25 de junio de 2019

"Fresas silvestres", de Angela Thirkell

fresas silvestres angela thirkell
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Patricia Antón
Editorial: Gatopardo

SINOPSIS:
En esta comedia romántica ambientada en los años treinta, la atractiva pero empobrecida Mary Preston acude como invitada a la espléndida finca de su tía Agnes en Rushwater. Allí, Mary perderá la cabeza por el apuesto seductor David Leslie, al mismo tiempo que Agnes y su madre, la excéntrica lady Emily, planean emparejarla con otro hombre muy diferente, al que consideran un buen partido. En el espectacular baile de Rushwater, la felicidad de Mary, suspendida entre los imperativos del corazón y las maquinaciones de su familia, penderá de un hilo...
Fresas silvestres (1934) forma parte de un ciclo de veintinueve novelas ambientadas en el condado ficticio de Barbetshire, que Angela Thirkell tomó prestado de Anthony Trollope. Con una mirada afilada y permanentes alusiones y guiños a los clásicos, desde Lord Byron y R. L. Stevenson hasta Ovidio y Virgilio, Thirkell da vida a una galería de personajes cómicos que se debaten entre lo sublime y lo prosaico, sin abandonar jamás una muy británica obsesión por el estatus social.

OPINIONES:
La novela se centra en los Leslie, una familia de clase alta que vive en Rushwater House, en la campiña inglesa, alrededor de los años 30 del siglo pasado. Entre los numerosos personajes que aparecen −muy bien presentados en los primeros capítulos− destacan lady Emily, quien, con su vitalidad, buenas intenciones y despistes, siempre acaba interfiriendo en cualquier situación; el señor Leslie, preocupado por bautizar a sus toros con un nombre que empiece por R, y acostumbrado a salirse con la suya excepto en lo concerniente a su mujer; y sus hijos John, Agnes y David. También Martin, un chico de dieciséis años y nieto mayor de los Leslie, que algún día heredará Rushwater, tendrá un papel importante en esta historia coral.
Durante el verano los Leslie acogen en su casa a Mary Preston −sobrina de Agnes Graham por parte de su marido−, una joven que se sentirá atraída por los encantos de David Leslie, aunque también se lleve alguna decepción. Por otra parte, el párroco, Banister, va a alquilar su casa a una familia francesa durante el mes de agosto, otros cinco personajes que añadir a la variada lista.
Todos ellos, y alguno más que tendrá su aparición estelar, forman un pintoresco cuadro que retrata la vida familiar durante las semanas de verano. Personajes entrañables −y un insoportable adulador− que protagonizan situaciones cotidianas, amistades juveniles, la fiesta de cumpleaños de Martin, partidos de tenis, visitas a la ciudad, ocio y diversión asegurado, con un pequeño romance con final precipitado para alegría de todos, o el enamoramiento en el que cae un joven francés, prendado de una paciente madre de tres niños pequeños...
Entre recopilatorio de historias mundanas de la clase acomodada y comedia satírica, “Fresas silvestres” es una lectura amena, ingeniosa y ligera, con muchos momentos divertidos, que se disfruta. Ideal para leer en verano.
Esther Rodríguez

Esta es mi primera novela de Angela Thirkell, y puedo decir con regocijo que me ha entusiasmado. Ambientada en la campiña inglesa en el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial, centra su atención en la familia Leslie. La joven Mary Preston llega a su finca, Rushwater, tras recibir una invitación para pasar el verano con la familia. Mary, un tanto cándida e impresionable, afronta esta invitación con ilusión, sobre todo cuando conoce a David Leslie, joven frívolo, desconsiderado y dotado de un encanto al que muchas damas parecen no poder resistirse. Es el caso de Mary.
“Fresas silvestres” cuenta con un peculiar conjunto de personajes con un pequeño toque de ridiculez que te saca la sonrisa constantemente. A los ya mencionados, se une el altivo desprecio del señor Leslie, las atolondradas divagaciones de lady Emily, así como la dulzura y estupidez de Agnes, entre otros. John Leslie, joven viudo reservado, considerado y generoso, aporta un digno contrapunto a una familia dominada por su fijación en el estatus social y sus numerosos prejuicios.
Es de agradecer que editoriales como Gatopardo recuperen a autoras como Angela Thirkell, que no ha recibido el reconocimiento que su sobresaliente prosa merece. Resulta increíblemente incisiva y ocurrente. “Fresas silvestres” divierte y embelesa.
Ana Rayas

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