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1 de agosto de 2018

"Al faro", de Virginia Woolf

Al faro Virginia Woolf
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Dámaso López
Editorial: Cátedra

SINOPSIS:
En 1926, Virginia Woolf cumplió cuarenta y cuatro años y se hallaba escribiendo una nueva novela que a diferencia de sus otras obras la arrastraba en medio de un tumulto de apremiantes arrebatos creativos. Ni dudas, ni vacilaciones, ni nerviosos exámenes de sus propios méritos, ni miradas de reojo a la obra de otros escritores, ni amargos comentarios sobre la distancia que se interpone entre sus deseos y el resultado con el que tiene que contentarse. Al Faro, su nueva obra, es la más desnudamente autobiográfica de sus novelas, la más centrada en sus relaciones con sus padres, con la familia y con el medio social del que provenía, la más centrada en el análisis de sus propias responsabilidades como creadora.
Al Faro se concibió y redactó como analogía de la pintura que adquiere forma y cuerpo con el paso del tiempo dentro de la propia novela; esa pintura que se ejecuta ante los ojos del lector, quien, propiamente, no ve la pintura, sino que la lee. Virginia Woolf consigue conjugar en esta novela todos los elementos del recuerdo con una forma artística plenamente satisfactoria, y logra que los ingredientes con que compone sus novelas, la vida, la muerte, adquieran una extraordinaria riqueza de matices. Consigue, en fin, un equilibrio difícil, comprometido, entre revelación y conocimiento.
"Al faro" es una novela que constituye una heroica reconstrucción de las pérdidas (reales o imaginarias) y tiranías del pasado. En ella puede apreciarse en su plenitud la técnica del monólogo interior y unas imágenes ricas y sugerentes.

OPINIONES:
Fue la lectura de julio de 2018 en el Club de Lectura.

Virginia Woolf escribió esta novela después de “La señora Dalloway”, y al igual que en ella, en “Al faro” aparece de nuevo como elemento fundamental e innovador el monólogo interior; conocemos la historia desde los pensamientos de los personajes, algo que resulta muy interesante.
El libro se divide en tres partes. En “La ventana” (la parte más extensa con diferencia) la autora nos sitúa en la isla de Skye, en Escocia, y se centra en la familia Ramsay, que está allí con sus ocho hijos y varios amigos de visita. Una deseada excursión al faro del lugar, que se retrasará, es la excusa para analizar, entre otros aspectos, la relación entre Mr. y Mr. Ramsay y algunos de sus hijos. Es notable la caracterización de los padres, en especial la bella e influyente Mrs. Ramsay. Cabe destacar entre el resto de personajes a Lily Briscoe, una pintora soltera que a medida que avanza la lectura identificamos como alter ego de la autora.
La segunda parte, “El paso del tiempo”, es muy breve y en ella la narración cambia radicalmente. Desaparece el monólogo interior y nos encontramos un narrador omnisciente que describe el abandono, la ausencia y el paso del tiempo en la casa que habían ocupado familia y amigos. En “El faro”, tercera y última parte, algunos de los personajes regresan diez años más tarde al mismo escenario en la isla de Skye, y nuevamente nos sumergimos en sus reflexiones e inquietudes vitales a través de sus pensamientos.
Sin diálogos y con escasa acción, Virginia Woolf, con su increíble capacidad de sumergirse en los personajes y plasmar sus pensamientos más profundos, y la versatilidad de pasar de uno a otro sin tregua, logra que el lector sienta y vibre con cada uno de ellos, y aprecie la tensión, los cambios de humor o los momentos incómodos. Es una obra eminentemente autobiográfica, la semejanza de la familia Ramsay con la de la autora es evidente, los padres, los ocho hijos, algunas de las circunstancias que se retratan... Sin duda Virginia Woolf vertió en “Al faro” muchas de sus propias experiencias, inquietudes y reflexiones.
Es una lectura profunda e intimista que requiere una lectura atenta y obliga a releer a menudo. A pesar de no ser nada fácil de leer, su prosa lírica y muchos fragmentos soberbios y bellos compensan la dificultad. Me ha gustado mucho, aunque reconozco que es un libro de los que hay que volver a leer para captarlo en su totalidad.
Esther Rodríguez

Esta novela me ha parecido una lectura especialmente difícil, básicamente porque no se puede decir que haya una verdadera trama, una estructura del tipo "principio, nudo y final", o donde haya una acción rápida, una intriga... muy al contrario, la trama es bastante secundaria, primando en cambio la descripción psicológica de los personajes, sus reflexiones, sus perspectivas. La estructura es bastante novedosa: sólo se narra la acción de unos días separados entre sí por diez años, permitiendo ver qué transformaciones han sufrido los personajes durante ese tiempo, o, más bien, cómo les ha ido en función de las decisiones que han tomado: por ejemplo, a Minta con su matrimonio o a Lily con su soltería, pues uno de los temas que subyacen son la situación de la mujer en la época, que parecía no tener otra alternativa que el matrimonio, siendo una mujer como Lily, que se niega a aceptar esta única opción, considerada una "insignificante solterona", como ella misma llega a calificarse (capítulo 7, III. El faro). Otros temas son el conocimiento de uno mismo, la subjetividad, el cómo nos perciben los otros y cómo percibimos a los demás: "[...] las cosas por las que se nos conoce, es meramente pueril. Por debajo todo es oscuro, vasto y de una profundidad insondable; solo de vez en cuando salimos a la superficie y eso es lo que ven los demás" (capítulo 11, I. La ventana.) El amor, las relaciones de pareja, la familia, la educación de los hijos... todos esos temas están también presentes. La muerte, a partir de la segunda parte. He echado de menos más referencias al momento en el que se ambienta la novela, la Primera Guerra Mundial, pues salvo cuando se dice que Andrew ha muerto en la guerra, no hay muchas más. Otro aspecto a destacar es la descripción de un estilo de vida propio de las clases inglesas adineradas de principios del siglo veinte. Y por supuesto, lo que ya muchos lectores saben, el carácter autobiográfico de la novela, las similitudes con la vida de la autora, siendo la señora Ramsay la personificación de la madre y la pintora Lily, la propia Virgina Woolf, en su búsqueda creativa de plasmar su mundo interior y su visión del mundo, Lily sobre el lienzo, Virginia sobre el papel. 
En definitiva, me parece una obra interesante, original, completa y de referencia, aunque repito que de lectura difícil, para retomar con el tiempo.
Victoria Rodríguez

He terminado la lectura del mes y debo decir que me ha dejado un gusto agradable, ha sido un goce estético.
Creo que no hay mucho que pueda agregar que no se haya dicho ya de esta novela, considerada una de las obras cumbres de la literatura del siglo XX.
No será uno de mis libros favorito pero mi experiencia ha sido satisfactoria, obviamente que habrá muchas cosas que he pasado por alto en esta primera lectura, por lo que no descarto la posibilidad de encontrarme de nuevo con "Al Faro".
Estas palabras traídas de la tercera parte de la novela expresan exactamente mi sentir: "y, con el libro en la mano, ella pensaba que allí uno podía dejar vagar el pensamiento igual que una hoja en el agua..."
Realmente es una novela sobre los pensamientos, sobre los recuerdos, imaginación y sentimientos de los personajes, una exploración por sus mentes, un paseo por su interior. Tarea que requiere de mucha atención porque no es nada sencillo seguir el hilo del pensamiento de alguien. 
De todos los personajes, me quedo para siempre con la Sra. Ramsay, he sentido devoción por su persona al igual que su familia. Es por eso que para mí, El faro es, simbólicamente, la sra. Ramsay. Luego de 10 años, una visita que hacen al faro, algunos miembros de la familia Ramsay, ha dejado (quizá esté equivocada, pero es lo que me ha resultado de la primera lectura) una gran ofrenda. 
Para finalizar, quiero compartirles algunos de los interrogantes de la última parte de la novela: "¿Era imposible aprender de memoria cómo funcionaba el mundo? ¿No había guía, ni refugio? ¿Era todo un milagro, igual que saltar hacia el vacío desde lo alto de una torre? ¿Sería posible que la vida fuese eso? ¿Sorprendente, inesperada, desconocida?"
Yesica Pinto

Es un libro al que le digo adiós temporalmente. Por ahora sólo puedo dedicarle unas líneas dando fe de aquellos momentos de la narración que por poéticas razones siguen colgados en las páginas de mi memoria:
Y así recuerdo la imagen de la señora Ramsay, a través de la ventana, serena diosa que compone, recompone e ilumina el mundo que gira a su alrededor cual faro viviente y cuya imagen intenta llevar Lily al lienzo. ¿Para qué llegar hasta el otro faro, atravesando las agitadas aguas, cuando la luz descansa perenne tras la ventana?
También el desconcierto de Lily ante su lienzo blanco cuyo árbol parece no encontrar su espacio (al igual que ella) oscurecido por la presencia de los personajes y las cabalgadas del señor Ramsay que se inviste de héroe por las colinas en una suerte de emulación de glorias pretéritas...
Rememoro, asimismo, la lenta caída de la tarde que imagino mezclada con los aromas del “boeuf en daube” que está “en train de mijoter” después de largas horas en medio del ir y venir de los ocho niños y la puesta en escena de los adultos en torno a la larga mesa de la cena y que, tras las mudas fricciones de las conciencias de los primeros momentos seguidas angustiosamente por la señora Ramsay, se apagan por obra y gracia de las ocho velas:
“la noche ha­bía sido excluida por los cristales, que, lejos de dar una ima­gen correcta del mundo exterior, lo mostraba como si estu­viera haciendo ondas, de una forma que aquí, en el interior de la habitación, parecía estar el orden y la tierra firme (...) y todos fueran conscientes de ser un grupo en medio del vacío, en una isla; como si los uniera la causa común contra la fluidez del exterior.”
(Cuánto me ha recordado en este momento a la breve película Dublineses, (Los muertos, Joyce) emotiva y lírica ceremonia de despedida -transcurre en una cena- de John Huston de su tiempo que ya considera ha llegado a su fin).
Y, finalmente, el duelo del matrimonio en medio de un silencio atronador que sella su mutua devoción. Y el tiempo pasa, la casa duerme y el faro espera. Y llegan de nuevo, no todos. después de diez años de ausencia, pero ya no hay nadie tras la ventana y, casi a tientas, Lily recupera para la eternidad momentos del pasado mientras su mirada sigue a la barca, al fin, comandada por su joven Caronte, James, a las órdenes del señor Ramsay, hacia su destino final: El faro. Ya está, dijo Lily “trazó una línea, en medio. Esta­ba hecho, había terminado”.
¡MAGNÍFICA!
Ana Ballester

De las tres obras de Virginia Woolf que he leído, esta es, con mucho, la que más me ha gustado.
No busqué antes de leerla ninguna crítica, reseña ni sinopsis, porque como soy solo una lectora aficionada, algunas críticas académicas que en ocasiones he leído antes de emprender la lectura, me han disminuido el interés y el entusiasmo, porque anticipan el desenlace. Además, quería formar mi propia opinión sin ninguna influencia.
No es un libro para leer rápidamente ni para devorar atrapados en una vorágine de suspenso o intrigas ... todo lo contrario. Leo y releo. Disfruto mucho la prosa exquisita, poética, psicológica.
Hay que absorber el flujo de conciencia y dejar que provoque la propia introspección, que revele el significado. Saborear despacio.
Paisajes ... el mar ... ventanas ... escenas domésticas que parecen la obra de los pinceles de un artista ... Figuras estéticas, plásticas ... retratos psicológicos ... personajes pintorescos, excéntricos ... artistas frustrados ... escritores ambiciosos ... niños traviesos ... madre abnegada ... parejas enamoradas: todos interactúan, y al mismo tiempo que dialogan, sus retratos van combinados con los incesantes monólogos de la corriente de los pensamientos y sentimientos de cada uno de ellos: amor ... risas ... poesía ... arte ... dolor ... temores ... ambiciones ... complejos ... contradicciones ... ira.
Y toda la obra centellea, salpicada de premonitorios fragmentos de bellas PIEZAS LÍRICAS de la poesía clásica inglesa que marcan el tono de la historia.
Poco a poquito se va componiendo el mosaico de la serena aunque contradictoria personalidad de una madre, MUJER-FARO, madura, bellísima por dentro y por fuera, a quien todo el mundo ama y admira; y del esposo, el Sr. Ramsay, intelectual egocéntrico e iracundo, explosivo, pero noble, atractivo e inteligente, a quien respetan sus amigos y admiran sus discípulos; y del tierno amor entre ellos. ¿Vamos Al Faro?
Todo este rompecabezas de pensamientos, sentimientos, imágenes, poemas, obras de arte, exclamaciones o actos sin mucho sentido, tienen un significado simbólico o alegórico que hay que desentrañar. No hay una sola palabra de balde en esta obra, en este mosaico, porque todo es alegórico; todo tiene un mensaje implícito, desde el título, a los nombres y apellidos de los personajes. Por eso hay que leerlo muy despacio y releerlo constantemente.
Hay un lapso de diez años, después de que suceden acontecimientos trágicos que oscurecen el paisaje y la introspección. El estado del alma de los personajes se refleja en el aspecto desvencijado, decadente y de abandono de la casa, oscura y barrida por el viento. Después de este intervalo de tiempo se reúnen los personajes restantes, como fragmentos de un todo remendado, para, iluminados por el recuerdo del AMOR-FARO y por la eterna belleza de la poesía y el arte, siempre en lucha contra sus demonios internos, ir ¡Al Faro!
Como conclusión, quiero mencionar que percibí al menos dos mensajes que tal vez la autora Virginia Woolf quiso comunicar en Al Faro:
UNO: Que es más imperecedero el recuerdo de la generosidad del amor que cualquier obra de arte, aunque esta sea Inmortal.
Y DOS: Que las apariencias no revelan los sentimientos que hay en las profundidades de la psiquis de las personas y estos son revelados solamente en contadas ocasiones que se les permite aflorar al exterior.
Mi humilde opinión de lectora: una obra maestra de la Literatura ¡Al Faro!

ÍNDICE ONOMÁSTICO Y SIGNIFICADO DE LOS NOMBRES Y APELLIDOS DE LOS PERSONAJES DE AL FARO DE VIRGINIA WOOLF.
Me he entretenido haciendo esta lista, con datos de Google:
Espero la leáis y os guste:
RAMSAY (Escocés: isla del ajo salvaje, isla del carnero, isla del arriete, isla del cuervo, isla del golpe)
HIJOS DE LOS RAMSAY (8):
JAMES (Hebreo: Dios recompensará) El hijo menor. La madre le lee el cuento de los hermanos Grimm "La Mujer del Pescador". Odia al padre.
CAM diminutivo de CAMILA (latín: aquella que está frente a Dios y presenta sacrificios; virgen de carácter intachable) Niña arisca, adolescente soñadora.
ROSE (flor con perfume y espinas) Muy femenina y artística, hábiles manos, decora mesa.
PRUE (Prudencia) La Bella. Parto.
NANCY (Anna, hebreo: Gracia) Adolescente salvaje pero sensible y juiciosa.
ANDREW (griego: masculino y fuerte) Inteligencia, matemática. Guerra.
JASPER (Hindi o persa, resplandeciente y que guarda los bienes de Dios) Dispara a los grajos.
ROGER (germano: famoso con la lanza) Adolescente salvaje.
PERRO, el viejo BADGER (molestia persistente) Mordió a Charles Tansley.
INVITADOS (6):
CHARLES TANSLEY (guerrero / Limpieza del bosque) Enésimo joven, ateo, fea corbata, odioso, impresentable, todo él bultos y oquedades, académico, pequeño.
LILY BRISCOE (pureza, humildad / Bosque de abedul) Pintora, ojos achinados, poquita cosa. Solterona.
WILLIAM BANKES (Germano: protector / Inglés antiguo, anglo-sajón, británico: colina) Señor mayor. Amigo y admirador de los Ramsay. Viudo solitario.
MINTA DOYLE (belleza literaria / Irlandés: negro y extraño) Jovencita dorada, pelo suelto, la envuelve una niebla resplandeciente, marimacho, coqueta.
PAUL RAYLEY (latín: pequeño y humilde / Rayo legal) Joven guapo, perfil de camafeo, tonto.
AUGUSTUS CARMICHEL (Latín: majestuoso y venerable / Gaélico: amigo de San Miguel) Anciano poeta, usa ¿opio? o algo que mancha su barba y su bigote de amarillo (podría ser cúrcuma), no habla mucho. Famoso.
SERVIDUMBRE:
MILDRED (anglosajón e inglés antiguo: fuerza suave) Cocinera: Boeuf en daube.
ELLEN (griego: luz, antorcha, brillo) Doncella suiza, padre muriendo de cáncer en valle del cantón de los Grisones.
MARTHE (hebreo: amargo) Otra doncella.
KENNEDY (gaélico: cabeza fea) El jardinero holgazán.
Su hijo GEORGE (griego: campesino) También jardinero.
DAVIE MACDONALD (hebreo: amado / gaélico hijo del soberano del mundo) Otro jardinero.
SRA. MCNAB (escocés antiguo: hijo del Abad) Señora mayor del pueblo que llega a limpiar la casa vacía. Camina mal pues padece artritis y mira de soslayo.
SRA. BAST (diosa de los gatos en el Antiguo Egipto) Ayudante de la señora McNab.
OTROS:
FARERO sin nombre. 
SORLEY (Irlandés y gaélico escocés: vagabundo de verano) Hijito del farero, enfermo de tuberculosis ósea.
ELSIE (Escocés: comprometido con Dios) Niña de familia pobre a quien la señora Ramsay visita en el pueblo.
PAUNCEFORTE (francés antiguo: panzón) Es supuestamente JAMES ABBOTT MCNEILL WHISTLER pintor estadounidense que habría visitado la isla Skye poco tiempo antes, autor del famoso cuadro "La Madre".
El viejo MACALISTER (gaélico del griego: hijo del defensor del hombre) y su hijo “el chico”. Marineros.
ISLA SKYE (referente al cielo) Isla montañosa en las Hébridas Interiores, unida a la costa oeste de Escocia por un puente; ciudad principal, Portree.
Lucila Argüello

20 de febrero de 2018

"Virginia Woolf. Vida de una escritora", de Lyndall Gordon

Virginia Woolf Lyndall Gordon
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Jaime Zulaika
Editorial: Gatopardo

SINOPSIS: 
Ganador del Premio James Tait Black Memorial, este estudio sobre la vida y la obra de Virginia Woolf —en una nueva versión revisada y ampliada por la autora— pretende «articular una narración capaz de rastrear —tan íntimamente como permita la autenticidad— el flujo de memoria e imaginación a lo largo de toda una vida, de manera que veamos a Virginia Woolf tal como ella misma se veía», señala Lyndall Gordon. Su infancia, su relación con su padre, su feminismo, su sexualidad y su matrimonio, el círculo de Bloomsbury, sus crisis nerviosas, las convenciones victorianas, la escritura y su relación con la vida, son sólo algunos de los múltiples aspectos que la autora trata en esta obra.
Basándose en la copiosa correspondencia, en los diarios y en el abundante material de la escritora —desde sus papeles privados a su narrativa y sus ensayos—, Lyndall Gordon construye, a través de su obra y de los personajes de sus novelas, un excelente retrato de la escritora y de su tiempo.

OPINIÓN:
No resulta sencillo expresar con palabras justas lo que me ha suscitado este libro. 
Por decirlo de una forma simple, es un recorrido por la vida de una mujer con una mente inteligente, sagaz, audaz, crítica, introspectiva, inquieta, emocional, en definitiva, profunda y vasta, cuya mirada completa la biógrafa estadounidense mediante extractos de su diario, cartas de Virginia y de sus allegados.
La autora expone la existencia de Virginia Woolf de forma no lineal en el tiempo, pero tratando de establecer una evolución personal en relación a sus experiencias y su obra. Woolf fue una mujer compleja, sufrió diversos problemas mentales, sin embargo a lo largo de su vida buscó sus propios mecanismos de resistencia y supervivencia y uno de ellos fue la escritura, gracias a la cual canalizó muchos de los fantasmas que la atenazaban. Y este es uno de los puntos clave de lo expuesto por Lyndall Gordon. Pese a la tragedia que la precedió, el final de Woolf no fue un acto “cantado” desde inicio, como nos hacen creer otras interpretaciones que se han hecho de su obra y vida. Woolf intentó comprender su mundo interior y los sucesos que ocurrían a su alrededor desde una perspectiva muy amplia, y a menudo se topó con “aletas” (incertidumbres, lo desconocido) y al dejarse mecer por las “olas” (metáfora), en ocasiones conseguía salir airosa y otras acababa en deriva. No obstante, casi siempre consiguió recomponerse. De este modo, Gordon nos da una idea de la Virginia que alcanza la felicidad, pero también cae. En eso reside el buen hacer y el resultado de una buena biografía, señalar no sólo los hechos importantes, sino como diría la misma Virginia, el lado oscuro, es decir, lo cotidiano, lo aparentemente insignificante, las debilidades. Virginia Woolf fue una mujer en constante búsqueda y no le haría justicia una valoración de su vida que remarque cómo acabó. En el ocaso de su vida intentó ampliar su público, fue crítica con la mentalidad belicosa de sus congéneres a raíz del estallido de la II Guerra Mundial, mientras su visión de la mujer trataba de comprender y superar la posición en que se hallaba su género.
En suma, la biografía no es un género sencillo y, en este caso, es una lectura sesuda dada la complejidad de la personalidad de Virginia, pero al terminarla se agradece. Es una lectura que enriquece en todos los sentidos.

Dolors Martínez

4 de noviembre de 2017

"Las aventuras agrícolas de un cockney", de Virginia Woolf

Las aventuras agrícolas de un cockney Virginia Woolf
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa, Cuentos
Traducción: Ainize Salaberri
Ilustraciones: Maite Gurrutxaga
Editorial: Nórdica

SINOPSIS: 
Este libro, que narra las aventuras de un joven matrimonio del East End londinense que de repente se traslada al campo, es un tesoro para el lector entusiasta de Virginia Woolf.
Es la primera vez que se publican en castellano estas dos obras cortas, escritas por la autora entre los diez y los trece años, y son dos textos notables y sofisticados para una niña de esa edad. Una mirada diferente y divertida de la vida en pareja

OPINIÓN:

Este librito que no llega a las 90 páginas incluye dos cuentos: “Las aventuras agrícolas de un cockney”, en el que se narran las desventuras de una pareja londinense recientemente casada, que ha comprado una granja en el campo sin tener idea de ningún tipo de tarea agrícola o de cuidado de animales; y “Las aventuras de un padre de familia”, continuación de la misma historia tres años después, cuando el matrimonio acaba de tener un hijo. Narrado en primera persona por el marido, es una lectura ágil y con bastante humor, pero con aspectos que no dejan de ser muy infantiles, como la suerte de heredar grandes fortunas de manera inesperada.
Según el prólogo y la nota introductoria del primero de los cuentos, éstos fueron escritos por Virginia y su hermano Thoby cuando ella tenía alrededor de diez años, para el periódico familiar que los hermanos Stephen habían creado. Son relatos simples y sin gran trascendencia, que no me han gustado especialmente. Cierto que las dificultades por las que pasa el protagonista son divertidas y transmiten la imagen de una Virginia niña alegre y feliz que poco tiene que ver con la idea que tenemos de ella de adulta, pero los autores son niños y a ello se ajusta el texto. Las ilustraciones de esta edición son de Maite Gurrutxaga y amenizan la lectura.
Que nadie espere encontrar una obra mayor de Virginia Woolf, su lectura le resultaría decepcionante, sino simplemente dos cuentos escritos por una niña que posteriormente se convertiría en una gran escritora. Yo lo considero más una curiosidad que un gran libro.
Esther Rodríguez

27 de noviembre de 2014

"Una habitación propia", de Virginia Woolf

Una habitación propia Virginia Woolf
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Laura Pujol
Editorial: Booket

SINOPSIS:
En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer.
Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayo de tan inteligente exposición; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad.
Partiendo de un tratamiento directo y empleando un lenguaje afilado, irónico e incisivo, Virginia Woolf narra una parábola cautivadora para ilustrar sus opiniones. Un relato de lectura apasionante, la contribución de una exquisita narradora al siempre polémico asunto del feminismo desde una perspectiva inevitablemente literaria
.

OPINIONES:
Fue la lectura de enero de 2021 en el Club de Lectura.

A la autora se le plantea una pregunta inicial que da pie al ensayo ¿Qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas?. Ante tan enorme interrogante, la respuesta que intenta la escritora es por lo demás original, completa e incisiva. Una mujer necesita una habitación propia y dinero. Esta frase encierra el simbolismo sobre el que gira la obra, una mujer necesita espacio, y tiempo. Ambas cosas rodeadas de la tranquilidad económica que le permitan "Alcanzar un estado incandescente del alma", aquél que le permita escribir en paz y no condicionada por estados de ánimo angustiantes. Me ha interesado de sobremanera el análisis de la situación socio-económica de la mujer, y cómo a fin de cuentas termina arengando a su audiencia a continuar con las conquistas que ya se habían logrado y a seguir en ese camino. Por último y como conclusión insta a la unión y cooperación entre los sexos como mejor camino. Me ha encantado. Ineludible.

¿Ha podido la mujer acceder a la creación literaria a través de los tiempos? Según Virginia Woolf, invitada a dar una conferencia en 1928 en el Newnham College, la respuesta es NO.
El sistema patriarcal y sus prejuicios que giraban en torno a la inferioridad de la mujer, su falta de independencia en todos los ámbitos, el estar circunscrita su actividad a la vida doméstica sin poder llegar a tener una formación académica hasta principios del siglo XX, hicieron imposible su acceso a la creación literaria. Verdad es que hubo predecesoras tanto en el siglo XVII como en el XVIII pero habrá que esperar al siglo XIX para que surjan las primeras escritoras de relieve, tal es el caso de las hermanas Brontë, Jane Austen y George Eliot que no se libraron del ambiente opresor que los condicionantes patriarcales imprimían a la vida de las mujeres. Todavía “LA HABITACIÓN PROPIA Y LAS 500 LIBRAS” se resistían y difícilmente estaban al alcance de la mayoría.
Pero el siglo XX ha llegado. La Primera Guerra Mundial puso en tela de juicio los valores tradicionales y la mujer pudo acceder no sólo al conocimiento, sino a derechos que hasta entonces les habían sido negados. Es a estas mujeres, cuyas posibilidades de llegar a ser escritoras pueden hacerse realidad, a quienes se dirige Virginia Woolf para ilustrarlas sobre su papel de futuras narradoras en un ámbito de derechos y libertades. Su consejo es muy claro: que no pierdan el tiempo queriendo imitar el estilo de los hombres, que reviertan los patrones del pensamiento masculino e ignoren sus críticas y juicios despectivos, que escriban como mujeres, mujeres que van a desenvolverse no sólo en el ámbito privado, sino también en el político e intelectual. Y va más allá: postula la androginia siguiendo la estela de Coleridge a la que considera “sonora y porosa; que transmite la emoción sin obstáculos; que es creadora por naturaleza, incandescente e indivisa”.
En conclusión, texto apasionante que revela la convicción militante de sus ideas feministas cuya magnífica y clarividente prosa seduce desde las primeras líneas. Su habilidad para ir desgranando las causas de la pobreza de la creación femenina, su análisis de la narrativa hasta ese momento escrita y la transformación que debía de operarse en la literatura escrita por mujeres, convierten a 'UNA HABITACIÓN PROPIA” en uno de los máximos exponentes de la obra literaria de Virginia Woolf.
Ana Ballester

”sentada a orillas de un río, hará cosa de una o dos semanas, un bello día de octubre, perdida en mis pensamientos. Este collar que me habíais atado, las mujeres y la novela, la necesidad de llegar a una conclusión sobre una cuestión que levanta toda clase de prejuicios y pasiones, me hacía bajar la cabeza. A derecha e izquierda, unos arbustos de no sé qué, dorados y carmesíes, ardían con el color, hasta parecían despedir el calor del fuego. En la otra orilla, los sauces sollozaban en una lamentación perpetua, el cabello desparramado sobre los hombros. El río reflejaba lo que le placía de cielo, puente y arbusto ardiente y cuando el estudiante en su bote de remos hubo cruzado los reflejos, volviéronse a cerrar tras él, completamente, como si nunca hubiera existido. Uno hubiera podido permanecer allí sentado horas y horas, perdido en sus pensamientos. El pensamiento —para darle un nombre más noble del que merecía— había hundido su caña en el río. Oscilaba, minuto tras minuto, de aquí para allá, entre los reflejos y las hierbas, subiendo y bajando con el agua, hasta —ya conocéis el pequeño tirón— la súbita conglomeración de una idea en la punta de la caña; y luego el prudente tirar de ella y el tenderla cuidadosamente en la hierba. Pero, tendido en la hierba, qué pequeño, qué insignificante parecía este pensamiento mío; la clase de pez que un buen pescador vuelve a meter en el agua para que engorde y algún día valga la pena cocinarlo y comerlo”.

Valiéndose de recursos literarios muy ingeniosos y variados, como por ejemplo, la utilización de personajes ficticios y un alter ego, adornándolo con hermosos pasajes poéticos, Virginia Woolf nos entrega este ensayo, publicado en 1929, que sirvió de base a varias conferencias ofrecidas por Virginia en octubre de 1928 en Newnham College y Girton College, ambas universidades femeninas pertenecientes a la Universidad Cambridge, con el tema Las Mujeres y la Novela.
La obra, muy amena de leer, que es como un conjunto de consejos para las mujeres escritoras y para las mujeres en general, es también un discurso feminista, donde se ha analizado histórica y socioeconómicamente, el papel de la mujer escritora, llegando a la conclusión de que la pobreza pecuniaria del género, producto de su dependencia y sometimiento al varón, con obediencia y sumisión obligadas, al mismo tiempo que su falta de acceso a la educación, ha malogrado a muchas mujeres que hubieran podido ser escritoras tan geniales como Shakespeare.
Trata de dar solución práctica al problema explicando que una renta de 500 libras al año y una habitación propia con cerradura, proporcionaría a una mujer (y a un hombre también) el ambiente, la privacidad y la independencia ideal para la obtener la concentración necesaria a fin de desarrollar su creatividad, libre de preocupaciones monetarias.
Aquí es donde yo me formulo la pregunta ¿Quién fue primero, el huevo o la gallina? Porqué ¿de dónde saca una mujer reprimida 500 libras de renta al año y una habitación propia para poder independizarse y dedicarse a la creación literaria?
Esta solución la veo poco practicable en el caso de cualquier mujer dominada por su padre o su esposo ... y creo que mejor sería una solución de concientización social, tanto de hombres como de mujeres, que es lo que ha ido sucediendo poco a poco en el siglo pasado, sobre todo después de la Gran Guerra, que marcó un hito en el feminismo, con logros importantes para su reivindicación.
También percibí como una especie de recapitulación donde aconseja, que al mismo tiempo de luchar por la igualdad de oportunidades, debemos las mujeres conquistar el derecho al respeto que nos merecemos como seres humanos, demostrando nuestras capacidades a través de la educación y del desempeño de cualquier profesión ... lo que al final nos llevará a olvidarnos de la rivalidad entre los sexos, con más flexibilidad a la hora de juzgar las obras de escritores del otro género. Ella aboga por resaltar y aceptar las diferencias, porque ambos sexos tienen sus características y sus cualidades. Esto suena como una reconciliación y el cese del odio entre los sexos, con lo cual estoy muy de acuerdo.
También hay una parte donde hace referencia al lesbianismo en forma muy sutil y delicada, como dando entender que de la manera en que se presente este tema en la literatura, depende su aceptación.
En definitiva, he disfrutado mucho este ensayo y lo considero una obra maestra de la literatura femenina y universal.

“Son culpables todos los que han contribuido a despertar la conciencia del sexo y son ellos quienes me empujan, cuando quiero usar al máximo mis facultades en un libro, a buscar esta satisfacción en aquella época feliz, anterior a Miss Davies y Miss Clough, en que el escritor utilizaba ambos lados de su mente a la vez. Para ello debemos acudir a Shakespeare, porque Shakespeare era andrógino, e igualmente lo eran Keats y Sterne, Cowper, Lamb y Coleridge. Shelley, quizá, carecía de sexo. Puede que Milton y Ben Jonson hayan tenido en ellos una gota de varón de más”.
Lucila Argüello

12 de mayo de 2013

"Flush", de Virginia Woolf

Flush Virginia Flush
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Rafael Vázquez Zamora
Editorial: Austral

SINOPSIS:
Flush es un cocker spaniel de orejas largas, cola ancha y unos «ojos atónitos color avellana». A los pocos meses de su nacimiento es regalado a la famosa poetisa Elizabeth Barrett. Flush se convertirá en su compañero inseparable y, posteriormente, en el cómplice de sus amoríos con el poeta Robert Browning, aunque primero debe superar la animadversión y celos que siente ante su afortunado rival... Virginia Woolf relató la historia del perro de Elizabeth Barrett con rigor biográfico, recreando una época tan impresionante como la victoriana y consiguiendo una de las obras más deliciosas de la literatura contemporánea. Como señala Quentin Bell, "Flush" no es el producto específico de un amante de los perros, sino una narración construida a partir del esfuerzo de ver el mundo a través de la mente de un perro, un mundo dominado por los olores, las fidelidades y los deseos caninos.

OPINIÓN:
Se trata de una obra corta, de lectura rápida y amena, en la que Woolf se erige en biógrafa de Flush, el perro de la poetisa Elizabeth Barrett. No se trata de una obra de ficción y sorprende lo bien documentada que está, con citas textuales incluso, como si se tratara de la biografía de un personaje histórico. Woolf relata la vida de Flush desde que era un cachorro y nos muestra el mundo a través de sus ojos y, sobre todo, de su sentido del olfato. Incide mucho en la complicidad con su dueña, lo que hace de ella una obra muy tierna y de grata lectura. Imprescindible para los amantes de los perros.
Ana Rayas

18 de marzo de 2013

“La señora Dalloway”, de Virginia Woolf

la señora dalloway Virginia Woolf
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Jose Luis López Muñoz
Editorial: Alianza

SINOPSIS:
Novela en la que se inspiró la película “Las horas”, protagonizada por Meryl Streep, Julianne Moore y Nicole Kidman, “La señora Dalloway” relata un día en la vida de una mujer de la clase alta londinense desde el punto de vista de una conciencia que experimenta con plena intensidad cada instante vivido, en el que se mezclan sentimientos, pensamientos y emociones y se condensan el pasado, el entorno y el presente.

OPINIONES:
Lo leímos en el Club de lectura en julio de 2017.

Me ha gustado muchísimo, ante mi propia sorpresa, pues es un libro que empecé con mucho respeto y temor de que fuese demasiado complejo. Y aunque no siempre resulta sencillo y requiere cierta atención, poco a poco me fue absorbiendo y embriagando. Es una novela que transcurre toda en un solo día de 1923, la trama principal se desarrolla alrededor de Clarissa Dalloway, una mujer madura de la alta sociedad londinense que prepara una fiesta que se celebra esa noche. Una segunda trama gira alrededor de Septimus Warren Smith, un excombatiente de la Primera Guerra Mundial que arrastra graves secuelas psicológicas. La excelencia de la novela, para mí, es que está narrada desde los pensamientos de los personajes, o sea, a parte de algunas descripciones, la mayor parte de lo escrito son los pensamientos, reflexiones y recuerdos de muchos personajes, y va cambiando de uno a otro con una fluidez impresionante. La autora se mete en la mente humana de una manera excepcional.
Esther Rodríguez

A Virginia Woolf siempre se vuelve, y qué mejor manera de comenzar el año que leyendo una de las obras que tenía pendientes: La señora Dalloway. Ambientada en el Londres posterior a la Primera Guerra Mundial, esta obra nos permite adentrarnos en la capital inglesa de la mano de Clarissa Dalloway.
La narración se centra en un día en la vida de Clarissa, en el que además de pasear por la ciudad, recibe a un viejo amigo y ultima los preparativos de una gran fiesta que ofrece esa misma noche para lo más selecto de la sociedad londinense.
La novela se centra en la señora Dalloway, sí, pero también en las personas con las que se relaciona, lo que le otorga a la obra un cierto carácter coral. A ella se unen un abanico de personajes que incluyen a su amigo Peter Walsh – recién regresado de la India, y que tan enamorado estuviera de Clarissa en el pasado – su alocada amiga Sally Seton, o el atormentado Septimus y su sufrida esposa Rezia.
La prosa de Woolf es tan impecable como cabía esperar tras haber leído otras de sus obras. Las descripciones del entorno y de los pensamientos de los personajes son extraordinarias. Se requiere de una lectura sosegada para apreciar cada detalle de esta incisiva estampa de la clase adinerada londinense. Un libro para leer y releer.
Ana Rayas

16 de marzo de 2013

"Virginia Woolf”, guión de Michèle Gazier y dibujos de Bernard Ciccolini

FICHA TÉCNICA:
Género: Cómic, Biografía
Editorial: Impedimenta

SINOPSIS:
Pocas imágenes están tan grabadas en la mente de todo lector atento como la de Virginia Woolf sumergiéndose en el río Ouse con su abrigo lleno de piedras.
Aquella fatídica escena sucedió el 28 de marzo de 1941. Desde entonces, muchos han sido quienes han querido acercarse a la vida de la escritora británica a través de biografías, retratos o esbozos del personaje. Sin embargo, nadie hasta ahora había tenido la «osadía» de retratar la vida de la autora de Orlando en formato cómic. Impedimenta inaugura con Virginia Woolf su colección «El Chico Amarillo». Un álbum que «muestra en palabras e imágenes el camino de una escritora entre la realidad y el deseo, entre las palabras y el dolor, en busca de verdades inasequibles y de una improbable felicidad».

OPINIÓN:
En mi opinión, como biografía se queda muy corta, es más bien un esbozo de la vida de Virginia Woolf, pero supongo que una biografía en cómic no es nada fácil de lograr. Para quien, como en mi caso, no conoce mucho la vida de la escritora, me parece demasiado sintetizada e incluso difícil de seguir en su primera lectura. Las pinceladas que se dan tocan muchos temas y dan una visión general de su vida, incluso en algún momento llegan a transmitir la angustia que sentía. Eso sí, me han entrado muchas ganas de profundizar en su obra y en su vida. Aunque requiere cierta atención, el libro es agradable de leer y las ilustraciones son bonitas.
Esther Rodríguez
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