25 de febrero de 2022

"Cristina, hija de Lavrans", de Sigrid Undset

cristina hija de lavrans
FICHA TÉCNICA:

Género: Narrativa
Traducción: Rosa S. de Naveira
Editorial: Ediciones Encuentro

SINOPSIS: 
Obra cumbre de la escritora noruega Sigrid Undset (1882-1949), Cristina, hija de Lavrans está considerada la mejor novela histórica del siglo XX. Narra la vida de Cristina, una joven inmersa en un mundo de pasiones y desesperanzas. Ambientada en la Noruega del siglo XIV, la obra recoge a través de un variado elenco de personajes un paisaje donde la fe aún convive con los restos de las costumbres paganas.
Este libro recoge las tres partes de las que se compone la novela y que fueron editadas separadamente:
1. La Corona
2. La Mujer
3. La Cruz
Sigrid Undset recibió el Premio Nobel de Literatura en 1928.

OPINIÓN:
LA CORONA
"Si la gente de las grandes granjas de los alrededores no había recurrido a los consejos de Dama Aashild, por lo menos abiertamente, era porque estimaban que el sacerdote poseía suficiente habilidad.
No era fácil para ellos saber cómo debían comportarse con dos personas que, en cierto modo, habían sido rechazadas por su propia clase.
Sira Erik decía que no se molestaban mutuamente y que, con respecto a la MAGIA DE LA DAMA, él no era el cura de su parroquia; podía ser que Dama Aashild supiera un poco más de lo que era deseable para el bien de su alma, pero NO HABÍA QUE OLVIDAR QUE LOS IGNORANTES HABLABAN FÁCILMENTE DE MAGIA, TAN PRONTO COMO UNA MUJER ERA MÁS INTELIGENTE QUE LA MASA.
Por su parte, Dama Aashild hacía grandes elogios del sacerdote y asistía con asiduidad a la iglesia, si por casualidad se hallaba un día de fiesta en Joerungaard".

Ha sido para mí un gran descubrimiento esta autora noruega, Sigrid Undset (1882-1949), Premio Nobel de Literatura 1928.
He terminado hoy su novela “LA CORONA” (1920), la primera de su trilogía "CRISTINA, HIJA DE LAVRANS". Las otras dos obras que la componen son "LA MUJER" y "LA CRUZ".
Debo decir que leí de un tirón las 322 páginas de una prosa maravillosa ... que trenza unas historias muy dramáticas de dos generaciones de nobles caballeros rurales escandinavos, honrados y laboriosos, en su dura lucha diaria por la subsistencia ... contra la naturaleza y los elementos, los accidentes y las enfermedades ... son granjeros con altos valores morales y espirituales resguardados o más bien reprimidos por los tabúes sociales de su religión y su tiempo.
El tema, creo entender, está implícito en el título de la obra: "CORONA", palabra que en Escandinavia tiene un significado metafórico ancestral: himen ... o sea, las historias de los protagonistas giran en torno a la virginidad y a las tragedias humanas que su pérdida a destiempo ocasionaba en la época en que se desarrolla la historia.
Cristina es una joven bella, fuerte e inteligente que ama a su padre, con quien mantiene una relación muy cercana ... sale desde muy chica en la grupa de su caballo y aprende los secretos de los diversos trabajos de la granja ... mientras que su madre se mantiene emocionalmente aislada, supuestamente atormentada y deprimida por las fallecimientos de dos de sus infantes ... pero la verdadera razón de su sufrimiento es relativa a íntimos secretos que guarda en relación a su CORONA ... y a su matrimonio.
Hay varios dramas en la historia: un grave accidente con terribles consecuencias para la niñita menor de la familia y graves también, pero no tanto, para el padre, con el consecuente empeoramiento de estado anímico de la madre ...
Continúa la narración con la aparición de nuevos e interesantes personajes que animan y dan veracidad a la historia ... el fraile sabio y artista; el bueno y piadoso sacerdote-médico de cuerpo y de alma; la curandera que es maga y psicóloga y que es una gran dama socialmente venida a menos; el caballero rico pariente de los reyes; campesinos; mujeres de la vida; el prometido; el amante; el convento y las monjas ...
Toda la novela va adquiriendo un ritmo in crescendo, un tono de expectación ... de suspenso, por tratar de adivinar que terribles consecuencias podrían tener las impulsivas e irreflexivas acciones de los jóvenes enamorados ... y su lucha porque su amor llegue a buen término ... con toda la familia y la sociedad en su contra ... y qué secuelas psicológicas tendrá para Cristina la prolongada pugna familiar contra las convenciones ...
Me ha encantado y la recomiendo.

—"¿Piensas en Cristina? —preguntó la madre—. Puede que les vaya mejor de lo que creemos, Lavrans.
—Sí, estoy pensando en eso. Evidentemente, virgen o mujer, ha encontrado en la cama nupcial al hombre al que había dado su amor. Eso es algo que ni tú ni yo hicimos, mi pobre Ragnfrid.
Ragnfrid lanzó un profundo gemido y se dejó caer de lado sobre el heno.
Lavrans alargó la mano y le tocó la espalda:
—Pero es que yo no pude —dijo vivamente, con voz dolida—. No, no podía ser… como tú deseabas … cuando éramos jóvenes. Yo no soy así.
Al cabo de un rato, Ragnfrid dijo llorando:
—No por ello hemos tenido mala vida juntos, Lavrans, durante todos estos años.
—Eso es lo que yo también he creído —murmuró sombrío. Los pensamientos rodaban y se agolpaban en su mente.
La única mirada que novio y novia cambiaron, con sus rostros jóvenes arrebolados por un fuego interior, le parecía una falta de pudor.
Le había dolido que su hija fuera así.
Pero no podía dejar de ver sus ojos… y tenazmente, ciegamente, luchaba por evitar que el velo que cubría su propio corazón se alzara y dejara ver algo que jamás había querido reconocer, porque de aquel pecado se había defendido incluso de su esposa cuando esta se lo pedía como quien pide una limosna.
No había podido; era a esto a lo que se aferraba con tanta energía. ¡En nombre del diablo! Se había casado muy joven, no le habían dejado elegir, ella tenía más años que él… y no la había deseado; no era con ella con quien había querido aprender a amar. Le sofocaba y se sentía avergonzado todavía cuando recordaba que ella había deseado que le diera un amor que él no había querido obtener de ella; que ella le hubiera ofrecido todo aquello que él jamás le había pedido. Había sido un buen marido; era lo que él mismo creía. Le había mostrado toda la deferencia que podía, la había colocado a su lado en un plano de igualdad, había siempre requerido su consejo en todo, le había sido fiel y habían tenido seis hijos. Sólo que él había exigido siempre el derecho de vivir con ella sin que ella pudiera sorprender jamás en su corazón lo que él no quería descubrirle. No había sentido amor por ninguna otra".
Lucila Argüello

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