"Mirando al suelo", de Francisco Béjar Galera

FICHA TÉCNICA:

Género: Narrativa 
Editorial: Balduque

SINOPSIS:

Tiago y el Alergias son dos honrados traficantes que desenvuelven su pequeño comercio ambulante en los bares y las calles de Murcia. Debido a la peculiar naturaleza de su actividad, los dos amigos se mueven entre el lumpen, las clases medias y las altas esferas, lo que los convierte en una especie de radicales libres capaces de rastrear los pasadizos secretos que conectan todas las cloacas del espectro social. En esta ocasión, se van a ver obligados a resolver la desaparición de dos paquetes de sustancial contenido, a la vez que serán protagonistas de un atentado político de baja intensidad. Mirando al suelo se nos ofrece, así, como un libro con vocación de novela negra que va más allá de los límites del género para plantear la radiografía no sólo de una ciudad sino también de toda una época acosada por los excesos del desarrollo, la corrupción y la postmodernidad.

OPINIÓN:

Novela negra, social y bastante coral, donde entre carreras de dos traficantes para salvar su honra, cuando no su vida, tenemos tiempo de repasar el fatídico boom inmobiliario, movernos entre gorrilas y alcoholizados pseudofilósofos por las tascas y tabernas de Murcia, alguna aventura amorosa (a mí esto me ha sobrado, sinceramente) y soltar cuatro merecidos latigazos a esa caterva de indies (o hípsters, o gafapastas, o como quiera que se llamen) que de un tiempo a esta parte inundan las calles de cualquier ciudad. Esta parte, en el marco de un concierto donde para muchos es más importante dejarse ver que saber quién toca, y de fuertes connotaciones políticas, es de las que más me ha gustado, con diferencia.
Plagada de humor y de críticas a las alianzas político-económicas y a la burocracia, con excelentes secundarios y una prosa con la ornamentación ideal para disfrutar del hecho en sí de la lectura sin caer en lo pedante, leer esta novela ha sido un verdadero placer. Rápida, ingeniosa, real –la trama recurre a la agresión sufrida años atrás por un político murciano, aunque es algo casi anecdótico- y, lo más importante (y que algunos autores obvian en beneficio de otros menesteres), muy divertida. Una de esas lecturas cuyo recuerdo te persigue cuando se abandona (al menos a mí), por lo que lo mejor es disponerse a leerla de una sentada.
La recomiendo sin duda.

Luis Sánchez Martín