Género: Narrativa
Editorial: Tusquets
SINOPSIS:
Chantal y Jean-Marc viven juntos en París y se quieren, se quieren tanto que incluso parecen confundirse. Y es que, a veces, se dan situaciones en las que, por un instante, ninguno de los dos parece reconocerse, en el que la identidad del otro se disuelve y, de rechazo, duda de la suya propia. Todo el que ama, todo el que convive en pareja, lo ha vivido alguna vez, porque lo que más teme en el mundo quien ama es «perder de vista» al ser amado. Pues eso es lo que, poco a poco, va a empezar a ocurrirles a Chantal y a Jean-Marc. Pero ¿en qué instante, ante qué gesto y en qué circunstancia precisa comienza ese aterrador proceso? Kundera atrapa al lector en el pánico que acompaña ese instante de extravío y éste ya no tendrá más remedio que adentrarse en el laberinto que recorren Chantal y Jean-Marc y en el que más de una vez deberá cruzar la frontera de lo real y lo irreal —o entre lo que ocurre en el mundo exterior y lo que elabora una mente en solitario.
Chantal y Jean-Marc viven juntos en París y se quieren, se quieren tanto que incluso parecen confundirse. Y es que, a veces, se dan situaciones en las que, por un instante, ninguno de los dos parece reconocerse, en el que la identidad del otro se disuelve y, de rechazo, duda de la suya propia. Todo el que ama, todo el que convive en pareja, lo ha vivido alguna vez, porque lo que más teme en el mundo quien ama es «perder de vista» al ser amado. Pues eso es lo que, poco a poco, va a empezar a ocurrirles a Chantal y a Jean-Marc. Pero ¿en qué instante, ante qué gesto y en qué circunstancia precisa comienza ese aterrador proceso? Kundera atrapa al lector en el pánico que acompaña ese instante de extravío y éste ya no tendrá más remedio que adentrarse en el laberinto que recorren Chantal y Jean-Marc y en el que más de una vez deberá cruzar la frontera de lo real y lo irreal —o entre lo que ocurre en el mundo exterior y lo que elabora una mente en solitario.
OPINIÓN:
Es lo primero que leo del autor y debo
decir que me ha impresionado bastante. Se trata de una novela bastante
corta, lo que hace que el ritmo sea muy intenso, sobre todo en su
segunda mitad, donde me ha sido imposible dejar de leer hasta que la he
terminado.
A partir de un inocente comentario de su protagonista (‘los hombres ya no se vuelven para mirarme’), se desencadena una avalancha de miedos, celos y desbordada imaginación por parte de sus protagonistas, que se ve incrementada por una serie de cartas anónimas que ésta empieza a recibir. Todo lo que la pareja daba por cierto empieza a difuminarse, y Kundera nos lleva a través de ese laberinto de sentimientos y sensaciones donde la realidad y los delirios se confunden en no pocas ocasiones.
La recomiendo sin duda.
A partir de un inocente comentario de su protagonista (‘los hombres ya no se vuelven para mirarme’), se desencadena una avalancha de miedos, celos y desbordada imaginación por parte de sus protagonistas, que se ve incrementada por una serie de cartas anónimas que ésta empieza a recibir. Todo lo que la pareja daba por cierto empieza a difuminarse, y Kundera nos lleva a través de ese laberinto de sentimientos y sensaciones donde la realidad y los delirios se confunden en no pocas ocasiones.
La recomiendo sin duda.
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