Mostrando entradas con la etiqueta Simonetta Agnello Hornby. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Simonetta Agnello Hornby. Mostrar todas las entradas

9 de abril de 2020

"Nadie puede volar", de Simonetta Agnello Hornby

nadie puede volar
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Teresa Clavel
Editorial: Gatopardo

SINOPSIS:
Sin duda no resulta fácil aceptar la propia discapacidad o la de un ser querido. Desde que era una niña, en su Sicilia natal, Simonetta Agnello convivió con personas que padecían una minusvalía y que eran del todo aceptadas y formaban incluso parte de su entorno familiar: del ciego se decía que «no ve bien», del cojo que «le cuesta caminar», del gordo que «pesa bastante», del sordo que «hay que gritarle un poco», sin pensar en estas particularidades como defectos o discapacidades.
Después en su madurez, y ya afincada en Londres, su hijo George le comunicará un día que padece esclerosis múltiple. Y de esa experiencia nacerá más tarde Nadie puede volar, un libro escrito a «cuatro manos», en el que la voz de Simonetta hace de contrapunto a la de su hijo, el cual nos explica su enfermedad y nos enseña a través de ella a ver la vida de una manera distinta, pero, no por eso, menos divertida e interesante.

«Poco a poco aceptaba la atrocidad de lo que nos había sucedido: una horrible enfermedad en la familia. Pero era también un reto. De la misma manera que no podemos volar, George no podría caminar, lo cual no le impediría disfrutar de la vida de otra forma. […] En la vida hay algo más que volar, y quizá también que caminar. Encontraríamos ese algo más.»
Simonetta Agnello Hornby

OPINIÓN:
Simonetta Agnello Hornby es una escritora italiana de la que anteriormente leí “Palermo es mi ciudad”, una crónica familiar de sus años de adolescencia y juventud, donde narra de forma entrañable sus vivencias y de sus parientes por las calles de Palermo, hasta su mayoría de edad, cuando decide marchar a estudiar a otro país.
En “Nadie puede volar” la autora continúa con su estilo llano y franco en primera persona, pero esta vez el tono de la historia es más serio. El relato se centra especialmente en una circunstancia familiar, la detección de la esclerosis múltiple a su hijo menor George (o Giorgio), en una fase sin cura probada.
Nick y George han crecido en Reino Unido pero su madre, Simonetta, se ha encargado de que tengan presente también el vínculo familiar con Italia, sobre todo en verano en tierras sicilianas, en Mosé. Así se desarrolla su vida en un entorno de mucho apego, que cuando surge algún contratiempo todos van a una.
Cuando a Giorgio le detectan la esclerosis múltiple es un hombre maduro, con trabajo, casado y con hijos, la enfermedad le toma en un momento en el que debe replantearse diversos parámetros de la existencia, el desempeño laboral o el desarrollo de una actividad lúdica cualquiera, pasan a ser algo más complicados. Estas son las barreras físicas y mentales, creadas por la sociedad, a las que personas con discapacidad deben enfrentarse a diario desde lo cotidiano.
La esclerosis es una enfermedad degenerativa causante de la pérdida de las funciones y capacidades motoras básicas de nuestro cuerpo, sea de forma gradual o más rápida.
En este libro Simonetta y Giorgio se alternan para contarnos de primera mano sus impresiones ante la noticia y el progreso de la enfermedad. Reflexionan y se cuestionan aspectos que dan cuenta de cómo y cuál es el coste de cambiar a vivir en la “normalidad” a ser “discapacitado”.
Simonetta experimenta la culpa, la responsabilidad de ver cómo la vida de su hijo desemboca en una silla de ruedas. Por su parte, Giorgio su frustración en los inicios de la enfermedad, y la toma de conciencia de sus límites hacia unas tareas que, en condiciones normales, se desarrollan sin el menor contratiempo (ir por la calle, coger un transporte público…). Al mismo tiempo, madre e hijo realizan un recorrido histórico y psicológico de cómo la condición de ser discapacitado actúa sobre el individuo y en relación con los demás, lo que es el impacto social en conjunto. Ya el título de la obra “Nadie puede volar”, contiene una alta carga simbólica en este sentido, es la prueba del hecho de que todos nacemos con una serie de condiciones y limitaciones, en nuestra mano está hacer un mundo mejor.
Yo, como persona con discapacidad, aunque mi circunstancia es diferente a la de Giorgio, me he sentido plenamente identificada en muchos momentos con esta lectura. La recomiendo plenamente, pues puede ser una enseñanza para muchas personas con o sin discapacidad.
Dolors Martínez

29 de octubre de 2018

"Palermo es mi ciudad", de Simonetta Agnello Hornby

Palermo es mi ciudad Simonetta Agnello Hornby
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Teresa Clavel
Editorial: Gatopardo

SINOPSIS:
La via XX Settembre, en el corazón de Palermo, es donde, en 1958, se va a vivir la familia Agnello. El pequeño mundo formado por tíos, primos, personal de servicio, amigos y parientes constituye un microcosmos que es observado con la mirada atenta de la autora. Como telón de fondo, una ciudad donde a las heridas de la guerra se añaden otras más devastadoras si cabe: las de la especulación urbanística. Palermo, espléndida y miserable, seduce a Simonetta. La ciudad se le revela al mismo tiempo que ella se revela a sí misma, a través de un mundo compacto, solidario, de la curiosidad por las cosas que la rodean, del amor por los libros, de los primeros atisbos de una conciencia cívica y política.

«La ciudad entera sería “mi casa”, toda Palermo me pertenecía como yo le pertenecía a ella.» Simonetta Agnello Hornby

OPINIÓN:
Simonetta Agnello Hornby se mudó de Agrigento, ciudad natal de su madre, a Palermo en 1958, cuando contaba 13 años, con sus padres y su hermana Chiara, menor que ella, a quienes se sumarían personal de servicio, el viejo chofer Paolo, la niñera aquincense Giulliana, o la joven criada Antonella. Para Simonetta fue el regreso a “su” ciudad, era la única nacida en Palermo, en el caserón de una pariente, y allí residía buena parte de los parientes, tíos, tías, sus respectivos hijos e hijas, abuelos y abuelas, parentela de distinto grado y muy extensa.
Su familia formaba parte del núcleo de nobles y terratenientes que aún pervivían en la capital, por parte de padre muchos de sus parientes vivían de renta y apenas poseían o daban importancia a los estudios y la lectura, por parte materna tampoco eran pobres, pero sí que algunos poseían carreras, aunque básicamente eran hombres pues las mujeres pintaban poco fuera de casa.
En este relato de recuerdos de infancia y primera juventud, la autora narra con todo lujo de detalles la sociedad siciliana de la época. Cómo ella misma admite, en esos años era presa de una ávida curiosidad, quería empaparse de todo, de tal forma que da buena cuenta de numerosas anécdotas familiares y de sucesos políticos y sociales, denotando su amor por Palermo.
En numerosas ocasiones se sentó a escuchar a los hombres de la familia que hablaban sobre política y la necesitad de tener contactos, era importante tener buenas relaciones.
A la larga, la extensa red familiar se traducía, en muchos casos (no sólo en la familia de la autora), en una red clientelar, que servía para que muchos ocuparan puestos en la administración o llegarán a la política. 
En otras palabras, la sociedad siciliana era corrupta, lo que años después se evidenciaría aún más con el peso de la Iglesia y la Mafia, de hecho los enlaces entre Mafia y políticos llegaron a convertirse en algo sistemático e institucionalizado.
Más allá de la oscura política, es una delicia como la autora describe lo cotidiano, los paseos por las calles palerminianas con los edificios y villas del XIX, las compras en los establecimientos locales y el mercado, o sencillamente la elaboración casera de dulces típicos de la región, de su madre y tía Teresa. 
La autora creció muy unida a su madre, siendo ésta quién supervisó su educación, la formalidad, el buen hacer o la eficiente administración doméstica, mientras el padre, que delegó esa función en la progenitora, vivía independiente y se dedicaba a la explotación de sus tierras en otra localidad. 
Asimismo, la autora retrata las peculiaridades y caracteres de otros miembros de la familia, niñeras o trabajadoras del servicio domestico, conocidos y allegados, y sobre todo las relaciones sociales que se propiciaban.
La autora nos introduce en el ambiente de una familia numerosa, donde la moral tradicional de la sociedad aún predominaba y eran evidentes los distintos roles de hombres y mujeres. Las chicas no comenzaban a salir hasta los 16, siempre acompañada por familiares, o amigos aprobados por los parientes (la familia de la autora era bastante estricta en este sentido). No se admitían las relaciones con otras personas sin antes saber quiénes eran, de donde venían, origen familiar etc. Aún más significativo es que muchos poseían la creencia de que los hombres podían ser infieles por necesidad, las mujeres, en cambio, se entendía que debían ser fieles y castas. 
Estas memorias noveladas de la autora siciliana están narradas en primera persona, con un estilo sencillo, llano, guardando un tono juvenil realista, sincero y cuentan su vida en Palermo desde 1958 a 1963, al concluir sus estudios de bachiller.
Simonetta Agnello Hornby era una autora desconocida para mí, hasta ahora, y debo decir que el estreno ha sido muy grato. Un placer de lectura, la recomiendo ampliamente.

Fragmento:
“A diferencia de los demás miembros de la familia, yo había nacido en Palermo.
Papá me lo recordaba –« Palermo es tu ciudad»– cuando íbamos en coche desde Agrigento y estábamos a punto de asomarnos a la Conca d’Oro y distinguirla a lo lejos, desde lo alto: un momento mágico. […] Frente a nosotros, lejísimos, aparecía, majestuoso y absolutamente proporcionado, Monte Pellegrino, envuelto en una luz azulada y lamido por el mar oscuro, centelleante y vastísimo, casi tan grande como el cielo. En el golfo, a sus pies, Palermo.
Palermo es tu ciudad repetía papá.”
Dolors Martínez
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...