Género: Narrativa
Traducción: Carmen Martín Gaite
Editorial: Lumen
Traducción: Carmen Martín Gaite
Editorial: Lumen
SINOPSIS:
A veces basta la mirada ingenua de una chiquilla para arrancar una historia que cambiará la vida de dos familias y del mundo entero. Anna, un bicho triste y perezoso en palabras de la propia Ginzburg, es esa niña apocada que vive en un pueblo del norte de Italia en los años previos a la segunda guerra mundial y se enamora de los juguetes de su vecino; es también la joven que casi sin protestar se somete a la violencia del sexo, y es la mujer que sigue a Cenzo Rena, un hombre treinta años mayor que ella, a un lugar inhóspito del Sur tras convertirse en su esposa.
Anna calla, mientras todos a su alrededor hablan y gesticulan: hay quien pasa las noches tramando atentados contra Mussolini, otros que se pasean en coches descapotables o se fugan de repente, y algunas que sufren mal de amores mientras cosen el ajuar. Al principio los dramas íntimos dominan la escena y lo que ocurre más allá de las cuatro paredes es algo lejano, pero la guerra no perdona. Con las bombas llegan las decisiones importantes y los actos extremos: el escenario se abre, respira dolor, pide dignidad, y el miedo es moneda común. Cuando finalmente todo acaba, los pocos que sobreviven tendrán que vérselas con un vacío lleno de preguntas sin respuesta. Anna, viuda ya, mira ahora con los ojos bien abiertos, como testigo firme de una generación que no pudo elegir porque la Historia con mayúscula decidió por todos.
La que muchos han calificado como la mejor novela de Natalia Ginzburg, nos devuelve página a página los gestos de su gente y los años del siglo XX que cambiaron para siempre el destino de Europa: en la mirada de Anna, la protagonista de esta historia, está nuestro pasado.
OPINIÓN:
De Natalia Ginzburg solo había leído “A propósito de las mujeres”, compendio de relatos centrados en mujeres que me gustó mucho. Tenía pendiente seguir leyendo a la autora y “Todos nuestros ayeres" ha sido una muy grata sorpresa y excelente lectura que eleva aún más mi opinión de ella.Se trata en este caso de una novela ambientada en Italia justo antes y durante la II Guerra Mundial. Aunque en algún momento se centra en algún personaje concreto yo la definiría como novela coral y familiar, pues abarca la vida de una gran "familia" italiana (padre, hijos, vecinos, amigos..., más allá de los lazos sanguíneos) durante ese periodo bélico. Se divide en dos partes diferenciadas, algunos capítulos son más descriptivos, otros intensos en cuanto a sucesos y sensaciones. Plasma de manera soberbia la vida de los protagonistas, la preocupación de unos jóvenes por la presencia del fascismo, la guerra en el campo y la ciudad, y tantos otros temas. Los personajes están muy bien caracterizados, uno se imagina a cada uno con su carácter y peculiaridades, y se aprecia su evolución en el tiempo. También se retrata el devenir histórico, hay una simbiosis perfecta entre las historias personales y ese entorno político e histórico en el que transcurre la novela.
Es una lectura fluida y muy amena, con dramas, sorpresas, momentos divertidos, de solidaridad, y también soledad y tristeza, son páginas en las que parece pasar la vida entera con sus altibajos. El desenlace es como cerrar el círculo, los hermanos y amigos que siguen vivos han vuelto al lugar de origen, siguen juntos, han madurado, y la vida continúa, con una guerra a cuestas y unas cuantas pérdidas.
Novela inmensa e intensa en cuanto a contenido y calidad, una maravilla. La prosa es sencilla pero bella. La edición que he leído, con la traducción de Carmen Martín Gaite (tampoco sé si existe otra), me ha parecido magnífica. Lectura y autora absolutamente recomendables, una de las grandes de la literatura, y que creo que todavía no se la reconoce como se merece.
Esther Rodríguez
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