Género: Narrativa
Editorial: Roca Editorial
SINOPSIS:
Cuando la oficina de correos se incendia, Véronique intenta influir
entre sus contactos para encontrar una nueva ubicación. Pero los habitantes de Fogas están
demasiado ocupados para aliarse en su causa.
El alcalde Serge Papon, abrumado por el dolor de la muerte de su esposa, ha perdido su joi de vivre, así como su interés por la política (y los croissants) de Fogas, y parece que el infatigable teniente de alcalde Christian, cuya tendresse por Véronique lo convierte en su habitual protector, muy pronto dirá aur revoir al pueblo.
Si a esto le sumamos la controvertida iniciativa del gobierno para reintroducir osos en el área, los habitantes de Fogas se convertirán en los testarudos que atenten contra el normal desarrollo del bendito Tour de Francia, y hasta contra la existencia de Fogas mismo.
OPINIÓN:
El alcalde Serge Papon, abrumado por el dolor de la muerte de su esposa, ha perdido su joi de vivre, así como su interés por la política (y los croissants) de Fogas, y parece que el infatigable teniente de alcalde Christian, cuya tendresse por Véronique lo convierte en su habitual protector, muy pronto dirá aur revoir al pueblo.
Si a esto le sumamos la controvertida iniciativa del gobierno para reintroducir osos en el área, los habitantes de Fogas se convertirán en los testarudos que atenten contra el normal desarrollo del bendito Tour de Francia, y hasta contra la existencia de Fogas mismo.
OPINIÓN:
He leído “Las cartas de Véronique. Una pequeña oficina de correos en los
Pirineos”, de Julia Stagg. Se trata de la tercera entrega de las
“Crónicas de Fogas”, una serie de novelas ambientadas en un pequeño
municipio ficticio de los Pirineos franceses, que recrea la vida de sus
habitantes, con sus problemas y tejemanejes. Aunque ya había leído las
dos primeras, “L’auberge. Un hostal en los Pirineos” y “L’épicerie. La
pequeña tienda de los Pirineos”, he tardado unas cuantas páginas
en recordar y reencontrarme con los personajes. Al igual que las otras
dos, es una novela coral con personajes muy humanos y entrañables.
Christian se ve en el aprieto de tener que vender la granja de sus
padres para poder seguir adelante; Véronique no consigue que
reconstruyan la oficina de correos que ardió en la anterior entrega; el
alcalde, Serge Papon, está totalmente ausente de sus funciones desde que
enviudó; y un nuevo personaje se instala en el pueblo, Arnaud Petit, un
rastreador encargado del seguimiento de los osos que han sido
reintroducidos en la zona, hecho que por otro lado tiene en pie de
guerra a cazadores y granjeros, aunque también parece que existen
razones ocultas…
Una novela ligera, entretenida y positiva, para leer entre lecturas más espesas. Además se puede leer independientemente del resto de la serie. Desde el primer libro que leí me encariñé con la autora y sus personajes y no dejo de esperar la publicación de sus novelas.
Una novela ligera, entretenida y positiva, para leer entre lecturas más espesas. Además se puede leer independientemente del resto de la serie. Desde el primer libro que leí me encariñé con la autora y sus personajes y no dejo de esperar la publicación de sus novelas.
Esther Rodríguez
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