Género: Narrativa 
Traducción: Laura Salas Rodríguez 
Editorial: Los bosnios 
SINOPSIS:
SINOPSIS:
Los Balcanes,
 años 90… He aquí la estremecedora novela de una época terrible. He aquí
 un libro de relatos emocionante y lúcido sobre los muertos de aquella 
guerra: lápidas, casi, más que capítulos. He aquí, también, la 
autobiografía de su narrador, un joven escritor bosnio convertido en 
soldado en medio del Apocalipsis.
Los hombres y mujeres de cada bando, las palabras comunes (y las diferentes), las ciudades arrasadas… Y, escasos como diamantes, algunos pequeños gestos de bondad y ternura en medio de la barbarie. Son éstos, junto al bienvenido humor, los únicos momentos de «descanso» que tendrá el lector de esta obra maestra del dolor, de la vergüenza y de lo incomprensible, intensa y hermosamente desoladora como pocas.
«Ante una de las escasas casas musulmanas del barrio serbio de Modriča descubrieron, en una mezcladora de cemento, el cadáver machacado de una niñita de nueve años, desnuda. Desde el principio de la guerra no había electricidad en Modriča, por tanto debían de haber hecho girar la mezcladora a mano.»
«Durante uno de los bombardeos de Sarajevo, Huso, a quien la alerta sorprende en la calle, se apresura a refugiarse en la bodega del edificio en el que vive. En el patio, se encuentra a su vecino Haso balanceándose en un columpio para niños.
—¡Eh, Haso! —dice Huso, sin aliento—. Todo Sarajevo a punto de palmarla, y tú no encuentras nada mejor que hacer que columpiarte. Salva el pellejo mientras estés a tiempo…
—Si no me estoy columpiando —responde Haso—, ¿no ves que estoy fastidiando a un francotirador serbio?»
Los hombres y mujeres de cada bando, las palabras comunes (y las diferentes), las ciudades arrasadas… Y, escasos como diamantes, algunos pequeños gestos de bondad y ternura en medio de la barbarie. Son éstos, junto al bienvenido humor, los únicos momentos de «descanso» que tendrá el lector de esta obra maestra del dolor, de la vergüenza y de lo incomprensible, intensa y hermosamente desoladora como pocas.
«Ante una de las escasas casas musulmanas del barrio serbio de Modriča descubrieron, en una mezcladora de cemento, el cadáver machacado de una niñita de nueve años, desnuda. Desde el principio de la guerra no había electricidad en Modriča, por tanto debían de haber hecho girar la mezcladora a mano.»
«Durante uno de los bombardeos de Sarajevo, Huso, a quien la alerta sorprende en la calle, se apresura a refugiarse en la bodega del edificio en el que vive. En el patio, se encuentra a su vecino Haso balanceándose en un columpio para niños.
—¡Eh, Haso! —dice Huso, sin aliento—. Todo Sarajevo a punto de palmarla, y tú no encuentras nada mejor que hacer que columpiarte. Salva el pellejo mientras estés a tiempo…
—Si no me estoy columpiando —responde Haso—, ¿no ves que estoy fastidiando a un francotirador serbio?»
OPINIÓN:
Velibor
 Colic es un escritor de origen bosnio que fue testigo directo de la 
guerra de los Balcanes en la que fue reclutado muy a su pesar. Al tiempo
 desertó pero su casa quedó destruida así como Modrica, su ciudad natal.
 De hecho, gran número de historias recogidas en este volumen se sitúan 
allí. Son relatos de vida, muerte y destrucción
 sin sentido, breves, apenas alcanzan una página o poco más, y sobre 
todo concisas, sin lugar al sentimentalismo, sino al realismo más puro, 
directo. La muerte está presente en el bando bosnio, pero también en el 
serbio, la muerte no hace distinción y la guerra, menos. Villas 
completas son arrasadas al igual que los monumentos históricos o los 
lugares de culto. El libro del autor bosnio, a pesar de la dureza, 
recoge además momentos de humor que dejan patente lo absurdo de la 
situación. El conjunto de estas pequeñas piezas narrativas sirve de 
reflejo de lo que ocurrió, contra el olvido y como homenaje a lo 
perdido.
Interesante lectura y, como siempre considero en estos casos, nunca está de más.
Interesante lectura y, como siempre considero en estos casos, nunca está de más.
Dolors Martínez

 
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