“Tres abuelas y un cocinero muerto” (Trilogía de Helsinki 1), de Minna Lindgren

FICHA TÉCNICA:

Género: Narrativa

Traducción: Luisa Gutiérrez Ruiz

Editorial: Suma

SINOPSIS:

Siri, Irma y Anna-Lisa son tres viudas de noventa años residentes en El Bosque del Crepúsculo, un centro privado de apartamentos para la tercera edad de Helsinki. Más que un nidito acogedor para las personas mayores, la residencia resulta un lugar siniestro en el que los ancianos se ven privados de su identidad, rodeados todos los días por enfermeros vagos e inexpertos, y obligados a hacer gimnasia, a asistir a conferencias y a tomar una gran cantidad de medicamentos prescritos por médicos a los que apenas han visto.

Parece que para las tres amigas los días ya solo traerán partidas de cartas, viajes en tranvía y asistencia a funerales. Pero en la residencia se empiezan a producir unos misteriosos asesinatos... y quizá nadie había contado con la curiosidad y el tiempo libre de unas inocentes ancianitas.

OPINIÓN:

Este es el primer tomo de la denominada Trilogía de Helsinki, de la finlandesa Minna Lindgren.
Lindgren es una periodista conocida en su país por su tono irreverente y allí la presente obra ha sido acogida con éxito.
Por mi parte, si ha caído este volumen en mis manos, ha sido porque me hacía gracia el título y porque tenía ganas de una lectura fácil.
Las protagonistas son Siri, Irma y Anna-Lisa, tres abuelas nonagenarias, habitantes de la residencia El bosque del Crepúsculo, donde en un breve periodo de tiempo comienzan a suceder extraños acontecimientos. Un cocinero muerto, robos o ancianos que se vuelven dementes y son trasladados a la “Sección cerrada”. En realidad, no son tan raros, sólo es que los sucesos tienen una explicación laboriosa y legal, y las tres abuelas se verán inmersas en el meollo, les guste o no.
Me ha gustado a medias. En lo que se refiere a valor literario, no tiene ninguno, es lo que se podía esperar. La cuestión es la trama, poco sugestiva en numerosas ocasiones, hasta parecer simplona. Hay veces en las que no sucede nada y la trama se limita a dar vueltas por la ciudad de Helsinki en tranvía, lo cual hasta cierto punto me ha parecido interesante, pero también se me ha hecho repetitivo y aburrido.
Los aspectos positivos son, el ya mencionado carácter irreverente, con un punto de humor negro, sobre la existencia humana y ese toque de denuncia social acerca del trato a la senectud por parte de los allegados y la sociedad, en general.

Dolors Martínez