Género: Ensayo
Traducción: Gabriela Bustelo
Editorial: Impedimenta
SINOPSIS:
Punzante,
entretenidísima y profundamente lúcida, George Eliot parodia las
tópicas novelas que dominaban los listados de ventas de su tiempo, con
sus encantadoras y hermosas heroínas, y sus previsibles y azucarados
finales.
Sin cortapisas, sin reservas impuestas por los
convencionalismos sociales y culturales de su tiempo, con un sarcasmo
feroz y la agudeza intelectual que le es propia, George Eliot pasa
implacable factura en "Las novelas tontas de ciertas damas novelistas"
a los desaciertos de la narrativa más ramplona de algunas afamadas
escritoras de su época. En el que fuera su ensayo más célebre, cuyo tema
sigue despertando polémica en nuestros días, la genial autora inglesa
plantea sus tesis con un toque de ironía a partir de ejemplos
representativos de los argumentos predecibles, los personajes falseados,
los estilos remedados y los diálogos inverosímiles que ciertas damas
novelistas pusieron al servicio de sus pretensiones moralizantes,
prosaicas o, directamente, jactanciosas.
OPINIÓN:
Escogí está lectura porque al ver el título sentí curiosidad, además de
que tengo interés en temas relacionados con la experiencia de las
mujeres, en ámbitos diversos.
“Las novelas tontas de ciertas damas novelistas” es un breve ensayo escrito por George Eliot, seudónimo de Mary Anne Evans, escritora británica que adoptó un nombre masculino en su vida literaria con el objeto de que la tomaran en serio.
En “Las novelas tontas de ciertas damas novelistas”, Eliot expone, de forma mordaz y divertida, sus opiniones sobre las novelas tontas escritas por mujeres, en alusión a lo que hoy conocemos más comúnmente como “novelas rosas”. Eliot hace referencia a varias obras donde se retratan una sociedad ostentosa, superficial, irreal (en el sentido de que lo descrito no se corresponde con la edad, estatus o forma de vida de los personajes), en definitiva un mundo sui generis, que pretende dar lecciones de moral o impartir conocimiento en muchos casos. Ante estas novelas sobre valoradas, de dudoso talento aunque las criticas del momento dijeran lo contrario, las mujeres creadoras no es que dejen bien paradas al resto. Ellas hacen gala de que tienen mucho tiempo libre, más allá de eso, los personajes femeninos que aparecen en sus libros, son planos o prepotentes, superficiales o cultos a un nivel estrafalario o exasperante y viven entre sedas y sueñan con cazar a algún primer ministro, sino a un cura.
A juzgar por los fragmentos aportados, el calificar de cursis a esos textos es quedarse cortos.
Es una lectura recomendable y diferente, dado que tengo la costumbre de leer narrativa. También es de agradecer que, pese a ser ensayo, se lea con facilidad y hasta puede arrancar alguna sonrisa con las ocurrencias de Eliot.
“Las novelas tontas de ciertas damas novelistas” es un breve ensayo escrito por George Eliot, seudónimo de Mary Anne Evans, escritora británica que adoptó un nombre masculino en su vida literaria con el objeto de que la tomaran en serio.
En “Las novelas tontas de ciertas damas novelistas”, Eliot expone, de forma mordaz y divertida, sus opiniones sobre las novelas tontas escritas por mujeres, en alusión a lo que hoy conocemos más comúnmente como “novelas rosas”. Eliot hace referencia a varias obras donde se retratan una sociedad ostentosa, superficial, irreal (en el sentido de que lo descrito no se corresponde con la edad, estatus o forma de vida de los personajes), en definitiva un mundo sui generis, que pretende dar lecciones de moral o impartir conocimiento en muchos casos. Ante estas novelas sobre valoradas, de dudoso talento aunque las criticas del momento dijeran lo contrario, las mujeres creadoras no es que dejen bien paradas al resto. Ellas hacen gala de que tienen mucho tiempo libre, más allá de eso, los personajes femeninos que aparecen en sus libros, son planos o prepotentes, superficiales o cultos a un nivel estrafalario o exasperante y viven entre sedas y sueñan con cazar a algún primer ministro, sino a un cura.
A juzgar por los fragmentos aportados, el calificar de cursis a esos textos es quedarse cortos.
Es una lectura recomendable y diferente, dado que tengo la costumbre de leer narrativa. También es de agradecer que, pese a ser ensayo, se lea con facilidad y hasta puede arrancar alguna sonrisa con las ocurrencias de Eliot.
Dolors Martínez
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