Género: Narrativa
Editorial: Ediciones B
SINOPSIS:
Sevilla, siglo XXI. En una ciudad de aspecto gótico, desquiciada y violenta, comienza una serie de monstruosos asesinatos, tras despiadadas torturas e inimaginables suplicios. Las víctimas comparten una característica: todas ellas tiene alguna deformidad física. Los encargados de investigar el caso son el inspector Vendimia –un hombre torturado por las quemaduras de su cara– y Set Santiago, un abogado que acaba de salir de la cárcel.
Editorial: Ediciones B
SINOPSIS:
Sevilla, siglo XXI. En una ciudad de aspecto gótico, desquiciada y violenta, comienza una serie de monstruosos asesinatos, tras despiadadas torturas e inimaginables suplicios. Las víctimas comparten una característica: todas ellas tiene alguna deformidad física. Los encargados de investigar el caso son el inspector Vendimia –un hombre torturado por las quemaduras de su cara– y Set Santiago, un abogado que acaba de salir de la cárcel.
OPINIÓN:
Carlos Salem bromea en serio, valga la contradicción, sobre la obra de
Juan Ramón Biedma diciendo que siempre lee sus novelas cuando hay mucha
luz y mucha gente. Este comentario fue el que me animó a acercarme a la
obra de Biedma y enseguida lo comprendí.
Biedma logra un clima de sombras y tensión en el que no me veía envuelto desde que leyera, hace un par de años, 'La puerta de los infiernos', de Laurent Gaudé. Narrando en presente y con frases cortas logra envolver al lector en las sombras del relato, lo sitúa bajo la humedad de sótanos y callejones, entre la basura de los vertederos y hace que camine junto a sus dos protagonistas, antihéroes en todos los aspectos: un policía con el rostro marcado (se intuye que por un incendio, pero no se aclara en ningún momento) y un abogado ex-presidiario, ambos de moral y métodos supeditados siempre al logro de objetivos y a su propio beneficio.
Lo más destacado de la novela, para mí, es esa recreación de las escenas, la transmisión al lector del miedo, del dolor, de la miseria y la podredumbre. Tanto es así que, si no fuera por alguna mención a teléfonos móviles y medios de transporte, quien leyera páginas sueltas podría pensar que la novela transcurre en el siglo XVIII.
Aunque no deja de ser una novela negra donde se intenta resolver una serie de crímenes, la historia tiene más interés que otras del género (para mí, esto ya es cuestión de los gustos de cada lector) por ese ambiente que logra crear el autor y por la atmósfera propia del caso: seres deformados, religión, mártires, tarot, lumpen... Sin parecerme una obra maestra me ha gustado y la recomiendo a quien quiera disfrutar durante un par de tardes de un escenario tenebroso maravillosamente descrito.
Biedma logra un clima de sombras y tensión en el que no me veía envuelto desde que leyera, hace un par de años, 'La puerta de los infiernos', de Laurent Gaudé. Narrando en presente y con frases cortas logra envolver al lector en las sombras del relato, lo sitúa bajo la humedad de sótanos y callejones, entre la basura de los vertederos y hace que camine junto a sus dos protagonistas, antihéroes en todos los aspectos: un policía con el rostro marcado (se intuye que por un incendio, pero no se aclara en ningún momento) y un abogado ex-presidiario, ambos de moral y métodos supeditados siempre al logro de objetivos y a su propio beneficio.
Lo más destacado de la novela, para mí, es esa recreación de las escenas, la transmisión al lector del miedo, del dolor, de la miseria y la podredumbre. Tanto es así que, si no fuera por alguna mención a teléfonos móviles y medios de transporte, quien leyera páginas sueltas podría pensar que la novela transcurre en el siglo XVIII.
Aunque no deja de ser una novela negra donde se intenta resolver una serie de crímenes, la historia tiene más interés que otras del género (para mí, esto ya es cuestión de los gustos de cada lector) por ese ambiente que logra crear el autor y por la atmósfera propia del caso: seres deformados, religión, mártires, tarot, lumpen... Sin parecerme una obra maestra me ha gustado y la recomiendo a quien quiera disfrutar durante un par de tardes de un escenario tenebroso maravillosamente descrito.
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