
Traducción: Álvaro Abella Villar
Traducción: Álvaro Abella Villar
Editorial: Lumen
SINOPSIS:
Un libro de memorias destinado a convertirse en un clásico de la literatura contemporánea.
¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, preguntó la señora Winterson a su hija Jeanette cuando ella, recién cumplidos los dieciséis años, le confesó haberse enamorado de otra chica. Extraña pregunta, pero poco más podía esperarse de una mujer que había adoptado a una niña para hacer de ella una aliada en su misión religiosa, y en cambio se las tuvo que ver con un ser extraño que pedía a gritos su porción de felicidad.
Armada con dos juegos de dentadura postiza y una pistola escondida bajo los trapos de cocina, la señora Winterson hizo lo que pudo para disciplinar a Jeanette: en casa los libros estaban prohibidos, las amistades eran mal vistas, los besos y abrazos eran gestos extravagantes, y cualquier falta se castigaba con noches enteras al raso, pero de nada sirvió. Esa chica pelirroja que parecía hija del mismo diablo se rebeló, buscando el placer en la piel de otras mujeres y encontrando en la biblioteca del barrio novelas y poemas que la ayudaran a crecer.
Eso y mucho más es lo que ofrecen estas páginas excepcionales, donde alegría y rabia andan de la mano: un libro de memorias destinado a convertirse en un clásico de la literatura contemporánea.
«Necesitaba palabras porque todas las familias infelices son un pacto de silencio. Quien rompa el silencio jamás será perdonado. Él o ella tendrá que aprender a perdonarse a sí mismo.» Jeanette Winterson
OPINIÓN:
Es este un libro de memorias de la autora en el que narra su vida desde sus primeros años hasta el momento en que está escribiendo el libro. Adoptada por unos padres religiosos y educada por una madre fatalista y, a mi entender, trastornada, que entre otras lindezas la castigaba haciéndole pasar la noche fuera de casa, o que encargó un exorcismo para que el demonio abandonase a su hija, y en un hogar donde las muestras de afecto siempre brillaron por su ausencia, su infancia me parece una historia bastante dickensiana.La obra abarca muchos aspectos en cuanto a vivencias, sentimientos e inquietudes de la autora. Personalmente me ha gustado como una de las cosas que la ayudó, yo diría que la salvó, fueron los libros y la literatura. Creciendo en un hogar en que los libros estaban prohibidos, porque “El problema con un libro es que nunca sabes qué contiene hasta que es demasiado tarde”, el descubrimiento de los clásicos ingleses que habitaban en la biblioteca le descubrió otro mundo (“Un libro es una alfombra mágica que te transporta volando a cualquier sitio. Un libro es una puerta. La abres. La cruzas. ¿Volverás?”). Hay abundantes referencias a libros, escritores y a otras obras de la autora.
La trama sigue más allá de su infancia. Aparecen nuevos retos cuando a los dieciséis años su madre la echa de casa por amar a otra chica. De hecho el conjunto, a pesar de la dureza inicial, es una historia positiva, de crecimiento personal y superación constante.
Es una lectura interesante en cuanto al contenido, aunque la forma no me ha atrapado tanto. Su estilo deslavazado que a menudo salta de una idea a otra inconexa, otras veces es repetitivo, o se pierde en divagaciones... no me ha entusiasmado. Lo he tenido que leer a ratos porque me saturaba. Como me ha pasado con otros libros de este tipo, me parece un texto útil, incluso como terapia, para la propia Jeanette Winterson, pero que a mí como lectora, a pesar de su interés, me sobra algo.
No me ha desagradado, pero de momento dejo a la autora en “stand-by” a la espera de leer alguna otra de sus obras.
Esther Rodríguez
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