FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Catalina Martínez Muñoz
Traducción: Catalina Martínez Muñoz
Editorial: Alba
SINOPSIS:
El día de su 19º cumpleaños, Rachel Verinder recibe de su difunto tío, el coronel Herncastle, un dudoso héroe de las campañas militares del imperio Británico en la India, un esplendoroso legado: un diamante enorme, cuyo brillo crece o mengua en consonancia con las fases lunares, y valorado en 30.000 libras. Lo que no sabe Rachel es que esta valiosa joya es producto de un robo sacrílego y que acarrea una maldición. La misma noche en que la recibe tiene ocasión de comprobar que se trata en realidad de un regalo envenenado: el diamante desaparece y siembra la confusión, la desconfianza, la codicia y la muerte en una familia hasta entonces bien avenida.
Admirada por T. S. Eliot, Borges o P. D. James, entre tantos otros, La Piedra Lunar (1868) no sólo goza de un lugar de honor en la tradición de la novela detectivesca, sino que es una fantasía más bien cáustica sobre los hechos y consecuencias del colonialismo. En ella tanto el «botín de guerra» como el opio tienen un papel decisivo en el desarrollo de su enrevesada –si bien implacable– trama. Wilkie Collins escribió un clásico –que hoy presentamos en una nueva traducción de Catalina Martínez Muñoz– donde la pasión de la experiencia y el desafío a lo creíble se oponen a los estragos de la mentalidad utilitaria. Ésta no es una novela para personas que tienen «la misma imaginación que una vaca».
Admirada por T. S. Eliot, Borges o P. D. James, entre tantos otros, La Piedra Lunar (1868) no sólo goza de un lugar de honor en la tradición de la novela detectivesca, sino que es una fantasía más bien cáustica sobre los hechos y consecuencias del colonialismo. En ella tanto el «botín de guerra» como el opio tienen un papel decisivo en el desarrollo de su enrevesada –si bien implacable– trama. Wilkie Collins escribió un clásico –que hoy presentamos en una nueva traducción de Catalina Martínez Muñoz– donde la pasión de la experiencia y el desafío a lo creíble se oponen a los estragos de la mentalidad utilitaria. Ésta no es una novela para personas que tienen «la misma imaginación que una vaca».
OPINIÓN:
He acabado de leer, al fin, una larguísima novela cuyo título conocía desde hace muchísimos años "La piedra lunar" que, junto a una segunda obra del mismo autor llamada "La dama de blanco", forma parte de esos títulos que te prometes leer algún día y no lo haces. Hace poco leí que se considera la primera novela de "intriga" y nada menos que Eliot la calificaba de "la primera, la más larga y la mejor de las modernas novelas detectivescas de Inglaterra", así que dada mi afición a este género y con tan buena recomendación me dispuse a leerla.
Su autor William Wilkie Collins (1824 -1889), amigo de Dickens, escribió esta novela por entregas, como era a veces habitual en ese tiempo, e imagino el interés que semanalmente suscitaría entre sus lectores la aparición de un nuevo episodio. Y como curiosidad, según confesión propia, afirmó haber escrito algún capítulo bajo los efectos del láudano, opio (tema que desarrolla ampliamente en la novela y que provocará uno de los motores de la acción) hasta tal punto que decía no recordar el momento de su escritura.
"La piedra lunar" se desarrolla en el contexto de la alta sociedad victoriana en la que un famoso diamante, la piedra lunar, robado en la India de una figura sagrada, llega a manos de una joven que lo hereda al cumplir 18 años. Esa misma noche la piedra lunar desaparece y toda la intriga de la obra gira en torno a la búsqueda del culpable y su devolución. La originalidad, que hoy en día no nos sorprende, es que el relato se estructura de un modo epistolar que correrá a cargo de los principales personajes de la obra que van, desde sus diferentes puntos de vista, confeccionando la narración (algo parecido, salvando las distancias, al Cuarteto de Alejandría). Para terminar he de decir que me ha agradado y entretenido su lectura. Es un magnífico escritor que recomiendo sin lugar a dudas.
Su autor William Wilkie Collins (1824 -1889), amigo de Dickens, escribió esta novela por entregas, como era a veces habitual en ese tiempo, e imagino el interés que semanalmente suscitaría entre sus lectores la aparición de un nuevo episodio. Y como curiosidad, según confesión propia, afirmó haber escrito algún capítulo bajo los efectos del láudano, opio (tema que desarrolla ampliamente en la novela y que provocará uno de los motores de la acción) hasta tal punto que decía no recordar el momento de su escritura.
"La piedra lunar" se desarrolla en el contexto de la alta sociedad victoriana en la que un famoso diamante, la piedra lunar, robado en la India de una figura sagrada, llega a manos de una joven que lo hereda al cumplir 18 años. Esa misma noche la piedra lunar desaparece y toda la intriga de la obra gira en torno a la búsqueda del culpable y su devolución. La originalidad, que hoy en día no nos sorprende, es que el relato se estructura de un modo epistolar que correrá a cargo de los principales personajes de la obra que van, desde sus diferentes puntos de vista, confeccionando la narración (algo parecido, salvando las distancias, al Cuarteto de Alejandría). Para terminar he de decir que me ha agradado y entretenido su lectura. Es un magnífico escritor que recomiendo sin lugar a dudas.
Ana Ballester
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