Género: Narrativa
Editorial: Candaya
SINOPSIS:
Editorial: Candaya
SINOPSIS:
Nefando, Viaje a las entrañas de una habitación, fue un
videojuego en línea poco conocido y pronto eliminado de la red a causa de su
polémico contenido sensible. Las experiencias de sus jugadores son, ahora, el
centro de los debates gamers en los foros más profundos de la deep
web, pero sus usuarios no parecen ponerse de acuerdo: ¿era un juego de
horror para frikis, una puesta en escena inmoral o un
ejercicio poético? ¿Son tan hondas y retorcidas como parecen las entrañas de
esa habitación?
Seis jóvenes comparten un piso en Barcelona y sus habitaciones vibran como colmenas. En cada una de ellas se cuecen actividades tan inquietantes y turbias como la escritura de una novela pornográfica, el deseo frustrado de autocastración o el desarrollo de diseños para la demoscene, subcultura informática artística. Sus espacios privados son arquitecturas blancas donde se explora el territorio de los cuerpos, de la mente y de la infancia. Mirillas hacia lo abyecto y hacia el decir, que los conecta al proceso de creación de un videojuego de culto.
Seis jóvenes comparten un piso en Barcelona y sus habitaciones vibran como colmenas. En cada una de ellas se cuecen actividades tan inquietantes y turbias como la escritura de una novela pornográfica, el deseo frustrado de autocastración o el desarrollo de diseños para la demoscene, subcultura informática artística. Sus espacios privados son arquitecturas blancas donde se explora el territorio de los cuerpos, de la mente y de la infancia. Mirillas hacia lo abyecto y hacia el decir, que los conecta al proceso de creación de un videojuego de culto.
OPINIÓN:
Viendo lo
que cada día los abanderados de la moral intentan censurar y destruir, no
quiero pensar la que podría caerle a esta novela si tuviera mayor difusión.
Afortunadamente (o no, sería bueno que más gente comprendiera la necesidad de
este tipo de obras) ese gran público carente de toda inquietud y comprensión
lectora no llegará a conocer esta novela pues, como dijo Miguel Ángel Hernández
(‘Intento de escapada’, ‘El instante de peligro’), presentador del acto al que
acudí: ‘El 95 % de las editoriales españolas no se hubieran atrevido a publicarla’.
Así pues, eternamente agradecido a Candaya Editores por haberme brindado una de
las mejores novelas que he leído en mi vida.
En esta novela, no apta para todos los públicos (lo que, insisto, me parece triste, deberíamos estar más preparados para enfrentar a la realidad desde la ficción) se abordan temas como el incesto, la pornografía infantil, la automutilación y la identidad sexual. Y se hace, además (tal vez lo más logrado de la novela) con toda naturalidad. Su autora, manejando magistralmente distintas formas, tonos y discursos, se acerca a estas realidades, cuya supervisión suele ser un ejercicio vergonzoso y/o doloroso, de una manera sobradamente humana, porque sus protagonistas no son monstruos que echan fuego por la boca, sino seres humanos.
Para mostrar ese lado oscuro del ser humano, la autora recurre a la escritura de una novela, a un diario, a un videojuego, a entrevistas… Una novela, por tanto, que juega con y busca los límites del lenguaje. Una novela, en general, de límites, pues puede decirse también que la novela, a su vez, versa sobre arte y sobre los límites del mismo. Sobre los límites que, como en el humor, un sector de la sociedad piensa que deben imponerse, no así la autora (ni yo, debo añadir), que considera el arte como un lugar donde todo debe ser visto y pensado, sin tabúes. Una zona con total libertad para bajar al abismo más profundo. Una novela que analiza también los límites del dolor, de la humillación, del miedo.
Podríamos mencionar como aproximaciones a esta obra (por dar una referencia al lector) ‘Las partículas elementales’, de Houellebecq, o incluso ‘American psycho’, de Easton Ellis, pero, en mi opinión, ‘Nefando’ está varios niveles más allá, tanto en fondo como en forma.
No va a gustar a todo el mundo (porque no todo el mundo comprende y acepta la realidad), pero insisto en que ha sido una de las mejores lecturas de mi vida y debo recomendarla.
En esta novela, no apta para todos los públicos (lo que, insisto, me parece triste, deberíamos estar más preparados para enfrentar a la realidad desde la ficción) se abordan temas como el incesto, la pornografía infantil, la automutilación y la identidad sexual. Y se hace, además (tal vez lo más logrado de la novela) con toda naturalidad. Su autora, manejando magistralmente distintas formas, tonos y discursos, se acerca a estas realidades, cuya supervisión suele ser un ejercicio vergonzoso y/o doloroso, de una manera sobradamente humana, porque sus protagonistas no son monstruos que echan fuego por la boca, sino seres humanos.
Para mostrar ese lado oscuro del ser humano, la autora recurre a la escritura de una novela, a un diario, a un videojuego, a entrevistas… Una novela, por tanto, que juega con y busca los límites del lenguaje. Una novela, en general, de límites, pues puede decirse también que la novela, a su vez, versa sobre arte y sobre los límites del mismo. Sobre los límites que, como en el humor, un sector de la sociedad piensa que deben imponerse, no así la autora (ni yo, debo añadir), que considera el arte como un lugar donde todo debe ser visto y pensado, sin tabúes. Una zona con total libertad para bajar al abismo más profundo. Una novela que analiza también los límites del dolor, de la humillación, del miedo.
Podríamos mencionar como aproximaciones a esta obra (por dar una referencia al lector) ‘Las partículas elementales’, de Houellebecq, o incluso ‘American psycho’, de Easton Ellis, pero, en mi opinión, ‘Nefando’ está varios niveles más allá, tanto en fondo como en forma.
No va a gustar a todo el mundo (porque no todo el mundo comprende y acepta la realidad), pero insisto en que ha sido una de las mejores lecturas de mi vida y debo recomendarla.
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