Género: Teatro
Traducción: Ricardo Baeza
Editorial: Espasa
SINOPSIS:
Lady Windermere descubre que su marido puede estar manteniendo una
relación con otra mujer. La duquesa de Berwick es la que ha delatado al
marido. Lady Windermere se enfrenta a su esposo y le pide explicaciones,
pero éste rechaza las acusaciones e invita a la supuesta amante, Mrs
Erlynne, al baile de cumpleaños de su mujer. Ultrajada por la
infidelidad de su marido, Lady Windermere decide abandonarlo para seguir
a Lord Darlington, un amigo que acaba de confesarle su amor
OPINIÓN:
Me declaro fan incondicional de Wilde. Después de haber leído varios
obras suyas, pienso que este hombre nació en época equivocada, si bien,
supongo que si ahora levantara la cabeza, volvería al hoyo ipso facto,
pues el mundo sigue siendo tan superficial como él lo conoció. Lo único
que cambia ahora son las formas de comunicarse que se han multiplicado y
hacen más evidentes las hipocresías y falsedades.
Por lo que se refiere a la obra, es un escrito divido en cuatro actos, de lectura breve y ágil. En ella, Wilde, nos presenta un grupo de personajes pertenecientes a la creme de la sociedad inglesa, tienen dinero, su casa en el campo, y su mayor problema es encontrar un buen consorte para sus descendientes. Lo importante son las buenas relaciones públicas, lo demás queda en casa, para uno mismo.
Lady Windermer es una mujer joven, casada recientemente con Lord Windermer, quien, según algunos chismorreos, tiene una estrecha relación con Mistress Erlynne.
A partir de aquí, la situación se enreda cuando Lord Windermer invita a Mistress Erlynne a la fiesta de cumpleaños de Lady Windermer y el abanico que había regalado Lord Windermer a su mujer, aparece en las habitaciones de Lord Darlington.
No voy a desvelar más de la trama, pero Wilde traza aquí una buena historia de enredos como bien saben hacer los escritores ingleses.
Y lo mejor es el punto satírico, para muestra los distintos caracteres de los personajes. Lord Darlington es un poco como “Lord Henry” (personaje de Dorian Gray), un tipo que pone patas arriba al mundo con sus aseveraciones, un papel que comparte con Lord Augusto o Mister Cecilio. Lord Windermere es formal, serio y su mujer conserva aún una ingenuidad casi adolescente.
Por otro lado, la Duquesa de Berwick es un ejemplo de esa sociedad que Wilde deploraba. Una mujer decorosa de puertas afuera, pero muy prejuiciosa y controladora por dentro.
No es lo mejor que he leído de Wlde, “La importancia de llamarse Ernesto” me pareció más divertida y, en general, esta y “El retrato de Dorian Gray”, a mi juicio, son más completas que “El abanico de Lady Windermer”. Pienso que el ingenio de Wilde se encuentra diluido en “En el abanido de Lady Windermer”, respecto a las anteriormente citadas. Pese a ello, recomiendo esta y cualquier lectura de Oscar Wilde.
Por lo que se refiere a la obra, es un escrito divido en cuatro actos, de lectura breve y ágil. En ella, Wilde, nos presenta un grupo de personajes pertenecientes a la creme de la sociedad inglesa, tienen dinero, su casa en el campo, y su mayor problema es encontrar un buen consorte para sus descendientes. Lo importante son las buenas relaciones públicas, lo demás queda en casa, para uno mismo.
Lady Windermer es una mujer joven, casada recientemente con Lord Windermer, quien, según algunos chismorreos, tiene una estrecha relación con Mistress Erlynne.
A partir de aquí, la situación se enreda cuando Lord Windermer invita a Mistress Erlynne a la fiesta de cumpleaños de Lady Windermer y el abanico que había regalado Lord Windermer a su mujer, aparece en las habitaciones de Lord Darlington.
No voy a desvelar más de la trama, pero Wilde traza aquí una buena historia de enredos como bien saben hacer los escritores ingleses.
Y lo mejor es el punto satírico, para muestra los distintos caracteres de los personajes. Lord Darlington es un poco como “Lord Henry” (personaje de Dorian Gray), un tipo que pone patas arriba al mundo con sus aseveraciones, un papel que comparte con Lord Augusto o Mister Cecilio. Lord Windermere es formal, serio y su mujer conserva aún una ingenuidad casi adolescente.
Por otro lado, la Duquesa de Berwick es un ejemplo de esa sociedad que Wilde deploraba. Una mujer decorosa de puertas afuera, pero muy prejuiciosa y controladora por dentro.
No es lo mejor que he leído de Wlde, “La importancia de llamarse Ernesto” me pareció más divertida y, en general, esta y “El retrato de Dorian Gray”, a mi juicio, son más completas que “El abanico de Lady Windermer”. Pienso que el ingenio de Wilde se encuentra diluido en “En el abanido de Lady Windermer”, respecto a las anteriormente citadas. Pese a ello, recomiendo esta y cualquier lectura de Oscar Wilde.
Dolors Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario