Género: Narrativa
Traducción: María Teresa Gallego Urrutia / Amaya García Gallego
Traducción: María Teresa Gallego Urrutia / Amaya García Gallego
Editorial: Alfaguara
SINOPSIS:
El autor que cautivó a más de un millón de lectores con La delicadeza asombra y conmueve con una novela que, como la obra de Charlotte Salomon, inventa una nueva forma de arte.
OPINIÓN:
“Charlotte” es la primera obra que leo del escritor francés David Foenkinos y me ha gustado bastante. Relata la vida de una joven artista berlinesa, de ascendencia judía, que fue apresada y terminó sus días en un campo de concentración nazi, en el año 1943.La historia y existencia de Charlotte es bien triste ya de inicio, como si estuviera destinada a un fin trágico. Nació en el seno de una familia a la que no le faltaban recursos, sin ser excesivamente adinerada ni fastuosa, pero con un sino muy desgraciado en su interior, especialmente por parte materna. Una serie de sucesos familiares, que no desvelaré por no estropear la lectura a quién se anime con ella, hizo que Charlotte naciera y creciera forjando un carácter silencioso y retraído, una personalidad algo enfermiza que no pudo desarrollar hasta que descubrió su gran pasión, la pintura. Con suerte, una parte de su juventud se nutrió de contactos con diversos intelectuales berlineses de la época y aún pudo asistir a la escuela de bellas artes, aunque poco duró. La subida y afianzamiento del nazismo al poder tuvo como consecuencia la persecución de la población judía y la censura a artistas que no tuvieran una determinada manera de entender y hacer arte. Con todo, Charlotte pudo exiliarse en Francia hasta que fue ocupada, allí se dedicó a sus dibujos, en los que plasmó su sensibilidad y pasión hasta prácticamente el final de su vida. Además, durante varios años, se consagró a su única obra titulada “¿Vida o teatro?”, testimonio de su existencia azarosa, en género teatral combinado con ilustraciones propias, una obra auténtica.
Foenkinos compone este relato de una forma personal, un escrito que en algunos momentos adquiere un tono lírico, incluso poético. El modo en el que el autor se introduce en la trama, como si fuera uno más o como si pudiera trasladar al lector la idea de estar viendo por un agujerito a una Charlotte que actuaba y sentía en el momento. Este estilo me ha recordado a “Dora Bruder”, de Patrick Modiano, que leí hace unos años y en la que también somos testigos de la vida de una joven, durante la primera mitad del siglo XX, en París. “Charlotte” es una biografía novelada, breve e intensa.
Dolors Martínez
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