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1 de febrero de 2018

"Libro de Apolonio", de autor Anónimo

Libro de Apolonio
FICHA TÉCNICA:
Género: Poesía
Editorial: Cátedra

SINOPSIS: 
El "Libro de Apolonio" es la suma de una tradición clásica que tuvo sus continuadores medievales en toda Europa; señalar sus innovaciones y sus convenciones nos descubrirá hasta qué punto supo su autor disponer de la tradición y adaptarla a su contexto, a los códigos sociales y culturales de la época. Numerosos tópicos, personajes, motivos y rasgos estructurales que configuran el relato desde su comienzo confirman la pervivencia de los temas clásicos en el mundo medieval como simples motivos recurrentes de toda la literatura y el folklore. Pero ponen, también, de manifiesto la corriente en la que el poema está inmerso y demuestran, al mismo tiempo, todo el bagaje literario y popular que poseía su anónimo autor.

OPINIÓN:
El placer de leer palabras antiguas.
El gozo de las palabras españolas cuando eran jóvenes, en el año 1250.
Se entiende bien el poema, gracias a las notas atinadas de Manuel Alvar, a su introducción que nos pone en contexto; con los antecedentes homéricos, helenísticos, bizantinos y medievales.
Librito de aventuras marineras; por Tiro, Antioquía, Tarso, Mitelene, Éfeso. Disfrutamos con sus palabras como sobre las olas.
Saber que la hora carbonenta es la mala hora, negra, aciaga, pero:
"Non se debié el homne por pérdida quexar,
ca nunca por su quexa lo puede recobrar."
Leo la edición de Planeta de 1984. 3 euros en una librería de viejo.

Luis Miguel Sotillo Castro

6 de diciembre de 2017

"Libro de la Felicidad" (de la Bibliothèque nationale de France), de autor Anónimo

Libro de la felicidad
FICHA TÉCNICA:
Género: Códice
Traducción: Miguel Ángel de Bunes Ibarra y Evrim Türkçelik
Editorial: Moleiro

SINOPSIS: 
En la segunda mitad del siglo XVI el imperio Otomano era el más extenso y poderoso: sus dominios se extendían desde Budapest a Bagdad, desde Omán y Túnez a la Meca y Medina, cerca del Mar Rojo; e incluía ciudades de la importancia de Damasco, Alejandría o El Cairo. Los turcos estaban a las puertas de Viena y controlaban la Ruta de la Seda, el Mar Negro y la mitad oriental del Mediterráneo. El sultán, con su corte y su harén, gobernaba el imperio desde Constantinopla, donde arquitectos, pintores, calígrafos, joyeros, ceramistas, poetas, etc. trabajaban a su servicio. Sultanes como Süleyman I el Magnífico o su nieto Murad III, cultos y sibaritas, se convierten en los grandes mecenas del arte y responsables del espectacular desarrollo de los talleres del Serrallo, que crearon un arte otomano original que se desprendió de la influencia persa todavía presente en el siglo XV.
El siglo XVI e inicios del XVII representan para la pintura turca otomana el periodo más fecundo, y la época de Murad III (1574-1595) fue especialmente fértil en obras hermosas, como el Matali’ al-sa’adet de Mohamed ibn Emir Hasan al-Su’udi.
Traducido de un original escrito en árabe por orden del propio sultán (cuyo retrato aparece en el f. 7v), el Libro de la Felicidad contiene una detallada descripción de las características de los nacidos bajo cada uno de los doce signos del zodíaco, una serie de pinturas representando distintas situaciones del ser humano según la conjunción de los planetas, unas tablas de concordancia fisonómicas, tablas para la correcta interpretación de los sueños, y un enigmático tratado de adivinación con el que cada cual puede pronosticar su suerte.
El mundo oriental se despliega ante nuestros ojos en cada miniatura: personajes misteriosos con extrañas poses, exóticas vestiduras de vistosos colores, lujosas mansiones y suntuosos palacios, mezquitas desde cuyos minaretes los muecines llaman a los fieles a la oración… Caballeros de porte elegante pasean sobre sus estilizados caballos enjaezados con ricos adornos. Multitud de animales exóticos pueblan las páginas de este manuscrito: exuberantes pavos reales, serpientes marinas extraordinarias, peces gigantes, águilas y otras rapaces, así como golondrinas, garzas y otras aves, cuyo dibujo estilizado y elegante revela una notable influencia de la pintura japonesa. También se ha dedicado una sección completa a los monstruos del imaginario medieval turco, poblado por demonios amenazadores y bestias fantásticas.
Todas las pinturas parecen haber sido realizadas en el mismo taller, bajo la dirección del célebre maestro Ustad ‘Osman, sin duda autor de la serie inicial de pinturas dedicadas a los signos del zodíaco. ‘Osman, activo entre c. 1559 y 1596, dirigió a los artistas del taller del Serrallo desde 1570, y marcó un estilo que siguieron otros pintores de la corte, caracterizado por la precisión en los retratos y un soberbio tratamiento de la ilustración.
El sultán Murad III estaba completamente absorbido por la intensa vida política, cultural y sentimental del harén. Tuvo 103 hijos, de los que sólo 47 le sobrevivieron. Sin embargo, Murad III, cuya admiración por los manuscritos iluminados sobrepasaba la de cualquier otro sultán, encargó este tratado de la felicidad especialmente para su hija Fátima.
Traído desde El Cairo a París por Gaspard Monge (1746-1818), reputado geómetra y conde de Péluse, fue depositado en la biblioteca en nombre de Napoleón Bonaparte.

OPINIÓN:
Todo lo bueno de la vida, comer tres huevos con chorizo, beber, fumar, el amor, es malo para la salud, o termina mal.
¿Todo? No, hay una excepción. La lectura.
Los que leemos mucho, alguna vez hemos tenido que refutar eso de que mientras lees no vives "de verdad". ¿Y qué es vivir? ¿Trabajar, ver la tele, comportarse en Twitter como fanfarrón de bar, comer los polvorones amorosos que tu cuñada guarda desde el año pasado, ir de turismo y no entrar en los museos porque cobran... etcétera?
Mientras lees, no enredas, no das la paliza a nadie, no eres ruidoso. Mientras lees cabe la posibilidad remota de que aprendas algo y, sobre todo, egoistón, mientras lees eres feliz
.
Luis Miguel Sotillo Castro

26 de agosto de 2015

"Tristán e Iseo", de autor Anónimo

Tristán e Iseo Anónimo
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Alicia Yllera
Editorial: Alianza
 
SINOPSIS:
Paradigma de la historia de una pasión amorosa enfrentada a un destino trágico, Tristán e Iseo gozó desde sus primeras versiones medievales de una gran celebridad. A partir del siglo XII fueron numerosas las variantes de esta leyenda, vinculada más tarde a las hazañas de los caballeros de la corte artúrica y cuyos ecos llegaron hasta el siglo XIX, sirviendo de motivo inspirador de la poesía de Arnold y Tennyson y de una ópera de Wagner. Para la presente edición, Alicia Yllera ha reconstruido el texto a partir de los fragmentos conservados de los poemas franceses del siglo XII de Thomas y Béroul, apoyándose en las versiones de Eilhart y de Gottfried y en las adaptaciones al francés moderno elaboradas por A. Mary y J. Bédier.
 
OPINIÓN:
Los trágicos amores de Tristán e Isolda nos siguen seduciendo porque contienen todos los ingredientes de una gran historia: pasiones desatadas, celos enconados, traiciones, adulterio, dragones, caballeros andantes, lealtades, nidos de amor en bosques musgosos... Pero, por encima de todo, el amor más desesperado de literatura europea.
Este librito es una estupenda oportunidad para conocer la leyenda en su totalidad y de una manera asequible, ya que la editora, Alicia Yllera (catedrática de Filología Hispánica y traductora del francés medieval) ha optado por una redacción de la misma en castellano actual, lo cual se agradece porque no todo el mundo está habituado al modo de escribir medieval.
Su gran logro consiste en reconstruir la historia a partir de los diferentes fragmentos recibidos de los juglares del s. XII así como del texto posterior en prosa, dándoles una cohesión interna.
Cuenta con excelente introducción donde desvela los oscuros e inciertos orígenes de la leyenda y, para mi, lo mejor, las sorprendentes conexiones con leyendas persas trabadas a través de juglares andalusíes. Todo un hallazgo.
La recomiendo para fanáticos del mundo Artúrico como servidora, de la refinada cultura medieval, amantes de la caballería andante, de los amores "fous" (locos), y para cualquiera que quiera pasar un buen rato de evasión y ensoñación.
P.D: Nada de escenitas ñoñas de amor cortés. Aquí hay "tela que cortar". Ginebra y Lanzarote, cartujos.
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