Género: Narrativa
Traducción: Gabriel Dols Gallardo
Editorial: Plaza & Janés
Traducción: Gabriel Dols Gallardo
Editorial: Plaza & Janés
SINOPSIS:
El asesino perfecto no tiene amigos, solo objetivos...
La primera parte de «El Ángel de la Noche», la trilogía de fantasía épica que ha convertido a Brent Weeks en uno de los autores revelación de la literatura fantástica.
La muerte es un arte, y Durzo Blint lo ejecuta a la perfección, sea en una callejuela oscura o en las grandes estancias de palacio. Incluso el poderoso Sa'kagé, la organización criminal que mueve los hilos y los intereses en la ciudad de Cenaria, lo respeta.
La vida carece de valor si se ha nacido en las calles, y para Azoth la única manera de escapar a la miseria y el miedo que siempre lo han acompañado es ser temido antes que temer, matar antes de que lo maten. Si quiere sobrevivir, debe convencer a Blint de que lo acepte como aprendiz.
Pero aprender a asesinar con el mejor exige más que un duro adiestramiento. Hay que cambiar de identidad. Hay que olvidar el pasado y aquello en lo que se creía. Hay que aprender a moverse como las sombras en un mundo de intrigas donde nobles, plebeyos y criminales son meras piezas en una partida que acaba de empezar.
«Levántate, chaval. Es hora de matar.»
La primera parte de «El Ángel de la Noche», la trilogía de fantasía épica que ha convertido a Brent Weeks en uno de los autores revelación de la literatura fantástica.
La muerte es un arte, y Durzo Blint lo ejecuta a la perfección, sea en una callejuela oscura o en las grandes estancias de palacio. Incluso el poderoso Sa'kagé, la organización criminal que mueve los hilos y los intereses en la ciudad de Cenaria, lo respeta.
La vida carece de valor si se ha nacido en las calles, y para Azoth la única manera de escapar a la miseria y el miedo que siempre lo han acompañado es ser temido antes que temer, matar antes de que lo maten. Si quiere sobrevivir, debe convencer a Blint de que lo acepte como aprendiz.
Pero aprender a asesinar con el mejor exige más que un duro adiestramiento. Hay que cambiar de identidad. Hay que olvidar el pasado y aquello en lo que se creía. Hay que aprender a moverse como las sombras en un mundo de intrigas donde nobles, plebeyos y criminales son meras piezas en una partida que acaba de empezar.
«Levántate, chaval. Es hora de matar.»
OPINIÓN:
“El camino de las sombras”, de Brent Weeks, es la primera entrega de la saga “El ángel de la noche”.Está protagonizada por Azoth, un huérfano que malvive en las calles rodeado de miseria y miedo. La única manera de poder escapar de las Madrigueras es conseguir que Durzo Blint, el mejor ejecutor de Cenaria, lo acepte como aprendiz.
Pero el camino no será fácil. Aprender a asesinar implica dejar atrás todo lo que amaste una vez; conseguir desplazarte como una sombra en un mundo de intrigas y traiciones. Allí, cualquier paso en falso puede costar muchas vidas, además de la tuya.
El primer libro de la saga transcurre en Cenaria, uno de los reinos de Midcyru. Está gobernado por Alain IX, un rey que no destaca ni por su inteligencia ni por su buen hacer. Comparte el poder con el Sa`kagé, un consejo de nueve personas que controlan los bajos fondos de la ciudad.
Azoth, reconvertido en Kylar Stern, debe aprender a leer, escribir, a comportarse en la alta sociedad, a pelear y a asesinar de todas las maneras imaginables. Pero nunca llegará a la altura de su maestro porque, aunque es realmente bueno, carece de Talento; un poder mágico que transforma a un mero asesino en un gran ejecutor.
Una novela en la que contrastan la sagacidad de Durzo y la inocencia de Kylar. Ambos se aprecian, a su modo, pero tienen maneras completamente diferentes de ver la vida: Durzo, hastiado de todo, no confía en nadie; Kylar confía ciegamente en las personas a las que más quiere, aún a sabiendas de que representan puntos débiles que pueden costarle caro.
Brujos, profetas, ejecutores y traidores forman parte de un universo en el que la vida y la muerte van de la mano; y en el que todos se juegan mucho más de lo que creen, porque una terrible amenaza se cierne sobre Cenaria.
Ha sido un auténtico placer reencontrarme con uno de mis héroes favoritos, a quien volveré a ver pronto en “Al filo de las sombras”.
«Hay que inyectarse cada día de fantasía, para no morir de realidad.»
Ray Bradbury.
Ana G. Aranda
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