Género: Ensayo
Traducción: Francisco Campillo
Editorial: Antonio Machado Libros
SINOPSIS:
Editorial: Antonio Machado Libros
SINOPSIS:
OPINIÓN:
Libro que hay que leer, o no, por el título. Porque es justo eso, la ligazón, los lazos rotos, las vueltas a empezar y final en la relación entre Bizancio y Venecia; desde la alta Edad Media hasta 1453, la caída de Constantinopla. Libro de contrastes. Amor y odio entre bizantinos y vénetos. Una ciudad de creación y duración tan cierta como inverosímil que crece expandiendo un imperio comercial; un imperio que se va reduciendo hasta desaparecer en 1453. Espejos deformantes, noria vertiginosa, Destino guasón si existiera.
Venecia es fácil de elogiar, por su origen diminuto y su camino hacia el esplendor mediante la combinación casi perfecta de comercio, diplomacia y guerra. Mas no debemos menospreciar a Bizancio Constantinopla, algo grande tuvo para resistir tantos siglos frente a enemigos variados, a veces más fuertes, más ricos, mejores guerreros.
Es un libro corto para abarcar un período de 900 años. Es así porque el autor deja especulaciones, filosofías y flores fuera de la laguna adriática, detrás de las murallas terrestres y marítimas constantinopolitanas. Volumen de datos y noticias. En un tramo se hace pesada la letanía de acuerdos, embajadas, contra embajadas, violaciones y ratificaciones de los acuerdos, pero la Historia es así. Conste que el libro en general es entretenido. Apasionante e imprescindible para los amantes de cualquiera de las dos ciudades, no digo ya para los de ambas.
Leo la primera edición de 2011 en Antonio Machado Libros, traducción de Francisco Campillo; la original boloñesa es de 2006. Trae seis mapas adecuados, pero hay que tener buena vista para leerlos. Bien la cronología, que siempre gusta repasar, la bibliografía adecuada, sin lucimiento falso en un tema tan trabajado.
No sé cuanto cuesta y no lo miro, pues me lo regalaron. Yo soy regular, el libro bueno, la persona que me lo regaló, óptima.
Libro que hay que leer, o no, por el título. Porque es justo eso, la ligazón, los lazos rotos, las vueltas a empezar y final en la relación entre Bizancio y Venecia; desde la alta Edad Media hasta 1453, la caída de Constantinopla. Libro de contrastes. Amor y odio entre bizantinos y vénetos. Una ciudad de creación y duración tan cierta como inverosímil que crece expandiendo un imperio comercial; un imperio que se va reduciendo hasta desaparecer en 1453. Espejos deformantes, noria vertiginosa, Destino guasón si existiera.
Venecia es fácil de elogiar, por su origen diminuto y su camino hacia el esplendor mediante la combinación casi perfecta de comercio, diplomacia y guerra. Mas no debemos menospreciar a Bizancio Constantinopla, algo grande tuvo para resistir tantos siglos frente a enemigos variados, a veces más fuertes, más ricos, mejores guerreros.
Es un libro corto para abarcar un período de 900 años. Es así porque el autor deja especulaciones, filosofías y flores fuera de la laguna adriática, detrás de las murallas terrestres y marítimas constantinopolitanas. Volumen de datos y noticias. En un tramo se hace pesada la letanía de acuerdos, embajadas, contra embajadas, violaciones y ratificaciones de los acuerdos, pero la Historia es así. Conste que el libro en general es entretenido. Apasionante e imprescindible para los amantes de cualquiera de las dos ciudades, no digo ya para los de ambas.
Leo la primera edición de 2011 en Antonio Machado Libros, traducción de Francisco Campillo; la original boloñesa es de 2006. Trae seis mapas adecuados, pero hay que tener buena vista para leerlos. Bien la cronología, que siempre gusta repasar, la bibliografía adecuada, sin lucimiento falso en un tema tan trabajado.
No sé cuanto cuesta y no lo miro, pues me lo regalaron. Yo soy regular, el libro bueno, la persona que me lo regaló, óptima.
Luis Miguel Sotillo Castro
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