15 de noviembre de 2019

"Los casos de Auguste Dupin", de Edgar Allan Poe

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FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: José Luis Piquero
Editorial: Navona

SINOPSIS:
Ni Sherlock Holmes ni Hercule Poirot ni ningún otro de los grandes detectives de la literatura y del cine habrían existido sin Auguste Dupin, el personaje con el que el genial y atormentado Edgar Allan Poe inauguró todo un género: la novela policíaca. Aficionado a los enigmas y dotado de una asombrosa capacidad deductiva, Dupin resuelve, casi sin moverse de casa, los más intrincados misterios, los crímenes que desconciertan a la policía y mantienen en vilo a todos los ciudadanos de París. Este volumen reúne los tres relatos en los que Poe dio vida al primer investigador privado de la historia: Los asesinatos de la Rue Morgue, El misterio de Marie Rogêt y La carta robada
En el primero encontramos dos cadáveres y una habitación cerrada. ¿Cómo ha entrado y ha escapado el asesino? En El misterio de Marie Rogêt, la solución solo podrá hallarse examinando meticulosamente las pruebas y los sesgados artículos de la prensa sensacionalista. Finalmente, La carta robada viene a demostrar que, en ocasiones, la respuesta a un enigma resulta ser la más sencilla. Tres obras precursoras que han proyectado una permanente influencia sobre la literatura posterior.

OPINIONES:
Fue la lectura de octubre de 2019 en el Club de Lectura.

“LA PROFUNDIDAD SE ENCUENTRA EN LOS VALLES DONDE LA BUSCAMOS, PERO NO EN LAS CUMBRES DE LAS MONTAÑAS, QUE ES DONDE LA VEMOS”.
Muy asombrada me ha dejado la tremenda inteligencia de este gran autor, Edgar Allan Poe, considerado como un genio del género de terror, el inventor del género detectivesco deductivo y un poeta musical y armónico lleno de melancolía. También fue un crítico literario muy agudo, lo que le granjeó no pocas enemistades entre el gremio de escritores.
Lástima que la tragedia se enseñoreara en su vida, haciéndole desaprovechar oportunidades a las que pudo haber sacado gran ventaja para refinar su educación, ya desde su inicio superior; provocando su muerte prematura en plena juventud, en la mayor pobreza, a pesar de su genio. Otro maestro malogrado por el vicio.
Los tres relatos de Los Casos de Auguste Dupin que hemos disfrutado, leyendo y comentando este mes de octubre del 2019 en el Club de Lectura de Literatura+1, están escritos en un estilo formal y victoriano, haciendo gala de mucha erudición y sagacidad.
Dedica párrafos a elucubraciones filosóficas muy interesantes, despliega fina ironía y cierta crítica velada a instituciones. Pero lo genial son las inteligentes deducciones con las cuales Monsieur Dupin desentraña los misterios de los casos, muy detalladas y sin falla. No todos los lectores descubren los vericuetos adivinatorios en los que nos envuelve, burlándose de nosotros, más aún que de la policía. Su cultura es tan vasta que le permite darse el lujo de fabricar epígrafes en otros idiomas que domina, epígrafes que son aparentemente apócrifos, pero dan la pista del meollo de la intriga. La “COMPLICACIÓN, que confundimos con PROFUNDIDAD”, va en aumento … del primer cuento, el más suave, al segundo mas enrevesado, al tercero … el más oscuro.
En el primer relato, Los Asesinatos de la Rue Morgue, se destaca la idea de LA OBSERVACIÓN: si no hay otra salida, por fuerza tiene que ser por aquí ... y que en las víctimas están las señales para identificar al asesino.
En el segundo cuento, El Misterio de Marie Rogêt, hace hincapié en que LA HISTORIA SE REPITE: lo que sucedió una vez, vuelve a pasar; y así la segunda fuga es motivada por el mismo motivo que la primera escapada … lo que fácilmente conduce al asesino, quien además ha dejado pistas, como si de una firma se tratara, en el cadáver…
En la tercera historia, La Carta Robada, la deducción se basa en que para ADELANTARSE AL OTRO, HAY QUE PENSAR COMO ÉL y al esconder algo, hay que dejarlo a la vista, que así no será encontrado al buscárselo oculto. ¡Adivinación pura!
Maravillosos, entretenidos y eruditos los tres casos. Los considero una obra maestra.
“NIHIL SAPIENTIAE ODIOSIUS ACUMINE NIMIO. Séneca”.
Nada es más odioso a la sabiduría que la excesiva astucia. Atribuido a Séneca … sospecho que Poe lo inventó, para burlarse de nosotros los lectores.
Lucila Argüello

El libro contiene tres relatos detectivescos protagonizados por el singular Auguste Dupin. En el primero de ellos, “Los asesinatos de la Rue Morgue”, el narrador de los tres casos describe brevemente cómo conoció a Auguste Dupin y algunas de las características del personaje. Luego relata los “extraordinarios asesinatos” de dos mujeres acaecidos en la Rue Morgue. La noticia viene detallada en un periódico como si de un informe policial se tratase. Lo sorprendente del caso es que puertas y ventanas de la casa donde se produce el crimen estaban cerradas desde dentro. Ya aquí entran en juego por primera vez las capacidades deductivas de Dupin, quien, con una simple visita y atenta observación del escenario del delito, y su aplastante lógica, infiere lo que ha sucedido. Porque esa es su táctica, siempre busca la simplicidad del enigma, mediante análisis y razonamiento, deducción tras deducción, llega a la única solución posible.
“El misterio de Marie Rogêt”, sin ser complicado, es algo más enrevesado. En esta ocasión el narrador hace una comparación con el caso real en el que se inspiró el autor para escribir el relato, el asesinato de una joven vendedora de cigarros en Nueva York. El caso ficticio, con mínimas diferencias, lo sitúa en París, donde Marie Rogêt sale de su casa un domingo para pasar el día en casa de una tía suya, pero no regresa, y su cuerpo aparece unos días después flotando en el Sena. El método de resolución es algo distinto y no deja de sorprender. Dado que ya ha pasado más de un mes desde el asesinato y Dupin no tiene acceso directo a las pruebas, recopila todas las noticias aparecidas en los periódicos, y a partir de ellas hace un análisis exhaustivo de cada circunstancia que rodea al asesinato y confirma o rechaza la hipótesis que expone cada diario. Esta parte es la que más me ha gustado, paso a paso, y con su habitual destreza analítica, Auguste Dupin deduce lo que ha sucedido. Lo que menos el desenlace, pues a pesar de que Poe escribe que se “obtuvo el resultado que deseaba”, o sea que se encontró al asesino, el final está indefinido y queda más como una sugerencia, pero no da nombres y detalles concretos.
“La carta robada” es el más corto de los cuentos, aunque no por ello menos interesante. El narrador, sin nombre, y Auguste Dupin reciben la visita del prefecto de la policía de París. Una carta de gran importancia ha sido robada. Conociendo la identidad del ladrón, se ha buscado con los métodos más exhaustivos de la policía durante semanas, sin ningún resultado. Una vez más Dupin da en el clavo a la primera.
Me encanta el personaje de Auguste Dupin y el dúo que forma con el narrador. Me gustan sus razonamientos, aunque a veces su genialidad deductiva, por un lado tan lógica, parece inverosímil. También me han parecido muy interesantes las reflexiones sobre temas diversos que incluyen los tres cuentos. "La carta robada” es, en mi opinión, el más redondo (también es el último que escribió), pero mi preferido es “Los asesinatos de la Rue Morgue”. Me gusta el estilo de escritura del libro, el trasfondo irónico que tiene (hay partes muy divertidas), y algunas frases solemnes muy buenas.
En el prólogo de mi edición, de José Luis Piquero, se indica que Edgar Allan Poe inventó, con el personaje de Auguste Dupin, la novela detectivesca. Casualmente, no hace mucho leí un relato no muy conocido, “El párroco de Vejlby”, del escritor danés Steen Steensen Blicher, en que se habla de él igualmente como el primer relato policíaco de la literatura universal, pues fue publicado en 1829, doce años antes que “Los crímenes de la Rue Morgue” (1841). Yo me quedo con la idea de que ambos escritores fueron precursores del género, y de todos modos las dos obras tienen poco que ver con el estilo de las novelas de intriga de hoy en día, por lo que son bastante interesantes.
Considero que, al leer el libro, hay que ser consciente de que fue escrito a mediados del siglo XIX, que los tres casos que contiene probablemente fueran un experimento para el mismo autor, y que nada tienen que ver con los relatos detectivescos actuales; pero en conjunto me parece una lectura muy amena y recomendable, que además te hace cavilar un poco. Personalmente hacía tiempo que no leía a Poe y ha sido un placer hacerlo, un interesante viaje al pasado.
Esther Rodríguez

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