11 de enero de 2021

"El proyecto esposa" y "El efecto matrimonio", de Graeme Simsion

el proyecto esposa
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Magdalena Palmer Molera
Editorial: Salamandra

SINOPSIS:
"El proyecto esposa"
«Me llamo Don Tillman, tengo treinta y nueve años y soy profesor adjunto de Genética en la Universidad de Melbourne. Mi trabajo está bien remunerado, me alimento de forma equilibrada y regular, y mi condición física es óptima. En el reino animal, no tendría ninguna dificultad para aparearme, pero en el humano, nunca he logrado tener una segunda cita con la misma mujer. Los motivos de mi fracaso no termino de entenderlos, y como las estadísticas muestran que los hombres casados son, en promedio, más felices y viven más tiempo, he decidido poner en marcha un programa vital para mí, el Proyecto Esposa. A tal fin, he creado un algoritmo perfecto que me permitirá excluir las candidatas inadecuadas: las fumadoras, las impuntuales, las desorganizadas, las que dedican demasiado tiempo a su aspecto exterior... en suma, todas aquellas que no respondan a los estrictos criterios que se exponen en el cuestionario de dieciséis páginas que he elaborado. Este libro es el informe científico -aunque me han explicado que hay que denominarlo novela- acerca del resultado de mi proyecto. Quien lo lea descubrirá que la candidata menos apropiada se llama Rosie; y también encontrará la respuesta a una pregunta fundamental: ¿puede el amor cambiar la vida de una persona, incluso de un individuo como yo?»
El Proyecto Esposa tiene un protagonista excepcional: el inteligente, obsesivo y literal Don Tillman, para quien navegar por este mundo de emociones complejas e incoherentes, poblado por seres que a menudo dicen exactamente lo contrario de lo que piensan, constituye una tarea tan ardua como desconcertante.

"El efecto matrimonio"
En su hilarante bestseller El Proyecto Esposa -que ya suma más de un millón de ejemplares vendidos en todo el mundo- Graeme Simsion dio vida a un personaje difícil de olvidar: Don Tillman, un profesor de Genética australiano tan inteligente como inepto para el trato social. Su disparatado proyecto de encontrar pareja aplicando un método científico concluía milagrosamente en boda con la vivaracha y algo caótica Rosie Jarman, estudiante de Psiquiatría y la mujer que menos se ajustaba a su modelo de candidata ideal.
Ahora, diez meses y diez días después de casarse, encontramos a Don y Rosie en Nueva York, desafiando, una vez más, todas las incompatibilidades imaginables. Él enseña y ella estudia en la Universidad de Columbia, y, por las noches, uno prepara y otra sirve cócteles en el mismo restaurante. Todo parece ir viento en popa hasta que Rosie le comunica que... está embarazada. Para alguien como Don, cuyo equilibrio vital se basa en la planificación, el bebé ya es un reto mayúsculo, pero, por desgracia, las sorpresas se multiplican: Gene, su mejor amigo y un mujeriego incorregible, se ha separado y se muda a vivir con ellos; el apartamento, propiedad de un guitarrista de rock que ensaya en el piso superior, apesta a cerveza; y, por si fuera poco, hay que añadir unos amigos con graves problemas financieros, aparatos de refrigeración que son una pesadilla y una demanda judicial que podría suponer la deportación. En suma, cabe afirmar con propiedad que el mundo perfecto de Don ha estallado en mil pedazos.
¿Será capaz, con su mente científica, de acabar con el caos que amenaza con destruir su felicidad?

OPINIÓN:
Buscando lectura ligera y divertida con la cual aliviar las angustias de la pandemia COVID-19, encontré recomendaciones de estas dos novelas, supuestamente humorísticas, del autor australiano Graeme Simsion, quien antes de convertirse en autor de literatura era consultor de sistemas de información, coautor del libro Data Modeling y distribuidor de vinos.
Como puede deducirse de sus títulos, estas novelas son una saga ... y están narradas en primera persona. Su tema es el amor.
En la primera, El Proyecto Esposa, que ganó en 2012 el Victorian Premier’s Literary Award para manuscritos inéditos, el protagonista, un despistado profesor de genética de la Universidad de Melbourne, experto en artes marciales y en cocina gourmet sostenible, decide buscar esposa ... porque las estadísticas indican que los hombres casados son más felices ... y ahí comienza una serie de aventuras desternillantes, causadas por los rasgos del carácter, que apuntan al síndrome de Asperger, de nuestro científico héroe, y que él aparentemente ignora tener.
Dichas aventuras culminan en el enamoramiento y matrimonio con una bella joven que desde el comienzo juzgó inadecuada, ya que no reunía los requisitos exigidos en el algoritmo creado para El Proyecto Esposa.

El segundo libro, como su nombre lo indica, narra los efectos de transformación que el matrimonio causa en la introvertida personalidad del profesor, y sus aventuras se sitúan en Nueva York con su esposa y amigos, y culminan con la inesperada intrusión de un descendiente.
No puedo dejar de recomendar estas dos novelas ... son muy divertidas y amenas de leer, ágiles e ingeniosas, y están muy bien escritas, con muchos detalles de personalidad del espectro Asperger que nos hace concientizarnos en las dificultades que estas personas, que generalmente son genios, encuentran en desenvolverse en la vida diaria, común y corriente.
"Para mi sorpresa, y contrariamente a las predicciones de Gene, mi madre y Rosie se llevaron bien y parecieron tener mucho en común. Nuestro bebé emergió sin problemas (aparte del esperado malestar del parto, para el que mis lecturas me habían preparado) a las 02.04 horas del 14 de febrero, el segundo aniversario de nuestra primera cita, el Incidente Chaqueta y la Cena del Balcón. Absolutamente todos mencionaron que era San Valentín, lo que explicaba que hubiese tenido tantas dificultades para reservar mesa en un prestigioso restaurante dos años atrás. Habría sido fascinante observar el proceso del parto, pero seguí el consejo de Gene de quedarme «en el extremo de la cabeza» y proporcionar apoyo emocional, más que observar como científico. Rosie estaba sumamente feliz con el resultado, y a mí me sorprendió descubrir que yo mismo experimentaba una reacción emocional inmediata, aunque no fue tan intensa como cuando Rosie había decidido reconstituir nuestra relación. El género del bebé es masculino, y en consecuencia le hemos dado un nombre masculino convencional. Hubo cierto debate".
Lucila Argüello

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