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8 de junio de 2022

"El jugador", de Fiódor Dostoievski

el jugador dostoievski
FICHA TÉCNICA:

Género: Narrativa
Traducción: Juan López-Morillas
Editorial: Alianza

SINOPSIS: 
Novela de indudable trasfondo autobiográfico, EL JUGADOR (1866) refleja los dos grandes impulsos -el juego y la pasión amorosa- que dominaron la vida de Fiódor Dostoyevski (1821-1881). En medio de una galería de personajes desarraigados y trashumantes que deambulan por la ciudad-balneario de Wiesbaden (el «Roulettenburg» de la ficción), la patética figura de Aleksei Ivanovich personifica el goce y la angustia del tipo humano que acaba por canalizar toda su capacidad de protesta en la pasión por el juego como vía de acceso, mediante el dolor y el envilecimiento, a una libertad vorazmente deseada.

OPINIÓN:
Fue la lectura de mayo de 2022 en el Club de Lectura.

Libro autobiográfico, la novela "El Jugador" está escrita a manera de diario, en primera persona.
Fiodor Dostoyevski utiliza algunos nombres falsos y con distinta nacionalidad en esta historia tan bien engranada para representar la desesperación, depresión, dramatismo y pasiones humanas a través de la ludopatía, la cual él padeció en algún momento de su vida, nadie como él sabía lo que se vive en una mesa de juegos, su situación económica lo arrastró a las apuestas.
Ingleses, franceses, alemanes, rusos, polacos, todos caballeros y damas que aparentaban pertenecer a la burguesía, se daban cita en el casino para tratar de dar un giro al destino de sus vidas en unos minutos; Incrementar su economía y poder pagar deudas, rescatar hipotecas, o comprar el amor y de paso, experimentar el sobresalto, la emoción que se vive al apostar.
Dostoyevski utilizó, para enmarcar las escenas principales, un paño verde y una ruleta. Sabremos entonces que existe una demarcación entre el juego llamado de mal género y el que es permitido a un hombre correcto. Hay dos clases de juego: uno para los caballeros y otro plebeyo, rastrero... Un caballero favorecido por la suerte sonreirá y bromeará, el juego es solo un pasatiempo y no debe denotar emoción aunque pierda. Un plebeyo gritará, reclamará y recriminará por su mala suerte al perder.
Sobre algunos personajes:
Alexei Ivanovich es nuestro personaje principal, joven displicente y con un realismo que de pronto puede rayar en lo morboso, su actuar, sus comentarios y su forma de relacionarse con los demás le hará verse en la penosa necesidad de utilizar la ruleta para salvar sus finanzas y al mismo tiempo salvar una pasión malsana por Polina.
A través de Alexei el autor nos narra apreciaciones o criticas a los franceses e ingleses sin dejar de lado a los mismos rusos. Dostoyevski nos reproduce los conflictos de la sociedad de la época: las tensiones políticas y religiosas, la hipocresía social, las relaciones humanas, el mundo del trabajo o la importancia del dinero.
Polina es un personaje al cual Dostoyevski no cambió nombre, es el nombre original de su amante en la vida real y por la que al parecer perdió la cabeza, una relación tóxica que el autor no tuvo reparo en describir en esta obra.
La aparición de la "Babulinka", otro personaje en la historia, es la abuela enferma a la que espera la familia se muera pronto para poder heredar, la babulinka va a conocer el casino y nos sorprende igual que sorprendió a su familia al apostar, saborear el triunfo y vivir la pérdida de casi todo su dinero, la abuela nos hace ponernos a pensar en que de alguna manera ella decide disfrutar sus últimos días antes que heredar a sus ingratos familiares.
Para terminar el diario, Alexei Ivanovich habla sobre la miseria de la moral, con qué orgullo y satisfacción las personas censuran la conducta ajena, ¿qué puede predecir la gente cuando pendemos del destino de una ruleta?, si hoy saliera ganador me abrazarían y me aceptarían entre ellos, la naturaleza humana puede renacer en tanto no esté hundido del todo.
Al finalizar la lectura me quedé con la sensación de que la vida misma es como estar jugando a la ruleta, todas nuestras decisiones y hasta el mismo amor pueden estar basados en una apuesta con el destino.
"El amor es como apostar en la ruleta".
El jugador tiene una importante anécdota, fue escrito en 26 días, Dostoyevski lo dictó a la taquígrafa Anna Grigórievna Snítkina, que meses después se convertiría en su segunda esposa.
Cierro comentario recomendando la lectura, Dostoyevsky nos remueve los conceptos morales para poder abrir las mentes acostumbradas al reposo.
Blanca Toral

"¡La culpa es de Paulina, toda la culpa es suya!
Quizá ni siquiera hubiese llegado a pensar en cometer esas pillerías si ella no hubiese estado allí. ¡Quién sabe! Quizás hice todo eso por desesperación (aunque es estúpido razonar así), y no comprendo, no puedo comprender lo que ella tiene de bueno.
Es bonita, por lo menos yo así lo creo. Y yo soy el único a quien vuelve loco. Es alta y bien formada. Pero es muy delgada. Tengo la impresión de que se podría hacer un nudo con ella o doblarla en dos. La huella de sus pies es larga y estrecha…, torturante. Torturante, ésta es la palabra. Tiene reflejos rojos en los cabellos. Verdaderos ojos de gata, ¡y cuánto orgullo y arrogancia sabe poner en ellos! Hace unos cuatro meses, cuando acababa de entrar a su servicio, tuvo una noche, en el salón, una larga conversación con Des Grieux. Estaban muy animados. Ella le miraba de tal manera… que cuando subí a acostarme más tarde, me imaginé que ella le había dado una bofetada, que acababa de dársela, y que estaba de pie ante él, mirándolo …
Aquella noche me enamoré de ella".

Ha sido la lectura de mayo 2022 del club de lectura de Literatura + 1.
Esta breve, pero magna, creación del genial autor ruso Fiódor Dostoevsky, (Moscú, 11 de noviembre de 1821 – San Petersburgo, 9 de febrero de 1881) quien según he leído pertenece al movimiento del realismo literario, al tener rasgos autobiográficos, no puede separarse de los acontecimientos que marcaron la vida del autor previamente a la época en que por fin publicó esta novela (1867), que ya había ideado y planeado varios años antes ...
La obra maestra "El Jugador", fue escrita (1866), o mejor dicho, DICTADA en sólo 26 tardes, por Fiódor a la estenógrafa Anna Dostoyévskaya (con quien contrajo matrimonio meses después) mientras por la mañana, él escribía “Crimen y Castigo”, BAJO UNA GRAN PRESIÓN de TIEMPO, debido a un contrato del editor, con fecha límite, que de no cumplirse, le acarrearía enormes pérdidas; y gran PRESIÓN ECONÓMICA, causada por las acuciantes deudas adquiridas en parte por su afición al juego, y por haber asumido las responsabilidades de su hermano fallecido: deudas y la manutención de su familia.
Tal vez debido a esta premura, la novela adquiere un estilo muy FLUIDO y un RITMO DINÁMICO y ACELERADO: una VELOCIDAD CINEMATOGRÁFICA, tanto en las descripciones, como en el FLUJO DE CONCIENCIA del narrador homodiegético.
Algunos críticos consideran esta obra como un autoEXORCISMO psicológico practicado por Dostoevsky para librarse de sus demonios internos: la LUDOPATÍA que lo mantenía en constantes DEUDAS … No en balde es referido por Nietzsche como "El único psicologista del que he aprendido algo".
“El Jugador" es sin duda, una obra maravillosa: la siento como una gran novela PSICOLÓGICA; elaborada como una DRAMÁTICA TRAGICOMEDIA y novela del ABSURDO, cuyos PERSONAJES CARICATURESCOS, muy bien descritos, llenos de vida y personalidad, se dedican a vivir la VIDA LOCA, dominados por PASIONES INCONTROLADAS, con la mayor IRRACIONALIDAD posible. Sus personalidades, demenciales y odiosas, están muy bien caracterizadas todas ...
Alexis, alter ego de Fyodor Dostoevsky (nombre del hijo de Dostoevsky de tres años, muerto en 1878, y usado también para el protagonista de los “Hermanos Karamazov” (1880)) … Alexis, pues, es el narrador no confiable de “El Jugador“ por ser el protagonista, y es, además, el típico anti-héroe Dostoevskyiano. Él es un joven ruso, con educación universitaria, locamente enamorado de Paulina, hijastra de El General, con quien mantiene una ponzoñosa-relación-amor-odio ... al tiempo que ella, a su vez, ama a un supuesto noble y adinerado francés ... Paulina, estilizada y de gran belleza, de hermosa y abundante cabellera con reflejos rojizos y grandes ojos de gata, es muy arrogante y tiene a sus pies al francés, al inglés y al preceptor Alexis, su esclavo.
Alexis, que funge como mentor de los hijos del viudo General, un ruso retirado de 55 años, arruinado, que vive de préstamos, fingiendo ser rico, en un balneario alemán de aguas termales y medicinales, que es al mismo tiempo un centro de casinos ... El General está fervientemente enamorado de una joven femme fatale francesa de 25 años, que se supone es una actriz disfrazada de noble, con una madre falsa.
La tabla de salvación y esperanza del General, es que fallezca pronto en Rusia, una tía millonaria que le heredará una gran fortuna y así podrá comprometerse en matrimonio con su amada, mademoiselle Blanche, la interesada francesa ...
Pero la tía, que supuestamente está moribunda, aparece de repente en el hotel y después de desenmascarar al General y decirle que ha leído todos sus telegramas preguntando si ella ya ha muerto, le grita que no le dará dinero, ni lo heredará, y se va al casino a jugar casi toda su fortuna ... y pierde.
Los temas que la novela "El Jugador" sugiere, son muchos:
Además de la LOCURA DEL JUEGO o sea EL VICIO O ENFERMEDAD DE LA LUDOPATÍA: el ABSURDO del COMPORTAMIENTO HUMANO; las FALSAS APARIENCIAS y el FINGIMIENTO SOCIAL; el INTERÉS MONETARIO en las RELACIONES amorosas y familiares; los AMORES TÓXICOS; el RESURGIMIENTO después de un gran fracaso; también, supuestamente, describe el APASIONADO CARÁCTER RUSO versus los demás países europeos. Hay ironía y burla, y escenas de gran comicidad, en las que a veces con tintes de XENOFOBIA se da forma a una CRÍTICA SOCIAL de la ALTA SOCIEDAD EUROPEA de la época.
Me ha gustado mucho, a pesar del sabor a frustración que deja tanta locura humana, y la recomiendo como una obra maestra de la Literatura universal.

"Vingt-deux! —gritó el croupier.
Había ganado.
Arriesgué el total: mi primera postura y lo ganado. —Trente et un! —exclamó el croupier. ¡Gané otra vez!
Esto me daba un total de ochenta federicos. Lo puse todo en las doce cifras de en medio (ganancia triple, pero dos posibilidades en contra). Comenzó a rodar la ruleta y salió el veinticuatro. Me dieron tres cartuchos de cincuenta federicos y diez monedas de oro. Poseía ahora un total de doscientos federicos.
En una especie de angustia febril, dejé todo el dinero sobre el rojo…, y de pronto volví en mí. Fue la única vez durante aquella noche en que el terror me heló, manifestándose por un temblor de mis manos y mis pies. Con horror me di cuenta, en un momento de lucidez, de lo que hubiese significado para mí perder en aquel instante.
¡Toda mi vida estaba en juego!
—Rouge! —gritó el croupier. Recobré el aliento: hormigas ardientes recorrían todo mi cuerpo. Me pagaron, en billetes de banco, un total de cuatro mil florines y ochenta federicos. Todavía podía hacer el cálculo.
Recuerdo que luego, puse dos mil florines en las doce cifras de en medio y perdí. Jugué mi oro y mis ochenta federicos y perdí. El furor se apoderó de mí. Tomé los dos mil florines que me quedaban y los coloqué en las doce primeras cifras… al azar, a ciegas, sin calcular.
Hubo un momento de espera, una emoción parecida quizás a la que experimentó madame Blanchard cuando, en París, fue lanzada desde su globo al suelo.
—Quatre! —exclamó el croupier. Con la postura anterior, esto me hacía dueño de nuevo de seis mil florines. Adopté una actitud triunfante, y ya no tuve miedo de nada.
Puse cuatro mil florines al negro. Unas diez personas se apresuraron a poner al negro como yo.
Los croupiers cambiaron miradas y hablaron entre sí. Todos hablaban y esperaban. Salió el negro. A partir de este momento no recuerdo ni las ganancias ni la sucesión de posturas.
Recuerdo solamente, como en sueños, que ya había ganado casi dieciséis mil florines.
De pronto, tres jugadas desgraciadas me hicieron perder doce mil.
Entonces puse los últimos cuatro mil al Passe (pero en aquel momento no me daba cuenta de casi nada, esperaba maquinalmente sin pensar en nada).
Gané de nuevo, y volví a ganar cuatro veces seguidas. Recuerdo solamente que amontoné los florines por millares.
Recuerdo también que las cifras de en medio, a las que no dejaba, salieron con mucha frecuencia.
Salían con regularidad, siempre tres o cuatro veces seguidas; luego desaparecían durante dos jugadas, y volvían por tres o cuatro veces consecutivas.
Esta asombrosa regularidad suele ocurrir a veces, y es lo que confunde a los jugadores profesionales que hacen cálculos lápiz en mano. ¿Qué terribles ironías de la suerte no se manifiestan aquí?"
Lucila Argüello

"El jugador" parecía una historia tan simple pero está tan bien escrito que en cuanto lo inicias te mete en un juego que no puedes parar. Atrapa, entretiene, cautiva en cada capítulo hay algo divertido, enojoso, intrigante que te obliga a seguir leyendo con prisa pero con cautela, pues es posible que algo se escape y uno tenga que volver al casino, al hotel o quizá a alguna calle por donde Alekséi o Polina o cualquiera de los otros pudieron pasar en su loca y desenfrenada visita a Alemania o Paris. La historia está basada en la experiencia del autor cuando en un viaje por Europa se siente atrapado por el juego de azar y la atracción física por una hermosa mujer mientras que su esposa moría de una terrible enfermedad.
El personaje principal y narrador es Aleksei Ivanovich, un bachiller ruso contratado por un general para ser tutor de sus dos pequeños hijos que son hermanitos de Pauline, la hijastra del general: Polina, para los amigos en Europa. Y es a través de su particular mirada de ruso noble pero no rico que nos enteramos de la ambición del general y su forma desmedida de gastar fortunas, de la imperiosa necesidad de la joven Polina de conseguir un matrimonio conveniente y la natural inclinación de la juventud rusa a quedar subyugada por los hombres franceses que son todo lo opuesto a la tosquedad rusa. Poco sabemos de la vida de Aleksei pues en esencia lo que escribe en su diario o en ese cuaderno o bitácora de viaje, Ivanovich plasma sus pensamientos sobre lo que acontece día a día mientras su patrón se mantiene a la espera del anuncio de la muerte de la tía millonaria, y no es difícil de entender que eso sea lo que el general espera con ansias pues la familia esta hipotecada hasta más no poder. Lo que más me gustó es que aunque si hay un punto de inicio de la historia, la llegada de Ivanovich al hotel donde se hospeda la familia, el autor no se toma el tiempo ni inventa a otro narrador para explicar quien es el narrador, simplemente sigue, como si fuera otra anotación en la libreta, y creo que eso es lo que nos hace sentirnos parte de cada escena, o anécdota y da una sensación de que podemos participar en el juego, detener a la abuela o aplaudirle, seguir a Ivanovich hasta el hotel mirando hacia todos lados por si alguien lo acecha para asaltarlo y así con todo. Queda muy claro que es un autor muy inteligente. Y los personajes, parece que son muchos pero jamás te sientes abrumado o confundido todos son muy importantes en esta historia, no hay nadie que sobre y todos tienen personalidades e ideales diferentes, todos buscan algo pero también todos están conectados con la tía anciana y con el mismo Ivanovich.
La parte romántica no fue nunca romántica, aunque Ivanovich se declara enamorado y al final le dicen que ella también lo ama era un amor condenado a la nada por todas las razones posibles menos la indiferencia. Polina es como muchas chicas que conozco que detestan ser admiradas o amadas por los pobres o los feos pero a la vez se sienten halagadas por despertar tanto interés en ellas pero siguen persiguiendo al guapo, al popular, al más adinerado aunque ese ni aprecie lo que el otro aprecia, admira y halaga.
El tema de la adicción estuvo muy ben trabajado, se nota que el autor domina el tema teórica y prácticamente. Hasta daban ganas de ir a probar suerte.
Sonia Servìn

Es verdad que cuando se inicia la lectura de cualquier obra, el tiempo del "ahora" se detiene y, a veces, con dificultad nos enfrentamos a lejanas y desconocidas realidades con las cuales no hay parangón posible en nuestro día a día. Tal es el caso de la obra que nos ocupa.
Porque veamos ¿quiénes son los personajes de esa estrambótica troupe -que nos aparece de la mano de Aléxei en forma de puntual diario, tutor de los dos hijos del general- formada por unos rusos con pretensiones, encabezados por un General que no es General sino Coronel, ya entrado en años, que bebe los vientos por una vividora de oscura procedencia, Mlle Blanche, y cuya enigmática hijastra, la del General, Polina, parece vivir aplastada por un oscuro secreto y es el objeto del deseo tanto de un aventurero francés de Des Grieux, como de un inglés, el más decente de todos y depositario de lo que algunos ocultan?
Porque, además, están preocupados: unos, los franceses, porque no se les paga un dinero que se les debe y cuyo retrato no es nada benévolo pues, según Aléxei, son elegantes, mundanos, pero también codiciosos, fríos y calculadores; y del otro lado los rusos que viven agónicamente el día a día esperando la solución a sus problemas económicos provocados por su carácter confiado, su escasa percepción de la realidad y cuya solución pasa por la muerte de la abuela del General. Está claro que Dostoievski no ha desaprovechado la ocasión de fustigar a los europeos que detesta.
En esta atmósfera de suspense en donde todos aguardan, aparece la babulinka cual meteorito inesperado: entramos de lleno en la segunda parte del diario. Y no va a dejar títere con cabeza. En un capítulo antológico (IX) que justificaría lo que se ha dado en llamar por Bajtin en su obra 'Problemas de la poética de Dostoievski' “la carnavalización” se dedicará a arrancarles la careta a cada uno de ellos y ponerlos frente al espejo de su realidad. El movimiento febril de la abuela, sus aceradas sentencias dirigidas a los presentes, el asombro de la tropa que se ve vapuleada sin compasión por aquella que creían resolvería sus problemas constituye el momento culmen de la novela.
A partir de ahí, tercera parte, la sinrazón desbocada en forma de RULETA hará su aparición: la de la babulinka, espoleada por la venganza, se batirá en retirada habiendo dilapidado una fortuna. El narrador, Aléxei, ya atrapado en momentos anteriores de la novela en la excitación que supone el riesgo y el reto al destino y, tomando como excusa la urgente ayuda con la que desea socorrer a Polina, su pretendida pasión amorosa, entrará en el frenesí del juego hasta tal punto que en un momento del relato (Cap. XV) llegará a decir “Juro que sentía lástima de Polina, pero, cosa rara, desde el momento en que la víspera me acerqué a la mesa de juego y empecé a amontonar fajos de billetes, mi amor pareció desplazarse a un segundo término”. Y si bien los hados de la suerte parece que soplan a su favor -ganará esta vez una fortuna- no lo harán a favor de su relación con Polina que desaparecerá.
En una vuelta de tuerca sin mucho sentido, dilapidará su fortuna en París con Mademoiselle Blanche con la perspectiva de que el azar de nuevo le favorezca cuando está sumido en la pobreza: “De lo que se trata es de que basta un giro de la rueda para que todo cambie, y de que estos moralistas —estoy seguro de ello— serán entonces los primeros en venir a felicitarme con chanzas amistosas. Y no me volverán la espalda, como lo hacen ahora. […] Mañana puedo resucitar de entre los muertos y empezar a vivir de nuevo. Aún puedo, mientras viva, rescatar al hombre que va dentro de mí.”
En cuanto a su pasión por el juego, quiero hacerme eco de lo sugerido por JOSEPH FRANK 'DOSTOIEVSKI LA SECUELA DE LA LIBERACIÓN' 1860-1865‘ en donde afirma que lo más interesante de su adicción fue la teoría que creó acerca de ella pues tenía la convicción de que si controlaba emociones y sentimientos, es decir, si suprimiera la parte irracional, ganaría: "No creas que me estoy jactando cuando te digo que conozco el secreto de ganar […] este secreto, yo lo conozco, es terriblemente estúpido y sencillo, y consiste en dominarse en cada momento y en no dejarse excitar, cualquiera que sea el juego. Y eso es todo".
Sin embargo, Dostoievski conocía la imposibilidad de ese control emocional para privilegiar a la razón, y subraya el crítico que este intento de elevarse por encima del nivel de lo humano se relaciona con uno de los grandes temas de la literatura occidental. "Poner en práctica sueños del helado dominio de la razón invariablemente se han presentado como una causa de sacrilegio y un monstruoso desorden moral, pues significan el intento de la humanidad de levantarse como rival y sustituto de la voluntad del Dios cristiano, que dotó a la especie humana con una gama intermedia y una posición ambigua en esa gran cadena del ser que durante tantos siglos gobernó la imaginación del hombre occidental".
Y termina: "También el juego puede interpretarse como un intento de Dostoievski de poner continuamente a prueba su convicción general del poder de lo irracional en la existencia humana".
Ana Ballester

13 de enero de 2022

"Paraíso", de Abdulrazak Gurnah

paraiso abdulrazak gurnah
FICHA TÉCNICA:

Género: Narrativa
Traducción: Sofía Noguera Mendía
Editorial: Salamandra

SINOPSIS: 
Cuando los padres de Yusuf, de doce años, le dicen que vivirá con su tío Aziz durante una temporada, el chico se muestra entusiasmado. Pero lo que Yusuf no sabe es que su padre lo ha empeñado para saldar una deuda imposible de pagar, ni tampoco que Aziz no es pariente suyo, sino un rico y acaudalado comerciante con el que viajará por África central y las riberas del Congo en vísperas de la primera guerra mundial.
A través de los ojos de ese chiquillo descubriremos una naturaleza exuberante y hostil, poblada de tribus despiadadas e invasores desalmados, en la que una vida humana vale tanto como unas cuantas gotas de agua.
Una historia de iniciación que ilumina la crudeza y la belleza de la África precolonial, por el premio Nobel de literatura 2021.

OPINIONES:
Fue la lectura de abril de 2022 en el Club de Lectura.

He leído la novela 'Paraíso' obra del último Premio Nobel, Abdulrazak Gurnah, autor que desconocía y del cual sólo se han publicado en España tres obras: 'Paraíso' que se encuentra fácilmente, 'En la orilla' con dificultad, y la tercera 'Precario silencio' imposible de localizar. Supongo que pronto tanto estas como otras las veremos pronto en los escaparates de las librerías.
En 'Paraíso', que nos transporta a la Tanzania de principios del siglo XX , se nos narra las vivencias de un joven, 12 años, de notable belleza que, por causa de unas deudas, su progenitor lo vende a un rico mercader sin que él sea muy consciente de ello de tal manera que cree ser sobrino del “tío Aziz”, su dueño. Su primer viaje en tren y su instalación junto a otro joven, Kahlil, que administra un almacén del “tío Aziz”, marcarán el inicio de su nueva existencia y aprendizaje que serán completados cuando acompañe al mercader en su último viaje comercial. A partir de aquí, el comercio de las largas caravanas será monopolizado por los invasores alemanes y su ferrocarril.
En este espacio de reflexión precolonial, el lector descubrirá que esos países del África oriental que, a principios del siglo XX, formaron parte primero del Imperio alemán y luego de Gran Bretaña fueron un crisol de culturas y de lenguas -árabes, africanas e indias- en donde no sólo las indígenas establecían sus divisiones sociales (civilizados y salvajes: Yusuf pertenece a este último), sino que convivían con otros ciudadanos tanto de la India como de otros países, como es el caso del sultanato de Omán, comerciando e intercambiando todo tipo de conocimientos y costumbres.
La presencia del colonizador, los alemanes, se percibe como el punto final de un modo de vivir que dará lugar a otro tipo de existencia en donde poco o nada podrán hacer. Al final los tambores de guerra que anuncian la Primera Guerra Mundial arrastrarán a Yusuf a otro viaje y Tanzania pasará a manos de Gran Bretaña.
Excelente novela, instructiva y recomendable.
Ana Ballester

Paraíso fue para mi como fue el viaje de Yusuf en el tren, un viaje lleno de sorpresas y sinsabores. La situación de pobreza, hambre y carestía en muchos países y regiones del continente africano, la despedida de la madre de Yusuf y la frialdad de su padre que lo entrega a un comerciante muy rico para que condone la deuda que tiene con él cuando el niño de 12 años cree ingenuamente que ese señor con el que va a pasar supuestamente una temporada es su tío y no lo es. Al inicio odié a Khalil por su forma desenfadada y a la vez irónica de revelarle la verdad pero después aprecié que al tomarlo como hermano en la desgracia de la esclavitud le hablara con la verdad aunque fuera a cuentagotas. El viaje peligrosísimo al que lo llevan cuando ya es un poco mayor me ha fascinado y aterrorizado a la vez por la exuberancia de la naturaleza del continente como por lo desalmado que llegan a ser algunos seres humanos y el peligro al que algunos están expuestos y salen bien librados y otros no. Yusuf se maravilla con una montaña, con una cascada, con un hermoso jardín árabe en la casa de Aziz. él compara la maravillosa naturaleza de su continente con el Paraíso y no sin razón pero quizá porque él vivía en la costa y prácticamente no salía más que al patio de su casa y la periferia del hotel que regenteaba su padre en Kawa. Todas las veces que el autor menciona la palabra Paraíso y habla de la belleza varonil de Yusuf, y los peligros a los que se enfrentan él y los porteadores junto con el mercader con los africanos del interior me hacen pensar en lo difícil que es para la belleza y la inocencia sobrevivir al caos que provoca la ambición. Ya se ve venir en el continente el dominio extranjero, en este caso de los alemanes pero en realidad es una obra muy, muy africana sin tabúes, sin velos, sin prejuicios ni falsas bondades.
Como siempre sucede con el premio Nobel la mayoría y lamentablemente sin siquiera leer parte de su obra cuestionan el mérito del galardonado y es una pena, Paraíso no es una gran obra en su extensión pero es un libro genial que cumple con el objetivo que tenía en mente el autor retribuirle algo al país donde nació. Cada mes cuesta más participar en la lectura conjunta pero esta vez, el esfuerzo valió la pena y mucho. En otros meses las lecturas han sido igual de breves que Paraíso y nos dieron oportunidad para leer otras del mismo autor o del mismo país pero con Paraíso no fue necesario, Paraíso tiene un sin fin de lecturas variadas, si regresas a una página cualquiera vuelves a descubrir más de África y su gente de culturas tan diversas con perspectivas únicas e interesantes. Ha sido una maravilla que lo hayan propuesto y que hayamos votado tantos para que quedara como lectura conjunta de lo contrario jamás lo habría conocido. Gracias Premio Nobel, buscaré más de su obra no para decidir si merecía el premio o no porque eso no me corresponde a mi, sino para seguir disfrutando de la prosa poética e histórica de este profesor jubilado con el que me habría encantado tomar clases alguna vez.
Sonia Servìn

"Una noche se acercaron aun más, como él había sabido que harían, a cierta distancia el uno del otro, obligando a Yusuf a mirarlos por separado.
La luz era tan brillante como el día. El mayor de los perros se aproximó todavía más y se detuvo en la explanada que había delante de la tienda. De su cuerpo tenso surgió un gruñido largo y profundo; los otros perros respondieron poniéndose lentamente en movimiento para formar un arco en el patio.
Yusuf oía sus resoplidos y vio que sus bocas se abrían para emitir gruñidos silenciosos.
Sin aviso o premeditación se le abrieron las entrañas.
Lanzó una exclamación de sorpresa y vio que el jefe de la jauría comenzó a avanzar hacia él.
Su grito despertó a Khalil, quien se incorporó, asustado, y advirtió que los perros estaban muy cerca. Gruñían con furia y un frenesí agresivo iba apoderándose de ellos".

Abril 2022: Fue escogido para lectura del mes en el Club de Lectura de Literatura+1, el libro "Paraíso" del autor inglés de origen tanzano nacido en Zanzíbar, Abdulrazak Gurnah (1948), ganador del Premio Nobel de Literatura 2021. Es la cuarta obra de Gurnah y fue nominada para los premios Books y Costa Book.
La prosa es excelente y la narración es amena y detallada. El estilo me pareció realista. Hay diálogos divertidos, algunos en registro coloquial, sazonados con lenguaje vulgar, para más naturalidad de la conversación. También, tiene partes dramáticas y llenas de tensión, y otras con hermosas descripciones poéticas.
Escenificada antes de la Primera Guerra Mundial, cuenta la historia de Yusuf, un niño que fue entregado por su padre a Azis, un rico comerciante, como rehén de garantía por una deuda, explicándole que se va de vacaciones con su tío.
Y así se va desarrollando una novela Bildungsroman, o novela de formación o iniciación, pues el niño permanece, crece y se desarrolla como esclavo, pero en un ambiente familiar, trabajando en una tienda propiedad del comerciante, su falso tío, con Khalil, un joven compañero de infortunio, quién lo entrena a base de golpes. Al final se vuelven amigos, hermanos casi.
Años después, cuando ya Yusuf es un apuesto adolescente a quien todo el mundo ama, el ficticio tío comerciante lo lleva como ayudante en un larguísimo y complicado viaje de comercio y contrabando de cuernos de rinoceronte, por diferentes partes del centro de África. Esta parte es como de aventuras y pinta el escenario africano y algunas de sus tradiciones ancestrales.
El demiurgo narrador en tercera persona va narrando, con descripciones muy coloridas y exactas, la diversidad de paisajes, tribus y costumbres de las regiones salvajes y peligrosas que atraviesan, y las terribles vicisitudes que les suceden; capta también, con un enfoque cercano, la habitual VIOLENCIA de las tribus rivales que se atacan y exterminan entre sí.
Durante el viaje, aparece una gran diversidad de personajes muy bien plasmados. Muchos son musulmanes de origen árabe que han colonizado Tanzania y otros son indios que profesan el hinduismo, y a veces se enfrascan en polémicas acerca de su fe.
Según dicen los críticos, lo que el autor quiso expresar en esta novela, que algunos califican de histórica, además de dar a conocer su TIERRA NATAL con amor y nostalgia, es hacer una exposición y reflexión acerca del COLONIALISMO de que ha sido víctima África, no solamente por parte de los europeos, sino también por los árabes y los indios; y que la ESCLAVITUD, el comercio con humanos, tanto niños como adultos, ha existido desde siempre en África, y nunca ha terminado; aún en esta época existe.
También ha querido comunicar el dolor y la nostalgia del DESARRAIGO, al ser Yusuf trasplantado de su familia a un ambiente extraño, donde sufrió mucho. Aunque en realidad, no le fue tan mal como pudo haber sucedido. Del INESPERADO FINAL de la obra, el Club de Lectura de Literatura+1, hemos concluido que se puede interpretar como: EL DESTINO ES LA ESCLAVITUD O LA MUERTE.
Considero “Paraíso” una obra de excelente calidad literaria y la recomiendo.

"Cuando llegó, la puerta del patio estaba entornada, de modo que entró, anunciando su presencia con voz suave.
La estancia olía a incienso y el ama estaba sentada sola, esperándolo. Temeroso, se detuvo en el vano de la puerta. Ella sonrió y le indicó que entrase. Él advirtió que ella iba suntuosamente ataviada con un vestido largo color crema que brillaba con hilos ambarinos. Se quitó el chal y se inclinó hacia adelante al tiempo que, con un ademán de la mano, le urgía insistentemente a que se acercara.
Él se adelantó dos pasos y se detuvo; sabía que debía marcharse y el corazón empezó a latirle aceleradamente.
Ella empezó a hablarle lentamente. Su voz estaba repleta de sentimiento y su sonrisa se volvió más suave conforme hablaba.
Yusuf no estaba seguro de qué quería que hiciese, pero no pudo confundir la expresión de pasión y anhelo que había en su rostro. El ama se apretó el pecho con las palmas de las manos y luego se puso a temblar.
Empezó a retroceder y ella lo siguió. Yusuf se volvió para huir, pero ella le asió la camisa por detrás y él percibió que ésta se desgarraba en las manos de la mujer.
Mientras salía corriendo de la habitación, oyó los gritos de dolor, pero no miró atrás ni titubeó".
Lucila Argüello

Una novela real, cruenta y triste por todo lo que nos va arrojando página tras página sobre maltrato infantil, esclavismo, abusos sexuales, hambre, muerte y enfermedades, una historia desarrollada en la bella isla de Zanzíbar en Tanzania. La narración está llena de información encubierta alrededor de un pequeño swahili llamado Yusuf quien tiene que irse de su casa para pagar una deuda del padre, desde ese momento comprendemos una forma de esclavitud y vejación a la niñez.
Zanzíbar ahora tiene una reputación de belleza natural, lo que no se dice es que fue centro de esclavismo árabe. Los árabes, europeos y de otras nacionalidades, hacían rutas de mercaderes y eso les permitía comprar o robar esclavos, o cambiar mercancía por personas. (Se supone estaba prohibida la esclavitud). Aunque también fue la manera en que la colonización se iba dando porque los visitantes podían quedarse con tierras, los mismos árabes se sorprendían de encontrar sultanes de su propia raza en el interior de la selva africana durante sus largos recorridos mercantiles.
Para dar forma a la historia Gurnah toma prestados elementos narrativos del capítulo doce del Corán titulado «Sura Yusuf» ...(5)
Dijo: ¡Hijo mío! No cuentes tu visión a tus hermanos porque si lo haces tramarán algo contra ti, verdaderamente el Shaytán es un claro enemigo para el hombre. (Historia de José). Yusuf, de extraordinaria belleza es nuestro protagonista, un pequeño que supo interpretar sus sueños durante el largo recorrido que hizo en su corta vida; Yusuf verá el infierno en todo tipo de abusos sobre el ser humano.
A mitad del libro, europeos, africanos y árabes se enfrentarán en una terrible lucha, misma que hará retumbar las entrañas de la selva.
Curiosamente el europeo tenía como intención, liberar de las diferentes formas de esclavitud árabe a los africanos, eso suena muy conocido, es el motivo que ya conocemos de sobra para intervenir países.
El autor expresa en sus libros los recuerdos de un continente, de su continente, para que sus ahora habitantes tengan información, se interesen por el pasado, comprendan cómo el colonialismo transformó todo en el mundo y puedan cerrar sus heridas.
Nos dicen cuando estudiamos sobre colonización que una manera de colonizar es la evangelización y Abdulrazak Gurnah introduce partes del Corán en su libro, entiendo que es la influencia que queda del mundo árabe en esta región de África y motivo por el cual el escritor y su familia tuvieron que emigrar a Inglaterra cuando el presidente de Zanzíbar, Abeid Karume persiguió a las minorías de origen árabe.
Paraíso cuenta una historia influenciada por persas, árabes, musulmanes, portugueses y el propio continente. Una África diversificada y desconocida que el autor utiliza para ambientar esta novela en tiempos de la primera guerra mundial.

Cita..."El hombre blanco de la selva no temía nada cuando estaba sentado bajo su bandera y rodeado de soldados armados. Pero Yusuf no tenía ni bandera ni un conocimiento justificado con el cual exigir un honor superior, y comprendió que el pequeño mundo que conocía era el único al que tenía acceso".
Blanca Toral

1 de diciembre de 2021

"El olvido que seremos", de Héctor Abad Faciolince

el olvido que seremos
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Editorial: Alfaguara

SINOPSIS: 
El 25 de agosto de 1987 Héctor Abad Gómez, médico y activista en pro de los derechos humanos, es asesinado en Medellín por los paramilitares.
El olvido que seremos es su biografía novelada, escrita por su propio hijo. Un relato desgarrador y emocionante sobre la familia, que refleja, al tiempo, el infierno de la violencia que ha golpeado Colombia en los últimos cincuenta años.

OPINIÓN:
Fue la lectura de noviembre de 2021 en el Club de Lectura.

“Salía Marta Castro, que había sido tísica y de esto le había quedado una tos sorda, seca, permanente, una respiración breve y ansiosa, y que además tenía un ojo nublado, gris tirando a azul, porque una vez bordando una casulla se había chuzado la retina con una aguja, y había perdido el ojo, todo por hacerle el bien a los curas pobres, así le pagaba mi Dios, igual a como le había pagado a tío Luis, que se había ido de capellán para Agua de Dios, el lazareto colombiano, un pueblo de Cundinamarca, y allá había contraído la enfermedad que acabó por matarlo, con la espalda que se le caía a jirones, y los dedos que se le desprendían en pedazos. Una vez mi abuela, cuando él estaba al final de sus días, le estaba tendiendo la cama y de pronto vio, sobre la sábana, suelto, el dedo gordo del pie, y entonces corrió a llamar al médico, pero ya no había nada qué hacer, porque además del mal de Hansen había contraído diabetes y fue necesario cortarle la pierna, primero una y después la otra (y eso mismo le pasó después, aunque no lo crean, también al padre Lisandro, el confesor de mi abuelita, y hubo que cortarle ambas extremidades a causa de la diabetes que por falta de circulación le gangrenó las piernas, como si a ambos les hubiera caído un rayo de fuego"...

Para noviembre 2021 fue escogido el libro "El olvido que seremos" (2005) del colombiano Héctor Abad Faciolince (1958) como lectura del mes del Club de Lectura de Literatura+1, con gran participación en la lectura conjunta, publicaciones y comentarios, por la buena fama y los muchos premios que la avalan, además de una película también galardonada.
Héctor Abad Faciolince, con cariño profundo a su padre el Dr. Héctor Abad Gómez, desea evitar o retrasar EL OLVIDO QUE SEREMOS ... Su meta es recordar y dar a conocer esa vocación de entrega a los pobres, ese humanismo, ese idealismo valiente, ese sacrificio, esa inmolación de su vida, pues aunque su asesinato o ejecución fue UNA MUERTE ANUNCIADA, él no huyó al exilio, como bien pudo haberlo hecho, sino que desafiando las evidencias, ingenua y valientemente, continuó exponiéndose, como un Jesucristo o un Sócrates.
El padre, Héctor Abad Gómez, médico, ensayista, luchador por los derechos humanos, especialista en salud pública, fue arrebatado en Medellín, por las tenebrosas fuerzas del mal, encarnadas en paramilitares.
Es una novela testimonial, muy tierna y muy dura, conmovedora, con un estilo que a veces me sonaba parecido al de GABO, pues a cada rato me hacía recordar a CIEN AÑOS DE SOLEDAD, por las descripciones, los combinaciones de adjetivos o adverbios, los hechos y los colombianísimos personajes de extrema rareza y muy pintorescos, o muy bellos o muy estrafalarios; los sucesos insólitos, exagerados; pero así es: el realismo mágico es lo cotidiano en Colombia ... exótica como sus frutas deliciosas, sus flores tropicales, y sus gentes amorosas y de particular belleza.
Y tiene la novela también hasta pasajes escatológicos, que por tres veces me dieron asco y ganas de vomitar.
Esta bella novela, retrato fiel de Colombia, es en su mayor parte, como el capítulo Los Años Felices, muy amena y divertida ... pero ya después viene la parte angustiosa, al final ... la del desenlace fatal.
EL OLVIDO QUE SEREMOS toma su nombre del primer verso del poema "AQUÍ. HOY" de Jorge Luis Borges, cuya autoría fue probada después arduas y lenguas investigaciones de Héctor Abad Faciolince y sus amigos. Poema que fue encontrado en el bolsillo del cadáver del mártir Dr Abad.
Me pareció una novela real y maravillosa, muy sentimental ... una declaración de amor (que él llama mutuo afecto o cariño “físico”) y de orgullo filial de un hijo a su padre … pero al mismo tiempo que es muy generoso en sus alabanzas, el autor usa esta obra como una especie de catarsis para exorcizar los demonios de su psiquis, pues veladamente lo critica a fondo … hay cosas que no dice pero da a entender… y por los traumas que le causó el padre con sus chocantes técnicas educativas: como llevarlo de niño a presenciar una autopsia y luego de adolescente a ver tres veces la película “Muerte en Venecia”.
El hijo realiza una obra que es un panegírico, una oda novelada, donde lo contado se colorea, enfoca e idealiza de acuerdo a la pluma de narrador, el amoroso hijo ... que no es un narrador confiable, pues también es protagonista. A pesar de eso, se pueden sacar algunas conclusiones de incongruencias en la personalidad del Dr. Héctor Abad Gómez:
No era racista, pero veía con malos ojos las amistades morenas de sus hijas ...
Era un adorador de la belleza, pero él era bastante feo ... ¿sería por eso que se carcajeada todo el tiempo?
Era médico, pero no podía o no quería atender en consulta, ni siquiera a los campesinos de su finca: hacía que los viera su esposa.
Era ateo ... pero se persignaba en los aviones, pues le daba pánico volar.
Era casado, con cuatro hijas y un hijo ... pero guardaba oscuros secretos privados o prohibidos en sus cajones, que a su muerte encontró el hijo ... y a los que se refiere en forma misteriosa ... sospechosa ...
Quizás las incongruencias y contradicciones de su personalidad lo atormentaban tanto que lo condujeron a exponerse demasiado ante los paramilitares "como un tonto útil" y que su ejecución fuera casi un suicidio ...

"Mi papá me había lanzado muchos mensajes indirectos sobre su intimidad. No confesiones, ni franquezas brutales, que suelen ser más un peso para los hijos que un alivio para los padres, sino pequeños síntomas y signos que dejaban entrar rayos de luz en sus zonas de sombra, en ese interior del cubo que es la caja oculta de nuestra conciencia. Yo había dejado esos indicios en una zona también intermedia entre el conocimiento y las tinieblas, como esas sensaciones que nos da la intuición, pero que no queremos o no podemos confirmar en los hechos, ni dejamos aflorar con nitidez a la conciencia con palabras nítidas, ejemplos, experimentos o pruebas fehacientes. Dos veces, por ejemplo, dos veces me llevó mi papá a ver una película. Muerte en Venecia , de Luchino Visconti, ese bellísimo film basado en una novela corta de Thomas Mann.
Todos tenemos en nuestras vidas algunas zonas de sombra. No necesariamente son zonas vergonzosas; hasta es posible que sean las partes de nuestra historia que más nos enorgullezcan, las que al cabo del tiempo nos hacen pensar que, a pesar de los pesares, se justificó nuestro paso por la tierra, pero que como forman parte de nuestra intimidad más íntima, no queremos compartirlas con nadie. También pueden ser zonas ocultas porque nos resultan vergonzosas, o al menos porque sabemos que la sociedad que nos rodea en ese momento las rechazaría como odiosas o monstruosas o sucias, aunque para nosotros no lo sean. O pueden estar a la sombra esas zonas porque de verdad, e independientemente de cualquier tiempo o cultura, son hechos reprobables, detestables, que la moral humana de cualquiera no podría aceptar. No eran sombras de este último tipo las que yo hallé en los cajones de mi papá. Todo lo que encontré lo hace, ante mis ojos, más grande, más respetable y más valioso, pero así como él no quiso que ni su esposa ni ninguna de sus hijas las supieran, también yo dejo cerrado ese cajón que sólo serviría para alimentar la inútil habladuría digna de telenovelas, e indigna de una persona que amó todas las manifestaciones humanas de la belleza y que fue, al mismo tiempo, espontánea y discreta".
Lucila Argüello
Una historia y un dolor personal que el autor nos comparte y que al mismo tiempo va desarrollándose en todo un país, Colombia, que en los años 80 se desangraba sin que ninguna autoridad hiciera nada por remediarlo, porque había infiltrados en el mismo gobierno a quienes les convenía librarse de las mentes brillantes que se unían para defender la libertad del país.
El olvido que seremos es la vida de Héctor Abad Gómez narrada amorosa y desgarradoramente por su hijo Héctor Abad Faciolince.
Abad Gómez fue médico, escritor, periodista, diputado, pero es especialmente recordado por su activismo, su lucha para mejorar la salud de los colombianos, creando la Escuela Nacional de Salud Pública en Medellín y sus denuncias ante el comité para la Defensa de los Derechos Humanos.
El libro inicia mencionando a dos personajes amigos del doctor y sobrevivientes: Alberto Aguirre y Carlos Gavira, a quienes el autor no ha permitido que sean el olvido de un pueblo que quedaría marcado por tanta sangre de inocentes.
Es hermoso encontrar en la narración de un hijo el cómo, el amor del padre lo enseñó a caminar y a enfrentar su día a día sin que ese amor fuera vergonzoso, ese niño creció al cobijo de un padre que no fue eclipsado por la madre sino más bien se convirtió en confidente, maestro y amigo, que cuando llegó un tiempo en que fue abrumador estar juntos lo supieron resolver sin que se fracturase su relación, antes bien separarse le dio al autor la oportunidad de valorar la grandeza de un hombre al que llamaba padre.
Si bien es triste narrar la historia de un personaje, lo es aún más cuando es alguien a quien amamos y que ya no está vivo, porque como dice Faciolince, todo lo que escribió lo hizo para alguien que nunca podrá leerlo. La novela nos contagia la tristeza de la añoranza de tiempos vividos y de tiempo arrebatado por el odio de gente mal querida. Una máxima de Abad Gómez era: "Si quieres que tu hijo sea bueno, hazlo feliz, si quieres que sea mejor, hazlo más feliz. Los hacemos felices para que sean buenos y para que luego su bondad aumente su felicidad", de esa manera estamos creando individuos que darán bondad al mundo.
Pues así era como ese hombre derrochaba caridad a su gente, luchaba por ir a la raíz de las enfermedades y no solo a recetar, pedía a las autoridades agua clorada, campañas sanitarias y el primer gran acueducto para la ciudad. Todo eso le fue regalando enemigos conservadores que lo creían un izquierdista nocivo para los alumnos, peligroso para la sociedad y demasiado librepensador en materia religiosa.
Abad Faciolince no quiso hacer una hagiografía de su padre aunque fue difícil la tarea cuando se tiene a un hombre tan susceptible a la bondad o a la vanidad de querer sobresalir en la justicia hasta el grado de saber que le iba la vida en ello y aunque amaba vivir estaba dispuesto a sacrificarse ante los sicarios quienes le ganaron la batalla.
Este libro es el intento de dejar testimonio de un dolor profundo por la pérdida de un gran padre y un gran ser humano, para perpetuar el recuerdo, Héctor Abad Gómez sería rescatado por su hijo del olvido que seremos al morir.
Cabe destacar que el bello título de la novela se extrae de un poema de Jorge Luis Borges titulado "Ya somos el olvido que seremos".
Blanca Toral

«El olvido que seremos» me llegó al alma, por la historia misma y por cómo nos la cuenta Héctor Abad Faciolince; es un libro que conmueve, que recomiendo y que volvería a leer.
Retrata de manera íntima desde el seno de la familia Abad a todos sus integrantes y su forma de relacionarse entre ellos y con los demás, la historia está enmarcada en una Colombia violenta, injusta y macabra de los años 60, 70 y 80.
El autor cuenta hacia el final del libro por qué lo escribe, como un deber, siendo escritor, pero se tomó su tiempo hasta publicarlo (20 años), lo que le llevó procesar el asesinato de su padre para volcarlo al papel, con la esperanza de que su memoria no se pierda en el olvido tan prontamente como suele pasar y de hacerlo perdurar un poco más allá de los instantes que somos, justifica su libro como método para alargar el recuerdo a través de la literatura.
Se ve claramente que, desde pequeño, tenía idealizado a su padre y mantenía con él una fuerte conexión, probablemente por ser la única figura masculina ya que se crio entre muchas mujeres.
Su padre, el doctor Abad Gómez, además de médico fue profesor de la Universidad de Antioquia y líder social, tuvo mucha injerencia en la política, en la salud pública y en la defensa de los derechos humanos. Ese compromiso social lo llevó a la muerte, algo de lo que él era totalmente consciente a lo que se exponía con sus denuncias y por eso anticipó:
«Hay que tener mucha estima por sí mismo para ser capaz de sacrificarse a sí mismo».
En todo el libro se destaca la idea de la importancia de desarrollar el pensamiento crítico como propuesta educativa para formar una idea personal y alejarnos de lo establecido, de los preceptos religiosos, de las ideologías fanáticas y la idea de buscar y alcanzar la excelencia, el virtuosismo.
En el recorrido por su vida familiar nos encontraremos con reflexiones filosóficas sobre la vida, la muerte, el olvido, la felicidad, el dolor, la tristeza, la religión, las relaciones familiares, la belleza que trasciende los prejuicios y todo lo que atravesaron cuando parecía que todo iba a ser felicidad absoluta y el destino les cambió la vida. Habla también de la importancia de los libros, de la música, y de la forma de enseñar, esa que interpela, que es como un tábano, a la manera de Sócrates y su mayéutica.
Su narrativa es lineal y sencilla, no presenta obstáculos de interpretación, es verosímil aunque el hecho de que todo surja a raíz del poema de Borges encontrado en su bolsillo el día que lo asesinaron parezca increíble.
Un libro para tener en los anaqueles de nuestro hogar, una lectura que merece ser leída con compromiso, como dijo Javier Cercas:
«... la única forma seria de leer es leer como quien reza, como quien llora, como quien pelea por su pellejo en cada frase, en cada adjetivo y en cada coma».
Gäbby Molina

23 de enero de 2021

"El infinito en un junco", de Irene Vallejo

el infinito en un junco irene vallejo
FICHA TÉCNICA:
Género: Ensayo
Editorial: Siruela

SINOPSIS: 
Este es un libro sobre la historia de los libros. Un recorrido por la vida de ese fascinante artefacto que inventamos para que las palabras pudieran viajar en el espacio y en el tiempo. La historia de su fabricación, de todos los tipos que hemos ensayado a lo largo de casi treinta siglos: libros de humo, de piedra, de arcilla, de juncos, de seda, de piel, de árboles y, los últimos llegados, de plástico y luz.
Es, además, un libro de viajes. Una ruta con escalas en los campos de batalla de Alejandro y en la Villa de los Papiros bajo la erupción del Vesubio, en los palacios de Cleopatra y en el escenario del crimen de Hipatia, en las primeras librerías conocidas y en los talleres de copia manuscrita, en las hogueras donde ardieron códices prohibidos, en el gulag, en la biblioteca de Sarajevo y en el laberinto subterráneo de Oxford en el año 2000. Un hilo que une a los clásicos con el vertiginoso mundo contemporáneo, conectándolos con debates actuales: Aristófanes y los procesos judiciales contra humoristas, Safo y la voz literaria de las mujeres, Tito Livio y el fenómeno fan, Séneca y la posverdad… 
Pero, sobre todo, esta es una fabulosa aventura colectiva protagonizada por miles de personas que, a lo largo del tiempo, han hecho posibles y han protegido los libros: narradoras orales, escribas, iluminadores, traductores, vendedores ambulantes, maestras, sabios, espías, rebeldes, monjas, esclavos, aventureras… Lectores en paisajes de montaña y junto al mar que ruge, en las capitales donde la energía se concentra y en los enclaves más apartados donde el saber se refugia en tiempos de caos. Gente común cuyos nombres en muchos casos no registra la historia, esos salvadores de libros que son los auténticos protagonistas de este ensayo.
Premio Nacional de Ensayo 2020.

OPINIÓNES:
Fue la lectura de marzo de 2021 en el Club de Lectura.

Llevaba tiempo deseando leer este libro, pero he ido dejando la lectura para unos días en que pudiera ponerme a ello con calma, ya que el contenido bien lo merece. Y después de leerlo, puedo decir que la calidad del libro también.
En este ensayo, Vallejo se remonta a la Grecia y Roma antiguas para trasladarnos al momento de la invención de los libros. En lugar de inclinarse por un tono más académico, la autora opta por una aproximación de un estilo más literario, que se adapta perfectamente al tema que trata. También considero un acierto la introducción de referencias a la cultura popular, muy útil a la hora de contextualizar algunos de los hitos abordados.
“En infinito en un junco” nos acerca a momentos fundamentales en la historia de la humanidad, como el nacimiento de la biblioteca de Alejandría, la transición de la tradición oral a la cultura escrita, la invención del alfabeto o la aparición de las primeras librerías y libreros.
La lectura de “El infinito en un junco” resulta apasionante de principio a fin. Una joya para amantes de la lectura y de los libros.
Ana Rayas

"En los primeros párrafos de su obra, el historiador se pregunta por el inicio de las luchas entre europeos y asiáticos. Encuentra ecos de ese conflicto originario en los antiguos mitos. Todo empezó con el secuestro de una mujer griega, llamada Ío.
Un grupo de mercaderes, o, más bien, de traficantes —las diferencias entre unos y otros siempre fueron volátiles en la Antigüedad—, desembarcaron en la ciudad griega de Argos para exhibir su mercancía. Algunas mujeres se acercaron a la orilla atraídas por aquellos productos exóticos. Curioseaban arremolinadas junto a la popa de la nave extranjera cuando, de repente, los vendedores, que eran de origen fenicio, se abalanzaron sobre ellas. La mayoría se defendió con uñas y dientes y consiguió escapar, pero Ío no tuvo tanta suerte. La capturaron y la llevaron a la fuerza hasta Egipto, convertida ella misma en mercancía.
Este secuestro, según el relato de Heródoto, fue el principio de toda la violencia.
Poco después, un destacamento de griegos en misión de castigo desembarcó en Fenicia —hoy Líbano— y raptó a Europa, la hija del rey de Tiro.
El empate en los atropellos duró poco, porque los griegos secuestraron también a la asiática Medea en el territorio de la actual Georgia.
En la generación siguiente, Paris decidió agenciarse mujer por el procedimiento del rapto, llevándose a la bella Helena por la fuerza rumbo a Troya.
Esta agresión colmó la paciencia de los griegos: estalló la guerra y la enemistad incurable entre Asia y Europa.
El comienzo de las Historias contiene una fascinante mezcla de mentalidad antigua y asombrosa modernidad.
Es evidente que Heródoto cree que las leyendas, los oráculos, los cuentos maravillosos y las intervenciones divinas deben figurar junto a los hechos documentados".

Fue un gran placer participar de la lectura conjunta del mes de marzo 2021 en el Club de Lectura de Literatura +1, con este precioso ensayo de la doblemente doctora en filología y genial joven autora, Irene Vallejo.
El Infinito en un Junco es supuestamente la historia del libro, pero se ensancha convirtiéndose en un compendio de historia de las culturas occidentales a todo nivel ... antropológico, arqueológico, filológico e histórico, mitológico, filosófico, literario … total ….
El ensayo, de 533 páginas, se lee con la agradable continuidad de una novela, pues está entramado como si fuera una serie de relatos, entretejiendo historia antigua con autobiografía, antropología con anécdotas contemporáneas, breves reseñas de obras contemporáneas usadas como ejemplos, filosofía y arte antiguos, los clásicos grecorromanos, algunos traducidos por Irene Vallejo, alternados y comparados con los modernos y contemporáneos ... todo en un lenguaje sencillo pero erudito, adornado con un bello estilo de prosa muy poético y bordado con experiencias de la propia vida de la joven autora … rematando con puntadas místicas este manto multicolor literario, este mágico tapiz maravilloso que nos hace sobrevolar hacia otras eras, siguiendo el hilo de la imaginación y la sapiencia de la autora, en un festín filológico textual, pleno de textiles alegorías.
Es admirable el profesionalismo y la ardua labor investigativa y que tuvo que llevar a cabo la escritora Irene Vallejo para reunir la tremenda cantidad de información detallada, y también digna de encomio la forma variada y atractiva de presentar tanto conocimiento ... porque uno lo lee con gusto, saboreando las escenas y hechos históricos descritos con tanta aparente facilidad y derroche de encanto.
Ha sido un repaso amable, un volver a la juventud del aprendizaje pero sin la presión de tener que rendir un examen ... He recordado muchos pasajes históricos, pero esta vez recamados con los detalles plásticos y pintorescos de la narración de Irene Vallejo. He gozado revisando las vidas de tantos personajes clásicos que tenía en el olvido, revisitando a mis favoritos: Heródoto, Pericles y Aspasia, Safo, Alejandro, Hypatia, Sherezade, y he conocido otros nuevos para mí, como la salmista y sacerdotisa de Ur, Enheduanna, y el poeta humorista hispano Marcial, amigo de los libreros en la Roma antigua.
En esos placenteros momentos de lectura instructiva siempre pensaba: "Éste debe convertirse en un libro de lectura de niños y jóvenes ... apto para todos los niveles de enseñanza y en todas las asignaturas, pues lo combina todo"
… pues este libro es un Aleph, un maravilloso gobelino que lo contiene todo ... y no le cabe aquel refrán de mi madre que reza: "el que mucho abarca poco aprieta", pues está muy detallado en el fondo y en una forma tan encantadora que nunca llega a aburrir.
Lo recomiendo con entusiasmo...

"Y, sin embargo, desde tiempos remotos las mujeres han contado historias, han cantado romances y enhebrado versos al amor de la hoguera. Cuando era niña, mi madre desplegó ante mí el universo de las historias susurradas, y no por casualidad. A lo largo de los tiempos, han sido sobre todo las mujeres las encargadas de desovillar en la noche la memoria de los cuentos. Han sido las tejedoras de relatos y retales. Durante siglos han devanado historias al mismo tiempo que hacían girar la rueca o manejaban la lanzadera del telar. Ellas fueron las primeras en plasmar el universo como malla y como redes. Anudaban sus alegrías, ilusiones, angustias, terrores y creencias más íntimas. Teñían de colores la monotonía. Entrelazaban verbos, lana, adjetivos y seda. Por eso textos y tejidos comparten tantas palabras: la trama del relato, el nudo del argumento, el hilo de una historia, el desenlace de la narración; devanarse los sesos, bordar un discurso, hilar fino, urdir una intriga. Por eso los viejos mitos nos hablan de la tela de Penélope, de las túnicas de Nausícaa, de los bordados de Aracne, del hilo de Ariadna, de la hebra de la vida que hilaban las moiras, del lienzo de los destinos que cosían las nortas, del tapiz mágico de Sherezade. Ahora mi madre y yo susurramos las historias de la noche en los oídos de mi hijo. Aunque ya no soy aquella niña, escribo para que no se acaben los cuentos. Escribo porque no sé coser, ni hacer punto; nunca aprendí a bordar, pero me fascina la delicada urdimbre de las palabras. Cuento mis fantasías ovilladas con sueños y recuerdos. Me siento heredera de esas mujeres que desde siempre han tejido y destejido historias. Escribo para que no se rompa el viejo hilo de voz".
Lucila Argüello

UN LIBRO HABLANDO DE LIBROS
¡Eso es!
Luego de leer este ensayo no podemos ser indiferentes a la idea de que hoy en nuestras manos tenemos un tesoro universal, tal como Alejandro Magno quiso para él (porque también las palabras conquistan) y como lo fue la Biblioteca de Alejandría.
Irene Vallejo nos reúne a todos los amantes de los libros, los de hoy con los de la antigüedad, en un ensayo bien documentado. No es solo un ensayo, es un manual, es una enciclopedia, un poema a los libros, es también un cuento, una radiografía, un diario íntimo, un mapa, un recorrido que te atrapa y del que no hay intenciones de salir del todo, un libro que se puede leer siempre como un volver a los lugares que nos hicieron felices, fomenta la esperanza de que nunca desaparecerán mientras hayan ideas que contar. Un libro que no puede faltar en tu biblioteca.
A medida que se avanza en la lectura se van despertando la curiosidad y el atar cabos, al tiempo que vemos con asombro cada dato también se siente nostalgia de un lugar y tiempo que sin estar físicamente presentes, nos trasladamos hasta allí.
Es la manifestación clara del vínculo entre literatura y sociedad, una transformación compartida a lo largo de los siglos.
Ante los agoreros que pregonan su extinción en físico no hay mejor recurso que volver la vista atrás y ver la evolución y supervivencia de los mismos, podrán cambiar los formatos, pero nosotros desaparecemos y los libros quedan.
Y gracias a que alguien soñó juntar todos los libros del mundo en una biblioteca universal (por avaricia, por megalomanía, por poder, por la razón que fuere) nos llega como legado la historia de los mismos.
Somos parte de la tropa que anda tras los libros, que no solo leemos sino que seguimos salvando el tesoro.

«Sin libros, la historia está en silencio, la literatura enmudecida, la ciencia paralizada, el pensamiento y la especulación estancados».
—Bárbara Tuchman
Si alguien te pregunta alguna vez de dónde vienen los libros, no dudes en recomendar esta joya literaria.
Algunas citas de «El infinito en un junco»:
—«La pasión del coleccionista de libros se parece a la del viajero. Toda biblioteca es un viaje; todo libro es un pasaporte sin caducidad».
«En los anaqueles de Alejandría fueron abolidas las fronteras, y allí convivieron, por fin en calma, las palabras de los griegos, los judíos, los egipcios, los iranios y los indios. Ese territorio mental fue tal vez el único espacio hospitalario para todos ellos».
«Este diálogo silencioso entre tú y yo, libre y secreto, es una asombrosa invención».
«De niña creía que los libros habían sido escritos para mí, que el único ejemplar del mundo estaba en mi casa».
«Si alguien lee para ti, desea tu placer; es un acto de amor y un armisticio en medio de los combates de la vida».
« [...] descubrí que podía almacenar fantasías acogedoras y guardarlas en mi habitación interior para buscar refugio cuando allá fuera arreciase el granizo».
«Los libros nos ayudan a sobrevivir en las grandes catástrofes históricas y en las pequeñas tragedias de nuestra vida».
Gäbby Molina

La escritora Irene Vallejo, por su amor a la lectura, abrió una matrioska literaria titulada: "El Infinito en un junco", este ensayo es una búsqueda y una aventura del inicio y trayectoria de la escritura, de cómo los seres humanos le dieron voz a las letras, de dónde fueron capaces de plasmarlas como en la misma tierra, tablas, rocas, miel, en hojas extraídas de juncos, para que al final pudiéramos tener en las manos lo que ahora conocemos como libro.
Nos lleva al recorrido por las grandes voces históricas como la del gran Homero con sus epopeyas tan conocidas, La Iliada y la Odisea, esos relatos que inspiraron al mismo Alejandro Magno y que gracias a estar impreso hemos disfrutado por generaciones.
Un viaje en el tiempo para conocer las raíces de lo que ahora componen un libro, compartir la ruta de la oratoria en las grandes voces como Tucídides, la atinada idea de dejar por escrito todo eso que se hablaba para que el viento no se llevará esas palabras.
Inmovilizar la belleza de los poemas para que hoy día pudiéramos, leerlos, admirarlos y recitarlos. Salvar del olvido la belleza de lo hablado.
La autora nos hace un recordatorio de lo que implicaba para los reinos atesorar libros, pues bien sabían que estaban atesorando conocimientos, un hermoso tesoro el que se buscaba, el que se codiciaba, ese tesoro del saber comprendido en las páginas de los manuscritos.
La tristeza de conocer las atrocidades que se cometieron también en contra de lo que albergaba a las culturas, el conocimiento que debía trascender a las futuras generaciones y que bien se sabe era la manera de aniquilar a un pueblo.

Cita: "Sarajevo brilló con el fuego que brotaba de Vijećnica, el imponente edificio de la Biblioteca Nacional junto al río Miljacka. Al amanecer, habían ardido cientos de miles de volúmenes —libros raros, documentos de la ciudad, colecciones enteras de publicaciones, manuscritos y ediciones únicas—. «Aquí no queda nada», dijo Vkekoslav, un bibliotecario. «Yo vi una columna de humo, y los papeles volando por todas partes, y quería llorar, gritar, pero me quedé arrodillado, con las manos en la cabeza. Toda mi vida tendré esta carga de recordar cómo quemaron la Biblioteca Nacional de Sarajevo»".

Se deja claro que los libros han sido depositarios de culturas y por tanto deben ser reconocidos como lazos que han unido países.
Irene Vallejo hace una puntual comparación entre la biblioteca de Alejandría (que en su tiempo se edificó para atesorar todos los libros de la época), con Google que, es bien sabido ahí se almacena toda la información que tecleamos, ya sea para control, para tener libre acceso a la información o para albergarla y salvaguardarla para un futuro.
En esta obra se hace un reconocimiento y se aplaude la labor en ocasiones mortal, de todas aquella personas que se dieron a la tarea de salvar y guardar las letras, proteger el alma de quién lo escribió, para disfrute de las generaciones por venir. Un agradecimiento a las voces femeninas que hasta el día de hoy han sido pieza clave para seguir trenzando relatos, mujeres que al ir contando cuentos a sus hijos serán recordadas como las grandes tejedoras de historias. Nunca olvidarás a quien te contó un buen cuento en la penumbra de una noche. Mi abuela me leía y después yo le leí y le leí a mis hijos y espero leerles a mis nietos.
El nombre del libro en propia voz de la autora, nos define que todo lo infinito que pensamos, sabemos, vemos y soñamos, se puede contener en la corteza de un junco que se transforma en papiro.

«Leer es siempre un traslado, un viaje, un irse para encontrarse. Leer, aun siendo un acto comúnmente sedentario nos vuelve a nuestra condición de nómadas».
*Leer contra la nada de Antonio Basanta.

La autora a través de su ensayo nos va a obligar a evocar nuestras lecturas clandestinas a altas horas de la noche cuando los adultos nos prohibían ciertos libros, o buscar lugares estratégicos para leer y para ocultar los libros prohibidos, pues como dice, los lectores somos descendientes directos de aquellos primeros lectores furtivos. No deberíamos olvidar que el libro de páginas triunfó, en gran medida, porque favorecía las lecturas clandestinas, negadas, no consentidas.
Pero sobre todo, este ensayo te reconoce a ti, lector, que haces posible que las letras trasciendan, que tu amor a la lectura haga que los libros perduren a pesar del tiempo y de la modernidad del internet. Es un llamado a ser militante y protector de los libros, a no permitir que los mismos se pierdan en el olvido.
Y como dijo Vargas Llosa: 'Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado'.
Blanca Toral

No es fácil hacer una valoración de una obra tan poliédrica como “El infinito en un junco”, así que ordenaré los contenidos que más me han gustado. En primer lugar, su estilo amable y cercano que ha facilitado su lectura, mérito no pequeño dada la complejidad de lo contado.
En segundo lugar, y muy enlazado con el primero, la habilidad de la que ha hecho gala al conectar pasado y presente con la misma templanza de un auriga, los ojos clavados en el reto del camino, sin olvidarse del “ahora más inmediato”, quizá porque esos lejanos ayeres puedan ser la materia viva con la que modelar y reescribir el mundo en el que vivimos.
En tercer lugar, me ha supuesto un reconocimiento de los valores de lo que se ha llamado “La cultura occidental” de los cuales me siento descendiente desde que un buen día cayó en mis manos, como deber escolar de traducción, unos hexámetros en griego del principio de la Iliada que decían así: /Canta, diosa, la cólera aciaga de Aquiles Pelida,/ que a los hombres de Acaya causó innumerables desgracias/ y dio al Hades las almas de muchos intrépidos héroes/ cuyos cuerpos sirvieron de presa a los perros y pájaros/ de los cielos; que así los designios de Zeus se cumplieron/ desde que separáronse un día, tras una disputa,/ el Atrida, señor de los hombres, y Aquiles divino/.
Descubrir el “milagroso camino” que llevó a Alejandro Magno y su obsesión por Aquiles -el guerrero más poderoso y temido de la mitología griega- que dormía “siempre con su ejemplar de la ILIADA y una daga debajo de la almohada”... hasta un pupitre escolar en el siglo XX es lo que nos va a contar Irene Vallejo.
Para ello indagará en los instrumentos que hicieron esto posible: la escritura desde sus pétreos, pictóricos y elitistas orígenes hasta su transformación en un reducido alfabeto sonoro, lo que ella llama LA REVOLUCIÓN APACIBLE DEL ALFABETO, cuya versatilidad y universalidad permitirán su asiento, como golondrinas en su nido, en los formatos que sucesivamente se irán creando: tablillas, papiro, pergamino y finalmente papel y que reciben el nombre de LIBROS. Estos fueron los depositarios y refugio de los valores políticos, éticos, literarios, filosóficos, religiosos, y científicos que nos han conformado y cuya supervivencia constituye la apasionante historia de este libro cuyos vaivenes históricos, dramáticos muchos de ellos, tanto en Grecia como en Roma, fueron esquivados hasta llegar a nuestros días.
Para terminar, y al hilo de lo expuesto, recordaba yo los dos adjetivos con los que se nombran y dan por conclusa la homogeneidad en lo que a la asunción de valores de lo que se ha llamado ”La cultura occidental” se refiere, y cuya formación la circunscribe Irene Vallejo a los dos momentos históricos profusamente narrados, a saber el mundo griego y el romano.
Uno de ellos es la de tildar a la época en que vivimos de “disolvente” (y que Harold Bloom llamará “caótica” en su canon) y el segundo el de la “modernidad líquida” de Bauman en donde el cambio constante y lo transitorio socavan la educación, la cultura, la política, la economía y por lo tanto nuestros asideros más importantes.
Es reconfortante que esta autora haya alzado su mirada para recordarnos que la educación, la “paideia platónica”, y más tarde la “humanitas ciceroniana“ postularon el desarrollo de lo que hace que el ser humano sea eso “humano” en donde cultura, educación y democracia se erigen como imperativos categóricos que no debemos olvidar. Esto es para mí el significado del libro de Irene Vallejo y por eso cada vez que conjuntamente o en solitario llevamos a nuestras manos un libro o pisamos una biblioteca reivindicamos el formar parte de una comunidad (me recuerda a Fahrenheit 451) que cree que el legado de Grecia y Roma sigue presente más allá de los vociferantes presagios que nos anuncian su desaparición. Ita sit.
Ana Ballester
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