Género: Narrativa
Editorial: Blackie Books
Editorial: Blackie Books
SINOPSIS:
Fidel Centella se va de casa sin saber qué busca, y quizás por eso todo
le llegará por sorpresa: el dilema de si Bárbara, la chica que roba y
silba, o Diana, la que tiene mucho y lo ofrece todo; las hazañas en el
ruinoso piso compartido que apenas duerme; las leyendas urbanas de un
barrio con casi tanto color como sombras; los brindis con su padre
enfermo. Siempre rebotando entre la memoria gallega de su familia
emigrante y la promesa de muchas vidas posibles. Cuando quiera
orientarse, mirará los rayos de luz que nacen en la montaña de su
ciudad. Esos que, como Justo, Iu y Brais, siempre han estado ahí. Los
que, como sus amigos, brillan más cuando todo está oscuro. Los que le
muestran el camino a casa.
Rayos es la novela más íntima y poderosa de uno de los mejores narradores del panorama literario nacional. Otero retrata una realidad compleja con una mirada luminosa. Caleidoscópica, sutil y, sobre todo, viva.
Rayos es la novela más íntima y poderosa de uno de los mejores narradores del panorama literario nacional. Otero retrata una realidad compleja con una mirada luminosa. Caleidoscópica, sutil y, sobre todo, viva.
OPINIÓN:
Una
de las mejores novelas que he leído en mucho tiempo. Durante su lectura
y al acabar se han dado las dos circunstancias que más valoro (como el
resto de lectores, supongo) en una obra. Primero, la familiaridad con
situaciones y personajes, esa sensación de haberlo vivido todo y
conocerlos en persona y de que, en cualquier momento, se les puede
llamar por teléfono para preguntarles qué hay de cierto y de ficción en
lo que se cuenta, qué pasó en realidad. Por otro lado, el poso, la
estela que deja la novela una vez cerrada, y que regresa una y otra vez
al lector para recordar una escena o preguntarse qué hubieran hecho
Centella, Brais o Bárbara en nuestro lugar.
La historia alterna tres líneas temporales, siendo la de mayor peso la presente: Félix decide irse de casa al quedarse fuera, en pijama y zapatillas, sin las llaves, y de esa guisa se marcha al piso de los rayos, sus amigos de toda la vida. Félix trabaja de precario en un periódico donde prepara un reportaje sobre acoso inmobiliario al tiempo que conoce a una chica de una clase social no ya superior, sino de otro universo, y camina un tiempo por dicha galaxia junto a ella.
En segundo término tenemos la historia de los padres del narrador en el momento en que emigran de Galicia a Barcelona y los recuerdos de infancia y adolescencia con sus actuales compañeros de piso (un piso sin ventanas en la cocina y con el frigorífico desenchufado en mitad de un pasillo por el que sólo pueden pasar de perfil) y de su amiga y actual compañera en el periódico Bárbara, encantadora, cleptómana y antisistema.
Como suele suceder en las obras de Mendoza o Marsé (autor este último por quien Otero no oculta su devoción) Barcelona es una protagonista más de la obra, fluyendo la historia entre un barrio pobre y marginal, con jeringuillas y papel de aluminio en las esquinas y portales, y opulentas cenas y reuniones en barrios donde el día antes había estado recogiendo muebles de la basura con sus amigos.
Una magnífica sátira social donde tienen cabida la amistad, el amor, la nostalgia, el trabajo precario, el acoso inmobiliario o la inmigración.
Con agosto recién comenzado creo poder decir sin riesgo de equivocarme que va a ser una de las tres mejores lecturas del año. La recomiendo sin duda.
La historia alterna tres líneas temporales, siendo la de mayor peso la presente: Félix decide irse de casa al quedarse fuera, en pijama y zapatillas, sin las llaves, y de esa guisa se marcha al piso de los rayos, sus amigos de toda la vida. Félix trabaja de precario en un periódico donde prepara un reportaje sobre acoso inmobiliario al tiempo que conoce a una chica de una clase social no ya superior, sino de otro universo, y camina un tiempo por dicha galaxia junto a ella.
En segundo término tenemos la historia de los padres del narrador en el momento en que emigran de Galicia a Barcelona y los recuerdos de infancia y adolescencia con sus actuales compañeros de piso (un piso sin ventanas en la cocina y con el frigorífico desenchufado en mitad de un pasillo por el que sólo pueden pasar de perfil) y de su amiga y actual compañera en el periódico Bárbara, encantadora, cleptómana y antisistema.
Como suele suceder en las obras de Mendoza o Marsé (autor este último por quien Otero no oculta su devoción) Barcelona es una protagonista más de la obra, fluyendo la historia entre un barrio pobre y marginal, con jeringuillas y papel de aluminio en las esquinas y portales, y opulentas cenas y reuniones en barrios donde el día antes había estado recogiendo muebles de la basura con sus amigos.
Una magnífica sátira social donde tienen cabida la amistad, el amor, la nostalgia, el trabajo precario, el acoso inmobiliario o la inmigración.
Con agosto recién comenzado creo poder decir sin riesgo de equivocarme que va a ser una de las tres mejores lecturas del año. La recomiendo sin duda.
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