1 de febrero de 2014

"La tumba del tejedor", de Seumas O'Kelly

La tumba del tejedor Seumas O'Kelly
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Celia Filipetto
Editorial: Sajalín

SINOPSIS:
Mortimer Hehir, el tejedor de un pequeño pueblo irlandés, ha muerto, y sólo dos ancianos, el picapedrero Cahir Bowes y el fabricante de clavos Meehaul Lynskey, pueden encontrar la tumba de su clan en el lúgubre y ancestral cementerio de Cloon na Morav —el Prado de los Muertos—, donde únicamente las familias más antiguas del lugar tienen derecho a ser enterradas. En su tragicómica búsqueda les acompañan dos jóvenes enterradores y la viuda del tejedor, quienes asisten a las continuas trifulcas de los viejos, obcecados en probar su conocimiento del cementerio y, por ende, de la historia de sus inquilinos. Se trata de su última oportunidad de demostrar al mundo su tardía utilidad, aunque sea a costa de enzarzarse en una grotesca farsa con tintes absurdos sin nada que envidiar al humor negro y metafísico de Samuel Beckett o Flann O'Brien.

OPINIÓN:
A nadie le amarga un dulce, y menos si es un bombón relleno de whisky irlandés como este breve relato, capaz de aunar en 77 páginas parte de la Historia de Irlanda.
Los amantes de la cultura irlandesa ya conocemos esa capacidad innata que tienen sus autores de hacer Literatura con mayúsculas de una idiosincrasia particular. Seamus O'Kelly no escapa a esa condición. Apenas conocido en España, este periodista, dramaturgo y poeta de la quinta de J. Joyce es renombrado en su país tanto por sus relatos como por su compromiso con el Sinn Féin a través del periódico Nationality. Su obra es tan breve como su vida y de ella destaca la divertidísima "La tumba del tejedor", la única editada en español por Sajalín. 
La trama, surrealista donde las haya: Mortimer, el tejedor de un pueblecito irlandés ha muerto. El hecho de hallar el lugar donde le corresponde enterrarse en el laberíntico cementerio de Cloon na Morav (El prado de los muertos), cuyo mapa sólo residía en la mente del finado, se convierte en una Odisea celta de la mano de los únicos que podrían recordar su paradero: dos ancianos que se aferran a esta última oportunidad de demostrar su utilidad a la comunidad y que no dudan en prolongarla con discusiones genealógicas tan enredadas como la turba que pisan, sin importarles lo más mínimo los sentimientos de una paciente viuda o la prisa de los enterradores. 
Viejos, pero no vejez; muertos, pero no extintos; un cementerio que constituye un Gotha repleto de aristócratas de oficios; viudas con luto de primavera; discusiones tan eternas como las piedras y volátiles como el whisky. 
Y humor, mucho humor negro.
Finalmente, un guiño para cinéfilos. Leedlo, y sabréis de dónde extrajo J.Ford la idea para una escena de "El Hombre Tranquilo".

4 comentarios:

  1. Voy a buscarlo, creo que puede ser muy buena lectura. Además en general suelo disfrutar de las escritores Irlandeses.
    Un saludo.

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  2. Pues me lo llevo apuntado!! =)

    Besotes

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  3. Anotado estaba y ahora bien subrayado. De esta semana que empieza no pasa que me haga con él.
    Besos,

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  4. Es un libro encantador. Vale la pena disfrutar de su lectura.

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