Género: Narrativa
Editorial: Alfaguara
SINOPSIS:
«Son dos verdades distintas, pero las dos son verdades: la del libro y la de la vida. Y juntas fundan una mentira.»
En Ordesa, Manuel Vilas narra una historia personal con una intensidad similar a la que recorre su poesía: el pasado, el desvanecimiento de dos familias, la muerte de los seres queridos, las ausencias y la lejanía de los que ama, la España en la que vive y aquella en la que creció, los recuerdos, la sensación de desarraigo... Con una voz valiente y transgresora, mezclando realidad y ficción, prosa y poesía, el autor construye un relato en el que todos podemos reconocernos y recorre en él el camino inverso desde el presente inequívoco hasta el origen imaginado.
Escrito a ratos desde el desgarro, y siempre desde la emoción, este libro es la crónica íntima de la España de las últimas décadas, pero también una narración sobre todo aquello que nos recuerda que somos seres vulnerables, sobre la necesidad de levantarnos y seguir adelante cuando nada parece hacerlo posible, cuando casi todos los lazos que nos unían a los demás han desaparecido o los hemos roto. Y sobrevivimos.
OPINIÓN:
Este librito es una edición no venal que se distribuyó acompañando a una edición exclusiva de “Ordesa”, del mismo autor. En mi caso ha llegado a mis manos de manera independiente y sin haber leído todavía “Ordesa”.Por lo que he leído, el hostal en cuestión se menciona en “Ordesa” y este relato, que no llega a las 60 páginas, es una ampliación de lo que se cuenta en la novela.
El “Hostal Don Juan”, en Cambrils, es donde Manuel Vilas pasó las vacaciones con su familia desde mediados de los sesenta a principios de los setenta del siglo XX. Unas vacaciones que quedaron grabadas en su memoria, aunque todavía no sabía que esos iban a ser los mejores veranos de sus vidas juntos. Como el mismo autor escribe, el Hostal Don Juan “es un Titanic de mi memoria”. En este relato narra esos días, la pasión por el Mediterráneo, las rutinas diarias de playa, comida y entretenimiento, los turistas con los que año tras año coincidían, hasta el modelo de los coches...
Breve y bello texto, en el que a través de lo vivido en ese modesto y sencillo hostal, y desde su memoria de la infancia, Manuel Vilas evoca un recuerdo nostálgico y entrañable que transmite un gran amor a los padres, que suponemos ya ausentes.
Una pequeña delicia de leer, muy recomendable.
Esther Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario