Género: Narrativa
Editorial: Círculo de Tiza
SINOPSIS:
Editorial: Círculo de Tiza
SINOPSIS:
América es el resultado de un viaje y de una ensoñación. Un relato asombrado por una inmensa vastedad de una nación, los Estados Unidos, que tiene las proporciones de un planeta entero en el que todo cabe. América es la representación de un espacio mítico; contradictorio, hermoso y siempre excesivo.
El viaje de Manuel Vilas por este espacio es una deriva sentimental y alucinada por ciudades a las que no va nadie o a las que va todo el mundo, moteles fantasma, autopistas infinitas. Y es también un viaje de la memoria por el que desfilan cantantes de rock, escritores, artistas, iconos del Pop, viejas glorias olvidadas o los Simpson como metáfora de la nueva American Way of Life.
El viaje de Manuel Vilas por este espacio es una deriva sentimental y alucinada por ciudades a las que no va nadie o a las que va todo el mundo, moteles fantasma, autopistas infinitas. Y es también un viaje de la memoria por el que desfilan cantantes de rock, escritores, artistas, iconos del Pop, viejas glorias olvidadas o los Simpson como metáfora de la nueva American Way of Life.
La mirada poética de Manuel Vilas guía al lector por las páginas de América y anticipa la llegada al poder de un personaje tan irreal como su nuevo Presidente Donald Trump. Porque nadie sabe hacia dónde caminan los Estados Unidos, porque nadie sabe hacia donde camina la vida política en la tierra.
OPINIÓN:
A caballo entre el ensayo (sobre todo cultura pop e importancia de la literatura española al otro lado del charco) y el libro de viajes, también asoma varias veces en cada página la poesía (libre, salvaje y exaltada) de su autor.
En primera persona, Vilas cuenta lo que ve y siente, y todo análisis y/o reflexión queda circunscrita a su manera de pensar, es una descripción del escalofrío que en cada momento recorre su espalda, no hay sentencias universales (sí personales, y muchas, además).
Parecen destacar en esta tormenta de ideas el amor por los hoteles (por los vestíbulos, en concreto) y el miedo al olvido, a la desaparición de la ciudad a favor de una serie de edificios atravesados por carreteras (aunque admitiendo también sus ventajas, como la de encontrar casi siempre aparcamiento). Aun así, y algo paradójicamente, afirma Vilas que la ciudad no pierde el nombre y siempre será recordada, no como los hombres. Cualquiera (Cervantes, Elvis, Bowie, el propio Vilas…) será tarde o temprano olvidado.
Sirve también el texto al autor para homenajear a la creación. No a la creación divina (Vilas es ateo, aunque no recuerdo si llega a mencionar ese hecho en esta obra), sino a la artística, a todos quienes quisieron dejar algo para (intentar) ser recordados. Camina por estas páginas un variopinto reparto donde encontramos a Homer Simpson (en realidad, habría que decir Matt Groening), Lou Reed, Elvis, Warhol, García Márquez, Whitman, T.S. Elliot, Neruda, Poe, Bowie…
Y Donald Trump, por supuesto.
En primera persona, Vilas cuenta lo que ve y siente, y todo análisis y/o reflexión queda circunscrita a su manera de pensar, es una descripción del escalofrío que en cada momento recorre su espalda, no hay sentencias universales (sí personales, y muchas, además).
Parecen destacar en esta tormenta de ideas el amor por los hoteles (por los vestíbulos, en concreto) y el miedo al olvido, a la desaparición de la ciudad a favor de una serie de edificios atravesados por carreteras (aunque admitiendo también sus ventajas, como la de encontrar casi siempre aparcamiento). Aun así, y algo paradójicamente, afirma Vilas que la ciudad no pierde el nombre y siempre será recordada, no como los hombres. Cualquiera (Cervantes, Elvis, Bowie, el propio Vilas…) será tarde o temprano olvidado.
Sirve también el texto al autor para homenajear a la creación. No a la creación divina (Vilas es ateo, aunque no recuerdo si llega a mencionar ese hecho en esta obra), sino a la artística, a todos quienes quisieron dejar algo para (intentar) ser recordados. Camina por estas páginas un variopinto reparto donde encontramos a Homer Simpson (en realidad, habría que decir Matt Groening), Lou Reed, Elvis, Warhol, García Márquez, Whitman, T.S. Elliot, Neruda, Poe, Bowie…
Y Donald Trump, por supuesto.
Vilas en estado puro y una obra que, en mi opinión, hay que recomendar.
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