Género: Narrativa
Editorial: Pepitas de calabaza
SINOPSIS:
Editorial: Pepitas de calabaza
SINOPSIS:
«Vine a Motos porque me dijeron que acá
vivía un solo habitante, un tal Matías López. Vine a buscar la zona cero
de la despoblación, el punto justo donde el tumor de la soledad se
transmuta en metástasis extrema de la desolación. Vine un domingo a
mediodía buscando a un pastor soltero llamado Matías. Pero no hallé más
que silencio y soledad. No encontré otra cosa que un no-lugar en un
no-tiempo, una encrucijada geográfica y mental alejada de toda
coordenada conocida».
Así comienza este viaje de 2.500 kilómetros por la España despoblada,
la llamada Laponia del sur o Serranía Celtibérica: un territorio
montañoso y frío con 1.355 pueblos que se extiende por las provincias de
Guadalajara, Teruel, La Rioja, Burgos, Valencia, Cuenca, Zaragoza,
Soria, Segovia y Castelló. En su interior viven menos de ocho habitantes
por kilómetro cuadrado. No hay un lugar tan extremo y vacío en toda
Europa. Este periplo invernal por una Nada demográfica da voz a los
últimos pobladores de un mundo en extinción. Paco Cerdà ha escrito la
crónica de los otros, los que se quedaron descolgados de un país
urbanizado a gran velocidad que ha olvidado su origen rural.
OPINIÓN:
Parece
que el éxito de obras encuadradas en lo que se ha venido a llamar
neorruralismo ('Intemperie', 'Lobisón', 'Por si se va la luz') ha dado
lugar un género paralelo, más próximo al ensayo y cuyo pilar temático es
el concepto 'despoblación', dentro del cual están teniendo mucho éxito
obras como 'La España vacía', de Sergio del Molino, y este 'Los últimos.
Voces...' de Paco Cerdá.
Con forma de ensayo, quizá de (macro)artículo periodístico, pero aires de novela, su autor nos ofrece una instantánea documental y humana de la llamada Laponia del Sur o Serranía Celtibérica, un conjunto de más de 1.300 poblaciones españolas con una densidad de población inferior a los 8 habitantes por kilómetro cuadrado.
Cerdá establece contacto con esos últimos que quedan, busca voces y, a su vez, retrata los silencios. Y puede que estos últimos nos cuenten más que cualquier sonido. Elige el autor el frío invierno para mostrar las imágenes en toda su crudeza, evitando así ocasionales picos de población originados por el turismo o cualquier visita ocasional. Serán las voces de estos últimos habitantes quienes harán al lector apreciar que este fenómeno, denominado demostanasia, implica no sólo un fenómeno físico de migración que da lugar a espacios silenciosos y vacíos, sino también la lenta y terminal desaparición de la cultura y sociedad del lugar.
Durante la obra, excepcionalmente narrada, resuenan de manera constante ecos de Rulfo y García Márquez. Entre rocas y casas de piedra las palabras de su autor y los entrevistados nos harán reflexionar sobre la soledad, la resistencia, la desigualdad, el miedo, el capitalismo, el desarraigo y el olvido de los poderes públicos, todo envuelto en un aura de realismo mágico que hace aún más placentera la lectura.
Una obra interesante, absorbente, narrada con exquisito gusto y, por momentos, muy emotiva que sin duda recomiendo.
Con forma de ensayo, quizá de (macro)artículo periodístico, pero aires de novela, su autor nos ofrece una instantánea documental y humana de la llamada Laponia del Sur o Serranía Celtibérica, un conjunto de más de 1.300 poblaciones españolas con una densidad de población inferior a los 8 habitantes por kilómetro cuadrado.
Cerdá establece contacto con esos últimos que quedan, busca voces y, a su vez, retrata los silencios. Y puede que estos últimos nos cuenten más que cualquier sonido. Elige el autor el frío invierno para mostrar las imágenes en toda su crudeza, evitando así ocasionales picos de población originados por el turismo o cualquier visita ocasional. Serán las voces de estos últimos habitantes quienes harán al lector apreciar que este fenómeno, denominado demostanasia, implica no sólo un fenómeno físico de migración que da lugar a espacios silenciosos y vacíos, sino también la lenta y terminal desaparición de la cultura y sociedad del lugar.
Durante la obra, excepcionalmente narrada, resuenan de manera constante ecos de Rulfo y García Márquez. Entre rocas y casas de piedra las palabras de su autor y los entrevistados nos harán reflexionar sobre la soledad, la resistencia, la desigualdad, el miedo, el capitalismo, el desarraigo y el olvido de los poderes públicos, todo envuelto en un aura de realismo mágico que hace aún más placentera la lectura.
Una obra interesante, absorbente, narrada con exquisito gusto y, por momentos, muy emotiva que sin duda recomiendo.
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