Género: Narrativa
Editorial: Seix Barral
SINOPSIS:
Keith Neudecker emerge de una enorme nube de humo aferrándose a un maletín y, cubierto de cenizas y cristales rotos, deambula confuso por las calles de Manhattan hasta llegar, sin saber cómo ni por qué, a la casa de su mujer, de la que lleva un tiempo separado, y de su hijo. Es el 11 de septiembre de 2001. El mundo ha cambiado para siempre. Ya no hay un antes, tan sólo queda un después. ¿Pero cómo imaginarlo siquiera?
El hombre del salto es una novela que sobrecoge, asombra, hipnotiza. Don DeLillo esculpe cada palabra para contar cómo la devastación afecta las vidas de un pequeño grupo de personas entre las que se encuentra la familia de Keith, pero también abre una ventana a la paradójica normalidad con que uno de los terroristas, Hammad, se prepara para el martirio.
Keith Neudecker emerge de una enorme nube de humo aferrándose a un maletín y, cubierto de cenizas y cristales rotos, deambula confuso por las calles de Manhattan hasta llegar, sin saber cómo ni por qué, a la casa de su mujer, de la que lleva un tiempo separado, y de su hijo. Es el 11 de septiembre de 2001. El mundo ha cambiado para siempre. Ya no hay un antes, tan sólo queda un después. ¿Pero cómo imaginarlo siquiera?
El hombre del salto es una novela que sobrecoge, asombra, hipnotiza. Don DeLillo esculpe cada palabra para contar cómo la devastación afecta las vidas de un pequeño grupo de personas entre las que se encuentra la familia de Keith, pero también abre una ventana a la paradójica normalidad con que uno de los terroristas, Hammad, se prepara para el martirio.
OPINIÓN:
Llevaba tiempo queriendo leer a este
autor porque había leído muy buenas reseñas de varias de sus obras y
porque se le relaciona con mi admirado Paul Auster, y debo decir que no
me ha convencido, a pesar de que se supone que es su mejor novela.
La novela está dividida en tres partes, de las que la primera se me ha hecho tremendamente lenta, compuesta por microhistorias que giran en círculo sin llegar a ninguna parte. Las otras dos me han parecido de lectura algo más agradecida, pero no eran pocos los momentos en que me dejaban sensación de vacío. Tal vez no he entendido el porqué de la obra ni lo que el autor quiere transmitir, pero he permanecido en todo momento ajeno a la historia, sin empatizar con ni conocer a ningún personaje. Además en muchas conversaciones parecía que cada uno le hablaba a su propia pared.
Sí me han gustado el relato de Hammad, cuya historia de tres capítulos iba cerrando cada una de las partes de la obra y algunos pasajes sobre un grupo de trabajo con enfermos de Alzheimer (estos últimos han llegado a emocionarme, incluso).
Más adelante volveré a probar con este autor; de momento, como digo, no me ha convencido.
La novela está dividida en tres partes, de las que la primera se me ha hecho tremendamente lenta, compuesta por microhistorias que giran en círculo sin llegar a ninguna parte. Las otras dos me han parecido de lectura algo más agradecida, pero no eran pocos los momentos en que me dejaban sensación de vacío. Tal vez no he entendido el porqué de la obra ni lo que el autor quiere transmitir, pero he permanecido en todo momento ajeno a la historia, sin empatizar con ni conocer a ningún personaje. Además en muchas conversaciones parecía que cada uno le hablaba a su propia pared.
Sí me han gustado el relato de Hammad, cuya historia de tres capítulos iba cerrando cada una de las partes de la obra y algunos pasajes sobre un grupo de trabajo con enfermos de Alzheimer (estos últimos han llegado a emocionarme, incluso).
Más adelante volveré a probar con este autor; de momento, como digo, no me ha convencido.
Es el primero que leo del autor, así que no sé si es el mejor de él o no, pero sí me ha gustado lo suficiente para saber que seguiré leyéndole. En esta historia, el autor, toma como pretexto un suceso real, en este caso los atentados del 11S, para sumergirnos en un relato donde más que los hechos significativos, lo que marca es el sentido de la fragilidad o vulnerabilidad humana presente hasta en los actos cotidianos de la existencia, o en el propio tiempo, que nos muestras como hay cosas que por mucho que nos empeñemos, escapan a nuestro control. El estilo de Delillo es deshilvanado, nos presenta no una historia lineal sino una sucesión de actos, cavilaciones, vacilaciones, de unos personajes que viven, además, cada uno en su propio mundo.
Dolors Martínez
Que bueno saber que no fui el único que sintió lo mismo al leer este libro. Antes de "El hombre del salto" había leído "Libra" sobre el asesino de JFK, del mismo autor y me alucinó, pero este libro me dejó bastante decepcionado. Saludos!
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