5 de agosto de 2016

"Una sensación extraña", de Orhan Pamuk

Una sensación extraña Orhan Pamuk
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Pablo Moreno González
Editorial: Random House

SINOPSIS:
"Una sensación extraña", la novela más reciente de Orhan Pamuk, arranca con el anuncio de que lo que vamos a leer es, por un lado el relato de la vida, las aventuras y los sueños del vendedor callejero Mevlut Karatas, y por el otro un retrato de la ciudad de Estambul entre 1969 y 2012 visto a través de los ojos de numerosas personas.
Desde que a los doce años abandonara la aldea de Anatolia donde nació, Mevlut Karatas no hace más que fantasear sobre su vida. Instalado en Estambul, desde el primer momento se siente cautivado por la ciudad vieja, sometida a constantes transformaciones, y por la nueva metrópoli que se abre paso rápidamente en su lugar. Y es allí, en «el centro del mundo», donde le veremos crecer, enamorarse y ganarse la vida como vendedor callejero de boza, una bebida tradicional turca.
Pasa el tiempo y él sueña con prosperar, pero el azar parece conspirar en su contra. Y mientras todos a su alrededor logran hacer fortuna, él sigue deambulando de noche por los callejones de la ciudad, subsistiendo a base de míseros trabajillos que no conducen a nada y con esa sensación extraña que le hace sentirse diferente a los demás. Hará falta un nuevo giro del destino para que Melvut comprenda finalmente qué es lo que lleva toda la vida anhelando.

OPINIÓN:
Hace unos días que terminé de leer “Una sensación extraña” la enorme (y no solo por sus 700 páginas) última novela del Nobel turco Orhan Pamuk, de quien no había vuelto a leer nada desde la fascinante “Me llamo rojo”.
En su último libro, editado primorosamente por Literatura Random House, el autor (a través de las voces narrativas de los variopintos personajes que rodean al protagonista, Mevlut, un niño que a comienzos de los sesenta emigra a la ciudad con su padre desde la pobre región de Anatolia central, al igual que su tío, sus primos y cientos, miles de hombres y mujeres que huyen de la miseria del mundo rural) consigue realizar una espléndida crónica de los últimos cincuenta años de la gran urbe que una vez se llamó Bizancio, luego Constantinopla y que en 1930 pasó a llamarse oficialmente Estambul.
Desde la precaria chabola en las colinas alrededor de la ciudad, donde se asentaban los emigrantes y que con el paso de los años y la especulación urbanística acabarían convirtiéndose en barriadas e integrándose en la metrópoli, hasta el minúsculo piso en la ciudad antigua, donde se muda con su familia, Mevlut es un testigo privilegiado de los acontecimientos políticos, sociales y económicos que se van sucediendo en Estambul: los golpes de estado, el autoritarismo de los militares, la persecución de los kurdos, la violencia de la extrema derecha, el dogmatismo de la izquierda, la corrupción a todos los niveles y la intransigencia del Islam, pero sin embargo, nuestro protagonista adopta una actitud una tanto pasiva, sin llegar a tomar partido por nada que no sea su familia y su trabajo como vendedor ambulante; un trabajo duro con el que sabe que no podrá prosperar mucho, pero que le encanta porque le permite patear sus calles, hablar con las gentes y observar la mutación de su querida y desmesurada ciudad, que crece, se transforma y se moderniza, pero que a la vez se mantiene anclada en el pasado.
“Una sensación extraña” es la narración magistral de la historia reciente de la compleja ciudad de Estambul y sus historias de soledad, de miseria, de esperanzas, de injusticia, de brutalidad, de corrupción, de resignación, de sueños cumplidos o incumplidos… pero también es un canto al amor, a la nostalgia y a la integridad.
En su contra, tengo que decir que me han sobrado unas cuantas páginas (sobre todo en lo referente a los nombres de los diferentes barrios y asentamientos, por repetitivas y machaconas)
.
Yolanda Castilla Galdos

Acabo de terminar de leer ‘Una sensación extraña’ de Pamuk y hubiera deseado que ese momento no llegara, tal ha sido el poder de seducción de su lectura.
Acompañar a MEVLUT, un humilde vendedor de una bebida típica turca, el BOZA, emigrante procedente de Anatolia, a través de casi cincuenta años (1954-2012) de historia, en una ciudad que a su llegada contaba con un millón de habitantes y al final del libro trece, da para que en el camino vivamos no sólo la transformación física de Estambul, sino los progresivos cambios que en las formas de vida y mentalidades se van produciendo, aparte las convulsiones políticas que agitarán a los sistemas de gobierno del país. Sirva como ejemplo de esta transformación el edificio de doce plantas que se levantó en el lugar en donde estuvo la chabola que el padre de Mevlut edificó cuando llegó a Estambul, al igual que otros, en busca de una vida mejor.
Pero nada de eso importa pues adherida en este relato a la épica del vendedor de BOZA, MEVLUT, en su lucha por la vida, en su pobreza irremediable, en su optimismo vital y su bondad, en su recorrido por todas aquellas viejas y nuevas calles llegamos a comprender que esa sensación extraña se producía por la falta de armonía entre su yo íntimo y su diario quehacer hasta que “llegó a comprender por fin la verdad que una parte de él había intuido todo el tiempo: caminar de noche por las calles de la ciudad le hacía sentir como si deambulara por el interior de su propia mente. Y por esa razón, cuando hablaba con los muros, los carteles publicitarios, las sombras y las formas extrañas y misteriosas que no llegaba a distinguir en la oscuridad, era como si estuviera hablando consigo mismo”.
Y termino con unas palabras de Orhan Pamuk “lo que es importante para mí es que cuando el lector termine de leer el libro, después de 10 horas de haber seguido la vida de Mevlut, quiero que diga «lo que me interesa ya no es la pobreza de Mevlut, sino su individualidad, su rareza».
Ana Ballester

Una sensación extraña ha permanecido en mí al finalizar la lectura de esta entrañable novela del premio Nobel turco, Orhan Pamuk … la sensación de conocerlo tan bien y tan íntimamente y estar tan encariñada con él, que no quería separarme de su historia vital.
Es una historia de amor o mejor dicho, una historia de amores; y uno de esos amores es a la ciudad de Estambul, co-protagonista de Mevlut, el del nombre sagrado, que la recorrió de día en día y de noche en noche vendiendo yugur, helados, arroz con pollo y garbanzos, y ¡¡¡¡booooza!!!! (sin alcohol) …
El estilo es sencillo y tierno.
Contrariamente a lo que esperaba, no ocurrieron actos de violencia, ni asesinatos de honor … todo lo contrario … la sensatez de los personajes masculinos me dejó asombrada … porque supieron arreglar de manera positiva el grave problema causado por un malentendido importante, por una “broma” malintencionada: el engaño consistente en el intercambio de nombres de dos hermanas, que desencadenó cuatro años de cortejo epistolar, agravado por la incomunicación absurda, y la fuga del engañado protagonista con la hermana mayor de su amada … 
También, contra todo pronóstico, esta fuga resulta en un matrimonio excepcionalmente feliz y compenetrado … un amor que dura mas allá de la muerte … a pesar de haber sido con la novia equivocada.
Y la historia, y la vida que va y viene con sus vicisitudes, continúa por muchos años, con algunos decesos y nacimientos en la familia …
Mevlut: posibles causas su sentimiento de una sensación extraña …
Una sensación extraña ... tal vez causada por el arrepentimiento y la frustración de haber desperdiciado en su juventud las oportunidades de prepararse, por juntarse con amistades que no le dieron buen ejemplo … por no haber tenido la disciplina y el espíritu de sacrificio que requiere estudiar para tener una profesión ...
Una sensación extraña ... tal vez causada por estar obsesivamente enamorado de una mujer, y resultar fugándose y después casándose con otra, a causa un engaño … Por haberse dejado engatusar, y por cobardía, no haber reaccionado ni protestado.
Una sensación extraña ... tal vez causada por verse condenado a la pobreza casi por decisión propia, escogencias erróneas, falta de iniciativa, conformismo ...
Una sensación extraña ... tal vez causada por el descubrimiento de que el amor se construye día a día con la convivencia y la voluntad, y que las obsesiones de la adolescencia quedan disueltas en el olvido …
Una sensación extraña ... tal vez provocada por el sentimiento de culpa por la sospecha de que la muerte de su esposa adorada … pudo haber sido desencadenada por su dejadez …
Una sensación extraña ... tal vez producto de darse cuenta que la mujer que creyó adorar en su juventud y por la que se obsesionó por cuatro años de amor epistolar, no era tan especial como lo fue su esposa equivocada, la primera ...
En fin, para hacer corta una historia larga, la novela me gustó mucho y me causó luto lector.
Lucila Argüello

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