Género: Narrativa
Traducción: Jaime Zulaika
Editorial: Gatopardo
SINOPSIS:
Traducción: Jaime Zulaika
Editorial: Gatopardo
SINOPSIS:
Ganador del Premio James Tait Black Memorial, este estudio sobre la vida y la obra de Virginia Woolf —en una nueva versión revisada y ampliada por la autora— pretende «articular una narración capaz de rastrear —tan íntimamente como permita la autenticidad— el flujo de memoria e imaginación a lo largo de toda una vida, de manera que veamos a Virginia Woolf tal como ella misma se veía», señala Lyndall Gordon. Su infancia, su relación con su padre, su feminismo, su sexualidad y su matrimonio, el círculo de Bloomsbury, sus crisis nerviosas, las convenciones victorianas, la escritura y su relación con la vida, son sólo algunos de los múltiples aspectos que la autora trata en esta obra.
Basándose en la copiosa correspondencia, en los diarios y en el abundante material de la escritora —desde sus papeles privados a su narrativa y sus ensayos—, Lyndall Gordon construye, a través de su obra y de los personajes de sus novelas, un excelente retrato de la escritora y de su tiempo.
Basándose en la copiosa correspondencia, en los diarios y en el abundante material de la escritora —desde sus papeles privados a su narrativa y sus ensayos—, Lyndall Gordon construye, a través de su obra y de los personajes de sus novelas, un excelente retrato de la escritora y de su tiempo.
OPINIÓN:
No resulta sencillo expresar con palabras justas lo que me ha suscitado este libro. Por decirlo de una forma simple, es un recorrido por la vida de una mujer con una mente inteligente, sagaz, audaz, crítica, introspectiva, inquieta, emocional, en definitiva, profunda y vasta, cuya mirada completa la biógrafa estadounidense mediante extractos de su diario, cartas de Virginia y de sus allegados.
La autora expone la existencia de Virginia Woolf de forma no lineal en el tiempo, pero tratando de establecer una evolución personal en relación a sus experiencias y su obra. Woolf fue una mujer compleja, sufrió diversos problemas mentales, sin embargo a lo largo de su vida buscó sus propios mecanismos de resistencia y supervivencia y uno de ellos fue la escritura, gracias a la cual canalizó muchos de los fantasmas que la atenazaban. Y este es uno de los puntos clave de lo expuesto por Lyndall Gordon. Pese a la tragedia que la precedió, el final de Woolf no fue un acto “cantado” desde inicio, como nos hacen creer otras interpretaciones que se han hecho de su obra y vida. Woolf intentó comprender su mundo interior y los sucesos que ocurrían a su alrededor desde una perspectiva muy amplia, y a menudo se topó con “aletas” (incertidumbres, lo desconocido) y al dejarse mecer por las “olas” (metáfora), en ocasiones conseguía salir airosa y otras acababa en deriva. No obstante, casi siempre consiguió recomponerse. De este modo, Gordon nos da una idea de la Virginia que alcanza la felicidad, pero también cae. En eso reside el buen hacer y el resultado de una buena biografía, señalar no sólo los hechos importantes, sino como diría la misma Virginia, el lado oscuro, es decir, lo cotidiano, lo aparentemente insignificante, las debilidades. Virginia Woolf fue una mujer en constante búsqueda y no le haría justicia una valoración de su vida que remarque cómo acabó. En el ocaso de su vida intentó ampliar su público, fue crítica con la mentalidad belicosa de sus congéneres a raíz del estallido de la II Guerra Mundial, mientras su visión de la mujer trataba de comprender y superar la posición en que se hallaba su género.
En suma, la biografía no es un género sencillo y, en este caso, es una lectura sesuda dada la complejidad de la personalidad de Virginia, pero al terminarla se agradece. Es una lectura que enriquece en todos los sentidos.
Dolors Martínez
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