SINOPSIS:
Marie, joven belleza de provincias, despierta admiración, se sabe deseada, disfruta siendo el centro de atención y se deja cortejar por el galán más guapo de su entorno. Pero un embarazo imprevisto y una boda precipitada cortan en seco sus devaneos juveniles, y cuando nace su hija Diane vierte sobre ella toda su frialdad, envidia y celos.
Diane crecerá marcada por la carencia de afecto maternal e intentando comprender los motivos de la cruel actitud de su madre hacia ella. Años después, la fascinación por el verso de Alfred de Musset que da origen al título del libro la impulsará a estudiar cardiología en la universidad, donde se topará con una profesora llamada Olivia. Con ella, en la que creerá encontrar la anhelada figura materna, establecerá una ambigua y compleja relación, pero Olivia tiene a su vez una hija, y la historia dará un vuelco inesperado…
Esta es una novela de mujeres. Una narración sobre madres e hijas. Una fábula contemporánea deliciosamente ácida y malévola sobre los celos y la envidia, en la que también asoman otras complejidades de las relaciones humanas: las rivalidades, las manipulaciones, el poder que ejercemos sobre el otro, la necesidad que sentimos de ser amados…
Esta novela, la número veinticinco de Amélie Nothomb, es una muestra pluscuamperfecta de su endiablada inteligencia como narradora, de la perspicacia de su mirada y de la placentera liviandad repleta de secretas cargas de profundidad de su literatura.
OPINIÓN:
En la contraportada del libro indica que esta es la novela número veinticinco de la autora. Por suerte todavía me quedan bastantes por leer, pero he contado que con esta ya van once leídas, y Nothomb se ha convertido para mí en una autora cuyas singulares novelas me sorprenden y disfruto sin excepción.
En esta ocasión primero conocemos a Marie, una bella joven que siempre es el centro de atención y cuya mayor alegría es sentir los celos que provoca en los demás. Pero la verdadera protagonista será su hija Diane, una niña precoz víctima de los celos de su propia madre.
Al principio tienes la sensación de estar leyendo un cuento, con una especie de “madrastra” mala como la de Blancanieves, luego se centra en Diane y en cómo hace frente a la vida, a pesar del desapego de su madre, desde pequeña hasta la madurez. Para mí destaca el estudio psicológico de los personajes (mayoritariamente femeninos), que resulta fascinante; donde aborda, con distintos ejemplos, las relaciones madre-hija y cómo los trastornos fruto de los primeros años de vida pueden ser irreparables.
Una historia dura y a veces cruel, con personajes potentes, escrita con la aparente sencillez y fluidez habitual de la autora. Leída en una tarde; en mi opinión, una novela muy buena que me ha encantado y recomiendo.
Esther Rodríguez
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