FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Editorial: Tusquets
SINOPSIS:
Editorial: Tusquets
SINOPSIS:
El día en que ETA anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al cementerio para contarle a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de su empresa de transportes? Por más que llegue a escondidas, la presencia de Bittori alterará la falsa tranquilidad del pueblo, sobre todo de su vecina Miren, amiga íntima en otro tiempo, y madre de Joxe Mari, un terrorista encarcelado y sospechoso de los peores temores de Bittori. ¿Qué pasó entre esas dos mujeres? ¿Qué ha envenenado la vida de sus hijos y sus maridos tan unidos en el pasado? Con sus desgarros disimulados y sus convicciones inquebrantables, con sus heridas y sus valentías, la historia incandescente de sus vidas antes y después del cráter que fue la muerte del Txato, nos habla de la imposibilidad de olvidar y de la necesidad de perdón en una comunidad rota por el fanatismo político.
OPINIONES:
Había leído buenas críticas y una amiga me insistió, así que me animé a leer este libro. Es una novela extensa pero no se hace pesada, al contrario, el ritmo es fluido y los capítulos cortos invitan a seguir la lectura.
Es una novela que trata el conflicto del terrorismo de ETA en España en la época democrática hasta el cese de las armas. Los protagonistas de la trama son los miembros de dos familias residentes en un pequeño pueblo cercano a San Sebastián, en la provincia de Guipúzcua. Las familias son; el matrimonio formado por Bittori y Txato, su hijo Xabier e hija Nerea. El matrimonio formado por Miren y Joxian, sus hijos Joxe Mari, Gorka, e hija Arantxa.
En cada capítulo el autor da voz a un miembro distinto describiendo sus pensamientos y emociones, de este modo el lector puede conocer al detalle diferentes puntos de vista sobre los acontecimientos que se desarrollan en el entorno. Ambas familias les tocará vivir el terrorismo muy de cerca, uno de ellos será asesinado por la banda y otro será un miembro activo.
Lo mejor de la novela es precisamente la pluralidad de miras, a través de todos sus protagonistas el lector puede penetrar de lleno en el ambiente del pueblo y de la capital, así como la manera de actuar y de pensar de la sociedad del momento. En este sentido, es una lectura potente. El “pero”, en mi opinión, está en el último tercio de la obra. Hacia el final el autor se detiene en detalles que, para mí, son innecesarios o cercanos a la cursilería, sino típicos. Al mismo tiempo pienso que en algunos puntos el autor se queda corto reflejando la naturaleza de la banda ETA, si bien es evidente, esto es ficción y no hay que olvidar que ETA ya existía en el franquismo, de ahí que la imagen quede un poco sesgada. Le pongo entre un 7,5 y 8 sobre 10.
En cada capítulo el autor da voz a un miembro distinto describiendo sus pensamientos y emociones, de este modo el lector puede conocer al detalle diferentes puntos de vista sobre los acontecimientos que se desarrollan en el entorno. Ambas familias les tocará vivir el terrorismo muy de cerca, uno de ellos será asesinado por la banda y otro será un miembro activo.
Lo mejor de la novela es precisamente la pluralidad de miras, a través de todos sus protagonistas el lector puede penetrar de lleno en el ambiente del pueblo y de la capital, así como la manera de actuar y de pensar de la sociedad del momento. En este sentido, es una lectura potente. El “pero”, en mi opinión, está en el último tercio de la obra. Hacia el final el autor se detiene en detalles que, para mí, son innecesarios o cercanos a la cursilería, sino típicos. Al mismo tiempo pienso que en algunos puntos el autor se queda corto reflejando la naturaleza de la banda ETA, si bien es evidente, esto es ficción y no hay que olvidar que ETA ya existía en el franquismo, de ahí que la imagen quede un poco sesgada. Le pongo entre un 7,5 y 8 sobre 10.
Dolors Martínez
Hace unos días terminé “Patria” de Fernando Aramburu. Y hoy leo que ha obtenido el Premio Nacional de Narrativa 2017. Creo que, muy merecido.
Dos familias, vecinas y amigas de toda la vida, son las protagonistas de esta estupenda novela, que, utilizando el castellano que se habla en la zona, con los verbos en condicional y las expresiones típicas que se usan sobre todo en los pueblos del País Vasco, nos va desgranando de una manera sencilla pero minuciosa e inteligente una historia de historias, basada en la realidad que fraccionó y convulsionó a la sociedad vasca durante 40 años de nuestra historia reciente y que, por desgracia, aún colea.
De lectura fácil, con capítulos cortos, la novela se devora y como vasca, puedo afirmar, que los personajes, con sus diferentes puntos de vista y posiciones, están maravillosamente perfilados. Las ideologías, las costumbres, las comidas, el vocabulario, los diálogos, el carácter fuerte de las mujeres… Todo es absolutamente real y me ha resultado una lectura muy satisfactoria que recomiendo vivamente pues es una novela muy aclaratoria, entretenida, valiente, llena de tensión y emoción a raudales y que no decepcionará a ningún lector.
Yolanda Castilla Galdos
Me ha gratamente sorprendido. Por un lado, estamos ante una escritura sencilla pero de una composición estructural muy elaborada tanto en el cambio de voces como en los saltos temporales, artificios estos que pasan casi desapercibidos tal es la habilidad técnica del autor. Por otro, están sus personajes, sobre todo las mujeres, que nos van zarandeando por dentro pues asistimos a un despliegue de emociones y sentimientos de cuyo impacto difícilmente nos podemos sustraer. Y es en estas ocasiones cuando se revela la grandeza de la novela frente a otros géneros, tal y como dice el autor en la presentación de su libro por Iñaqui Gabilondo: "la literatura es capaz de llegar hasta donde no llega la historia o el periodismo. El ingrediente emocional es fundamental".
El título PATRIA desconcierta en principio pero pronto se percibe que lo que se esconde detrás de esa palabra es el secuestro que el término ha sufrido en la sociedad vasca para acomodarlo a una serie de actitudes, comportamientos y valores más allá de los cuales no hay vida. Y es el mismo Aramburu quien lo explica como "la sacralización del espacio" en el que "los ciudadanos vascos llevan décadas sometidos... por el que únicamente pasan los puros, el resto estorba, ya sea por su procedencia o porque no comulga con las ideas imperantes del país”, y añade “quien no pasa el filtro, hay que eliminarlo, quitarlo del paisaje, asesinándole, expulsándole o sometiéndole al silencio”.
Y de eso va esta novela, de la historia de dos familias en el estrecho marco de un pueblo y su doloroso devenir desde los años 80 hasta nuestros días... dando la voz a víctimas y victimarios para asistir, según el autor, a "la vivencia íntima de la violencia" y a "las condiciones sociales" que la provocaron sin que haya ningún tipo de condescendencia o justificación hacia el crimen y comportamientos fascistas "No hay equidistancia que valga. A mí nadie me escuchará afirmar que el sufrimiento de unos anula o compensa el sufrimiento de otros, o que todos los sufrimientos son de la misma naturaleza".
Y no digo nada más. Y remato con palabras del autor: "Absolutamente, el nacionalismo siempre pone un filtro. Siempre es tradicionalista, medieval, romántico, sacraliza la tierra. Y llevado a la política, el nacionalismo es muy peligroso".
El título PATRIA desconcierta en principio pero pronto se percibe que lo que se esconde detrás de esa palabra es el secuestro que el término ha sufrido en la sociedad vasca para acomodarlo a una serie de actitudes, comportamientos y valores más allá de los cuales no hay vida. Y es el mismo Aramburu quien lo explica como "la sacralización del espacio" en el que "los ciudadanos vascos llevan décadas sometidos... por el que únicamente pasan los puros, el resto estorba, ya sea por su procedencia o porque no comulga con las ideas imperantes del país”, y añade “quien no pasa el filtro, hay que eliminarlo, quitarlo del paisaje, asesinándole, expulsándole o sometiéndole al silencio”.
Y de eso va esta novela, de la historia de dos familias en el estrecho marco de un pueblo y su doloroso devenir desde los años 80 hasta nuestros días... dando la voz a víctimas y victimarios para asistir, según el autor, a "la vivencia íntima de la violencia" y a "las condiciones sociales" que la provocaron sin que haya ningún tipo de condescendencia o justificación hacia el crimen y comportamientos fascistas "No hay equidistancia que valga. A mí nadie me escuchará afirmar que el sufrimiento de unos anula o compensa el sufrimiento de otros, o que todos los sufrimientos son de la misma naturaleza".
Y no digo nada más. Y remato con palabras del autor: "Absolutamente, el nacionalismo siempre pone un filtro. Siempre es tradicionalista, medieval, romántico, sacraliza la tierra. Y llevado a la política, el nacionalismo es muy peligroso".
Ana Ballester
Antes de empezar la novela era un poco escéptica sobre ella, primero porque había leído tan buenas críticas que a veces eso me produce el efecto contrario cuando leo el libro, y luego por la temática que trata, el conflicto vasco desde aproximadamente los años 80 del siglo XX hasta la primera década del XXI, en concreto hasta el cese de la lucha armada por parte de ETA, un tema complicado y lleno de matices. Pero Fernando Aramburu refleja la realidad de la época magníficamente. Lo hace a través de una historia coral con nueve protagonistas, los cuatro miembros de la familia de Bittori y el Txato y los cinco de la de Miren y Joxian. Dos familias con muchos lazos que las unen pero que se distanciarán por culpa del terrorismo, una de ellas será víctima de ETA, la otra tendrá un integrante en la organización.
“Patria” consta de 125 capítulos cortos en los que se va alternando la historia de las dos familias, con saltos entre pasado y presente. Asimismo profundiza en la vida de los personajes, con lo que logra plasmar las dos visiones del conflicto y sus distintos aspectos (ya sea las diferencias ideológicas, la “manipulación” de los jóvenes, la marginación y el sufrimiento de las familias de las víctimas, las torturas de la policía, la presión social y un largo etcétera). Los personajes están muy bien perfilados, y si bien la novela empieza centrándose en las dos mujeres, Miren y Bittori, cuya profunda amistad se transformó radicalmente, al final obtienes un cuadro muy real de la sociedad vasca a través de todos ellos.
Destacaría también la ambientación, muy realista en sus descripciones cuando habla de lugares con nombre propio, como San Sebastián. Supongo que tendrá mucho que ver el hecho de que sea la ciudad natal de Aramburu, donde imagino que vivió muchos años.
Aunque yo no me di cuenta de su existencia hasta pasada la mitad del libro, es interesante el “Glosario” final, con la traducción de las palabras en euskera que aparecen en el texto.
Excepto los últimos capítulos, en que me pareció que todo encajaba demasiado bien para ser creíble, en conjunto me ha gustado mucho la novela. A pesar de su extensión es una lectura ágil, entretenida y fácil de leer. La forma de escribir, con algún detalle curioso (a menudo está narrando en tercera persona y de repente intercala una frase en primera persona —el pensamiento de quien sea de que esté hablando—), también me ha gustado. Es el primer libro que leo del autor y espero que no sea el último.
En mi opinión, una novela excelente en todos sus aspectos y que recomiendo sin dudar.
Esther Rodríguez
Lo estoy leyendo y me está encantando.
ResponderEliminarSuper enganchada!
Hola Maria Rosa,
Eliminar¿Ya lo terminaste? Es verdad que engancha bastante :)
Si! Ayer lo terminé y me ha encantado.
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