Género: Narrativa
Editorial: Acantilado
SINOPSIS:
El pasado no desaparece: nos espera a la vuelta de la esquina, dispuesto a ajustarnos las cuentas. Por las cosas que debimos hacer y no hicimos, y por las que hicimos y no debimos hacer. Sobre el pasado, sobre el dolor y el remordimiento escribe Antonio Fontana en El perdón de los pecados. Finalista del Premio de Novela Café Gijón 2003.
OPINIÓN:
Primer fiasco de vacaciones.
Sigo en mi agotadora búsqueda de autores españoles actuales que valgan la pena y debo confesar otra decepción. Y eso que viene avalado por Acantilado y premio Café Gijón.
Novelilla construida sobre un monólogo que entona un "mea culpa" tan repetitivo que un mantra tibetano tiene más letra.
De fondo (y que no falte) tragedia en la España profunda de posguerra, discapacidad familiar incluida.
Cansino, pesado, trasnochado, vulgar de puro visto y leído por más que el autor quiera darle tono cosmopolita copiando párrafos enteros de Rebeca de Du Maurier. Comparar Manderley con villorrio castellano de cerrado y sacristía es un sacrilegio.
Vuelvo a preguntarme en qué piensan los miembros de jurados de premios literarios. Aunque sabiendo que la inefable R. Regás participaba en éste, debería haber hecho caso a mis justificados recelos.
Sigo en mi agotadora búsqueda de autores españoles actuales que valgan la pena y debo confesar otra decepción. Y eso que viene avalado por Acantilado y premio Café Gijón.
Novelilla construida sobre un monólogo que entona un "mea culpa" tan repetitivo que un mantra tibetano tiene más letra.
De fondo (y que no falte) tragedia en la España profunda de posguerra, discapacidad familiar incluida.
Cansino, pesado, trasnochado, vulgar de puro visto y leído por más que el autor quiera darle tono cosmopolita copiando párrafos enteros de Rebeca de Du Maurier. Comparar Manderley con villorrio castellano de cerrado y sacristía es un sacrilegio.
Vuelvo a preguntarme en qué piensan los miembros de jurados de premios literarios. Aunque sabiendo que la inefable R. Regás participaba en éste, debería haber hecho caso a mis justificados recelos.
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