Género: Narrativa
Traducción: J. Ferrer Aleu
Editorial: Punto de lectura
SINOPSIS:
En la Australia casi salvaje de los primeros años del siglo XX, se
desarrolla una trama de pasión y tragedia que afecta a tres generaciones. Una historia de amor –la que viven Maggie y el sacerdote Ralph de
Bricassart– que se convierte en renuncia, dolor y sufrimiento, y que
marca el alto precio de la ambición y de las convenciones sociales. Una
novela que supuso un verdadero fenómeno y que ha alcanzado la categoría
de los clásicos.
OPINIÓN:
Antes que nada, vaya por delante que yo no me considero romántica, ni soy
asidua al tipo de novelas asignadas a ese género. Quizá esto haya
orientado, en parte, el cariz de mi opinión acerca de este libro, el que
avisa no es traidor (o traidora).
Es una obra conocida debido sobre todo a la serie de televisión que se basó en ella, con la interpretación de Richard Chamberlain en el papel del padre Ralph. Yo no he visto la serie, pero si me habían llegado los ecos de su fama o me sonaba de algo, eso añadido a mi interés por conocer otras autoras me empujó a la lectura de “El pájaro espino”.
Ambientada en los llanos y exóticos parajes de Australia, la trama reconstruye la atribulada existencia de la familia Cleary, formada por el matrimonio y una numerosa prole entre la que destaca Maggie como única hija.
Los Cleary son gente humilde, trabajadora de la tierra y educada en la fe católica. La historia comienza el día que Maggie cumple 4 años. Poco tiempo después, cuando Maggie cuenta unos 9 o 10 años, la suerte de la familia cambia y se trasladan de Nueva Zelanda a Australia. Allí es donde, por los azares del destino, el sacerdote de la región, Ralph, entrará en sus vidas.
Mediante estos personajes se nos retrata la mentalidad y formas de vida de la sociedad australiana, más concretamente, la de los trabajadores del campo, en el caso de los hombres, y las amas y administradoras de la casa en el de las mujeres. En este ambiente vemos, por ejemplo, la importancia de la figura del hijo varón como trabajador y sustento necesario para el conjunto.
En cuanto a la relación prohibida entre Maggie y Ralph, es la parte más “viva”, aunque peca de “rosa” y es discutible en las maneras.
No es una lectura que me haya emocionado ni gustado, he echado en falta mayor relevancia de los sucesos históricos y ningún personaje ha gozado de mis simpatías, la mayoría son fríos, sin “sangre”, por lo que no me sorprende que los hechos trágicos o lúgubres marquen el ritmo hasta el final. Asimismo, ha habido momentos en que el relato me ha parecido folletinesco, con alusiones abundantes al atractivo de los hombres y al romance. No la recomiendo y se ha notado a la hora de redactar la reseña, me ha costado escribirla.
Es una obra conocida debido sobre todo a la serie de televisión que se basó en ella, con la interpretación de Richard Chamberlain en el papel del padre Ralph. Yo no he visto la serie, pero si me habían llegado los ecos de su fama o me sonaba de algo, eso añadido a mi interés por conocer otras autoras me empujó a la lectura de “El pájaro espino”.
Ambientada en los llanos y exóticos parajes de Australia, la trama reconstruye la atribulada existencia de la familia Cleary, formada por el matrimonio y una numerosa prole entre la que destaca Maggie como única hija.
Los Cleary son gente humilde, trabajadora de la tierra y educada en la fe católica. La historia comienza el día que Maggie cumple 4 años. Poco tiempo después, cuando Maggie cuenta unos 9 o 10 años, la suerte de la familia cambia y se trasladan de Nueva Zelanda a Australia. Allí es donde, por los azares del destino, el sacerdote de la región, Ralph, entrará en sus vidas.
Mediante estos personajes se nos retrata la mentalidad y formas de vida de la sociedad australiana, más concretamente, la de los trabajadores del campo, en el caso de los hombres, y las amas y administradoras de la casa en el de las mujeres. En este ambiente vemos, por ejemplo, la importancia de la figura del hijo varón como trabajador y sustento necesario para el conjunto.
En cuanto a la relación prohibida entre Maggie y Ralph, es la parte más “viva”, aunque peca de “rosa” y es discutible en las maneras.
No es una lectura que me haya emocionado ni gustado, he echado en falta mayor relevancia de los sucesos históricos y ningún personaje ha gozado de mis simpatías, la mayoría son fríos, sin “sangre”, por lo que no me sorprende que los hechos trágicos o lúgubres marquen el ritmo hasta el final. Asimismo, ha habido momentos en que el relato me ha parecido folletinesco, con alusiones abundantes al atractivo de los hombres y al romance. No la recomiendo y se ha notado a la hora de redactar la reseña, me ha costado escribirla.
Dolors Martínez
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