Género: Narrativa
Editorial: Jekyll & Jill
Editorial: Jekyll & Jill
SINOPSIS:
Biblioteca bizarra reúne seis crónicas literarias y personales sobre la relación de Eduardo Halfon con su entorno, con su país de nacimiento, con el lenguaje, con los libros. Una dialéctica entre el oficio de ser escritor y el oficio de vivir.
«Yo pasaba aquellos días dando clases, y leyendo libros al igual que un viciado, y aprendiendo a escribir como si mi vida dependiese de ello (quizás mi vida sí dependía de ello), y antes de darme cuenta ya había publicado mi primer libro. Así nomás. Casi por accidente. Me había tropezado con los libros, y luego había caído en la escritura. Pero algo finalmente me empezaba a hacer sentido, sobre mí mismo, sobre mi país. Y entonces llegó un salvadoreño endiablado y me dijo que huyera de Guatemala lo más pronto posible.»
«Yo pasaba aquellos días dando clases, y leyendo libros al igual que un viciado, y aprendiendo a escribir como si mi vida dependiese de ello (quizás mi vida sí dependía de ello), y antes de darme cuenta ya había publicado mi primer libro. Así nomás. Casi por accidente. Me había tropezado con los libros, y luego había caído en la escritura. Pero algo finalmente me empezaba a hacer sentido, sobre mí mismo, sobre mi país. Y entonces llegó un salvadoreño endiablado y me dijo que huyera de Guatemala lo más pronto posible.»
OPINIÓN:
Hace poco hablaba de ‘Faster’, de Eduardo Berti, y la casualidad (pues elijo los libros casi sin mirar de una permanente pila de 15 o 20 lecturas pendientes) me ha mantenido en el género llamado ‘autoficción’ con uno de los autores más diestros en este terreno, Eduardo Halfon, un autor de quien dice el crítico Basilio Pujante que «es casi un género en sí mismo».
La obra recopila seis textos publicados con anterioridad que giran en torno a los temas habituales del autor, aunque aquí prevalece la faceta literaria sobre la búsqueda del yo, de su identidad, que era el tema de mayor peso en otras publicaciones como ‘Saturno’ o ‘Signor Hoffman’.
En estos textos el autor anda a vueltas con bibliotecas que ha visto o de las que ha oído hablar y las anécdotas que nacen en torno a las mismas, como la del hombre sin libros que los compraba, leía y regalaba (y si quería releer alguno, lo volvía a comprar y, después, a regalar); el segundo gira en torno a una charla que el autor dio para personas en proceso de reinserción social, donde chocan mucho las preguntas que le hicieron, muy alejadas de las aburridas y tópicas en este tipo de eventos; en el que probablemente sea el texto que más me ha gustado, Halfon enlaza su vida, concretamente el nacimiento de su hijo, con la del poeta, traductor y pediatra (que también ayudo a muchos niños a venir al mundo) William Carlos William, reflexiones sobre la traducción y el nacimiento que el autor consigue que anden de la mano como si fueran pareja habitual en cualquier debate; también hay lugar para recuerdos de infancia y familiares, motivo recurrente por excelencia de su obra y, en el último de los textos, con un pie en el reportaje periodístico y otro en el género negro, nos habla de la condición de escritor en un país como Guatemala, con reflexiones sobre el exilio y menciones a Miguel A. Asturias o Augusto Monterroso que conducirán al lector hacia un electrizante final.
En todo momento he dicho ‘textos’, y no ‘relatos’ ni ‘artículos’ ni ‘crónicas’, porque probablemente nos encontramos ante uno de los autores más difíciles de etiquetar hoy en día. Y al final el género es lo de menos: esto es literatura, y de la que hace disfrutar aún más el ya de por sí placentero acto de leer.
La obra recopila seis textos publicados con anterioridad que giran en torno a los temas habituales del autor, aunque aquí prevalece la faceta literaria sobre la búsqueda del yo, de su identidad, que era el tema de mayor peso en otras publicaciones como ‘Saturno’ o ‘Signor Hoffman’.
En estos textos el autor anda a vueltas con bibliotecas que ha visto o de las que ha oído hablar y las anécdotas que nacen en torno a las mismas, como la del hombre sin libros que los compraba, leía y regalaba (y si quería releer alguno, lo volvía a comprar y, después, a regalar); el segundo gira en torno a una charla que el autor dio para personas en proceso de reinserción social, donde chocan mucho las preguntas que le hicieron, muy alejadas de las aburridas y tópicas en este tipo de eventos; en el que probablemente sea el texto que más me ha gustado, Halfon enlaza su vida, concretamente el nacimiento de su hijo, con la del poeta, traductor y pediatra (que también ayudo a muchos niños a venir al mundo) William Carlos William, reflexiones sobre la traducción y el nacimiento que el autor consigue que anden de la mano como si fueran pareja habitual en cualquier debate; también hay lugar para recuerdos de infancia y familiares, motivo recurrente por excelencia de su obra y, en el último de los textos, con un pie en el reportaje periodístico y otro en el género negro, nos habla de la condición de escritor en un país como Guatemala, con reflexiones sobre el exilio y menciones a Miguel A. Asturias o Augusto Monterroso que conducirán al lector hacia un electrizante final.
En todo momento he dicho ‘textos’, y no ‘relatos’ ni ‘artículos’ ni ‘crónicas’, porque probablemente nos encontramos ante uno de los autores más difíciles de etiquetar hoy en día. Y al final el género es lo de menos: esto es literatura, y de la que hace disfrutar aún más el ya de por sí placentero acto de leer.
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