FICHA TÉCNICA:
Género: Ensayo
Traducción: Javier Calvo Perales
Editorial: Random House
SINOPSIS:
Traducción: Javier Calvo Perales
Editorial: Random House
SINOPSIS:
Primer volumen de una magistral recopilación de los ensayos más brillantes del Premio Nobel de Literatura J.M. Coetzee, algunos de ellos inéditos, en torno a los escritores esenciales de la literatura universal.
El acto de escribir está íntimamente unido al acto de leer, y a lo largo de su carrera J.M. Coetzee ha abrazado estrechamente ambas pasiones reflejándolas en su notable faceta de ensayista y crítico literario.
En anteriores compilaciones de ensayos, el Premio Nobel ya evocaba las lecturas que apuntalaron la génesis de sus libros. Para Las manos de los maestros, el autor ha seleccionado algunos de estos ensayos, sus favoritos, y los ha acompañado de una serie de textos escritos posteriormente, que se publican ahora por primera vez en lengua española. A lo largo de dos volúmenes exclusivos, el autor vuelve a dar muestra de su aguda penetración crítica y de la gran admiración que siente hacia quienes considera sus maestros.
Más allá de la erudición deslumbrante y la pasión por el estilo y el lenguaje de este sagaz observador, encontramos en estos textos las preocupaciones humanistas y estéticas de uno de los escritores más prestigiosos del mundo contemporáneo, en lo que podría definirse como la mejor aproximación a la obra de algunos de los grandes maestros de la literatura.
El acto de escribir está íntimamente unido al acto de leer, y a lo largo de su carrera J.M. Coetzee ha abrazado estrechamente ambas pasiones reflejándolas en su notable faceta de ensayista y crítico literario.
En anteriores compilaciones de ensayos, el Premio Nobel ya evocaba las lecturas que apuntalaron la génesis de sus libros. Para Las manos de los maestros, el autor ha seleccionado algunos de estos ensayos, sus favoritos, y los ha acompañado de una serie de textos escritos posteriormente, que se publican ahora por primera vez en lengua española. A lo largo de dos volúmenes exclusivos, el autor vuelve a dar muestra de su aguda penetración crítica y de la gran admiración que siente hacia quienes considera sus maestros.
Más allá de la erudición deslumbrante y la pasión por el estilo y el lenguaje de este sagaz observador, encontramos en estos textos las preocupaciones humanistas y estéticas de uno de los escritores más prestigiosos del mundo contemporáneo, en lo que podría definirse como la mejor aproximación a la obra de algunos de los grandes maestros de la literatura.
En este primer volumen, Coetzee nos invita a viajar por la literatura de T.S. Elliot, Nadine Gordimer, Doris Lessing, Walt Whitman, William Faulkner, Arthur Miller, Philip Roth, Patrick White, Les Murray y Gerald Murnane.
OPINIÓN:
He estado dudando de si hacer o no una pequeña reseña de este libro de ensayos que acabo de leer de uno de mis autores favoritos, Coetzee, pero, por si interesa, allá va. Se trata del libro "Las Manos De Los Maestros", Tomo I. Es un conjunto de conferencias que debió de impartir en alguna de las universidades en las que ha estado.
El tema que vertebra estos ensayos (por ser directa) es la necesidad que tiene todo escritor de adscribirse a una TRADICIÓN CULTURAL (de ahí el interés por la definición de qué es lo clásico) y la dificultad con la que se encuentran los escritores "BLANCOS" que viven en una sociedad colonial o post-colonial. Así le dedica un capítulo a Eliot, autor estadounidense que desembarcó en Inglaterra y que intentó demostrar que tanto Inglaterra y la América inglesa se habían de definir "como provincias de una metrópoli eterna: Roma". Más adelante dice Coetzee muy agudamente "donde Eliot se equivocó fue en no prever que el nuevo orden estaría liderado desde Washington y no desde Londres, ni, por supuesto desde Roma".
Entre otras reflexiones, no puedo dejar de aludir al momento en que la música "clásica" aparece en su vida "una tarde de domingo del verano de 1955 cuando yo tenía 15 años, mientras paseaba por el jardín trasero de mi casa… pensando en las musarañas… oí música en la casa de al lado. Mientras duró la música me quedé helado, sin atreverme ni a respirar. La música me hablaba como nunca antes me había hablado. Lo que estaba escuchando era una grabación de 'El clave bien temperado' de Bach...". Y entonces todo cambió, fue un momento de revelación… Pero tuvo una gran trascendencia en mi vida porque por primera vez recibía el impacto de lo clásico".
A partir de ahí, se pregunta Coetze si en ese momento eligió los códigos culturales europeos que le brindaban un camino lejos del callejón sin salida en que se encontraba la sociedad sudafricana blanca. Este es el nudo de todos los ensayos: como autor sudafricano ¿de qué tradición será deudor? Y se lanza al seguimiento de otra egregia autora, Nadine Gordimer, que vivió la misma disyuntiva. Y ya no digo más... Interesante. Muy interesante.
El tema que vertebra estos ensayos (por ser directa) es la necesidad que tiene todo escritor de adscribirse a una TRADICIÓN CULTURAL (de ahí el interés por la definición de qué es lo clásico) y la dificultad con la que se encuentran los escritores "BLANCOS" que viven en una sociedad colonial o post-colonial. Así le dedica un capítulo a Eliot, autor estadounidense que desembarcó en Inglaterra y que intentó demostrar que tanto Inglaterra y la América inglesa se habían de definir "como provincias de una metrópoli eterna: Roma". Más adelante dice Coetzee muy agudamente "donde Eliot se equivocó fue en no prever que el nuevo orden estaría liderado desde Washington y no desde Londres, ni, por supuesto desde Roma".
Entre otras reflexiones, no puedo dejar de aludir al momento en que la música "clásica" aparece en su vida "una tarde de domingo del verano de 1955 cuando yo tenía 15 años, mientras paseaba por el jardín trasero de mi casa… pensando en las musarañas… oí música en la casa de al lado. Mientras duró la música me quedé helado, sin atreverme ni a respirar. La música me hablaba como nunca antes me había hablado. Lo que estaba escuchando era una grabación de 'El clave bien temperado' de Bach...". Y entonces todo cambió, fue un momento de revelación… Pero tuvo una gran trascendencia en mi vida porque por primera vez recibía el impacto de lo clásico".
A partir de ahí, se pregunta Coetze si en ese momento eligió los códigos culturales europeos que le brindaban un camino lejos del callejón sin salida en que se encontraba la sociedad sudafricana blanca. Este es el nudo de todos los ensayos: como autor sudafricano ¿de qué tradición será deudor? Y se lanza al seguimiento de otra egregia autora, Nadine Gordimer, que vivió la misma disyuntiva. Y ya no digo más... Interesante. Muy interesante.
Ana Ballester
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